Ana de Bohemia, primera esposa de Ricardo II rey de Inglaterra

 


Nacida en Praga el 11 de mayo de 1366, era hija del emperador romano-germano y rey checo, Carlos IV. Las negociaciones entre diplomáticos checos e ingleses sobre el enlace matrimonial entre el rey de Inglaterra Ricardo II y la princesa Ana se celebraron el 12 de junio de 1380. El proyectado matrimonio era consecuencia de los intereses políticos y religiosos de las cortes checa e inglesa. Bohemia e Inglaterra habían tomado idéntica postura ante el cisma del año 1378 cuando al Papa Urbano VI le surgió un rival en la persona de Clemente VII que tenía su sede en Aviñón. Ambas naciones se aliaron contra Clemente VII y contra Francia, su principal protector. El hábil y elocuente embajador del Papa Urbano VI, Pileo de Prat, no tuvo mucho trabajo al convencer a ambas cortes sobre las ventajas del futuro matrimonio. Durante las negociaciones matrimoniales, Ricardo fue extraordinariamente generoso: en Londres mandó entregar al rey checo Venceslao IV, como préstamo ficticio, veinte mil florines de oro y prometió 80 mil florines más. Esto hizo crecer el rumor de que el checo vendió a su hermana. Ratificado el contrato matrimonial, en octubre de 1381, la princesa Ana emprendió el viaje a Inglaterra con una espléndida comitiva. El rey Ricardo prometió a los integrantes del séquito, poder quedarse en Inglaterra, aunque en número reducido.



El 18 de diciembre de 1381, Ana desembarcó en Dover, a tiempo de escapar de una violenta tempestad que destrozaría la nave en la que había llegado. Cuatro semanas después, el 14 de enero de 1382, se celebró en Londres la boda y el 22 de enero la coronación de Ana como reina de Inglaterra. Los recién casados eran muy jóvenes: el rey de Inglaterra tenía quince años y Ana era ocho meses mayor. El matrimonio acordado por motivos políticos se convirtió en una unión de dos jóvenes inseparables. En el corazón de Ricardo no había ninguna rival para Ana.

Ana se unió por matrimonio al rey de un país que se parecía en aquel entonces a un volcán a punto de hacer erupción, debido a la intensa efervescencia social. Antes de la llegada de Ana, Ricardo había tenido que hacer frente al levantamiento de los campesinos. La situación política en Inglaterra se parecía a la de Bohemia, en donde la alta nobleza convirtió en dos ocasiones en rehén al rey Venceslao IV; en Inglaterra Ricardo II se enfrentaba a los retos de sus tíos y primos, que se aliaban con los poderosos lores, formando una peligrosa fuerza. Sin considerar el precario estado de las arcas reales, Ricardo no escatimó recursos para su joven esposa, a la que tomó un extraordinario cariño, donándole varios castillos: uno de ellos fue el de Bristol.

Los tíos del rey, no le perdonaban que solo era hijo del príncipe heredero. Por su parte, la reina Ana chocaba con un frío rechazo. Surgieron también problemas con su séquito checo. Uno de los favoritos del rey, Roberto de Vere, se enamoró de una de las damas checas de la reina y repudió a su esposa, a pesar de ser nieta de un rey de Inglaterra y prima de Ricardo. El enamorado aristócrata inglés pidió el divorcio al Papa Urbano VI con el consentimiento de Ricardo II y de la reina Ana, que no vaciló en intervenir ante el Sumo Pontífice.

La bondad de la reina Ana quedó evidenciada cuando en 1392 pidió a su esposo perdón para los londinenses, que se habían negado a conceder un préstamo al rey y el enojado Ricardo II quería intervenir militarmente contra Londres después de haber suprimido sus libertades. La escena que tuvo lugar en el palacio de Westminster en la que Ana pidió exitosamente en público la gracia para los londinenses, fue el día más hermoso de la bondadosa reina.

El 7 de junio de 1394, durante una epidemia de peste, la reina Ana falleció en el palacio Shene, antes de cumplir los 28 años. En su necrólogo era llamada "bienhechora y madre de Inglaterra". La reina duerme el sueño eterno al lado de su esposo Ricardo II en la abadía de Westminster, en Londres.


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