La campana Honorata

 


    Honorata fue el nombre dado a una de las campanas de la Catedral de Barcelona. Debe su fama por ser la campana utilizada durante la Guerra de Sucesión, para avisar a los defensores de la ciudad de la proximidad de los ejércitos del pretendiente borbónico, el futuro FELIPE V. Ante su llamada todo el mundo se dirigía a los puntos asignados, para reunirse con sus compañeros, alrededor de la bandera correspondiente a su gremio, y desde allí correr a defender Barcelona. Esta institución, tuvo sus orígenes en la Edad Media, y fue diseñada como un cuerpo de autodefensa ciudadana contra cualquier invasor. respondiendo a la alarma que suponía un determinado toque de campana.

    El 16 de marzo de 1714, un disparo de cañón, lanzado por las tropas que asediaban la ciudad fue a explotar sobre la Torre de las Horas, dañando la campana. Perdida la guerra, al tiempo que los barceloneses reconstruían su ciudad, pidieron a las nuevas autoridades el restablecimiento de su campana.


       El Consejo Real, conoció la utilidad de aquella campana, en ese momento convertida en chatarra. Entonces, haciendo uso del antiguo "derecho de la campana", que permitía fundir las campanas enemigas para hacer cañones, que databa del siglo XVI, la Honorata fue destruida en el mismo campanario, ante la indignación del pueblo de Barcelona.

    Pasados los años, con los ánimos más tranquilos, se decidió fundir una nueva campana, aunque hubo que intentarlo por tres veces, hasta conseguir unos resultados satisfactorios. Pero, no acabaron ahí los problemas; llegó el tema de su traslado, y fue la población barcelonesa la que se entregó a colaborar en el difícil trabajo de subirla hasta su ubicación en el campanario. Cosa que se consiguió finalmente.


    Durante años, la nueva Honorata sufrió diversos daños, siendo reparada para ponerla, de nuevo, en funcionamiento, hasta que un viento huracanado la volvió a dañar. En 1870, a pesar de su grave estado, volvió a llamar a los lugareños. El gobierno español había decretado alistamientos obligatorios, pero el pueblo no estaba de acuerdo en verse obligado a dar su vida en batallas que no tenían nada que ver con ellas.

    La gente, ante la llamada de Honorata, salió a las calles, enfrentándose a las autoridades. Fuera de las antiguas murallas, La Marieta, otra campana rebelde, también sonó desde la ciudad de Gracia, a pesar de sufrir el impacto de varios proyectiles, llamando a los Graciencs a reaccionar contra la injusticia. Estos hechos son conocidos como la "Revuelta de los Quintes", y la Honorata volvió a sufrir todo el peso de la ley. Hoy, sin embargo, una Honorata toca los cuartos en la Catedral.

    Con el tiempo, aquel cuerpo de barceloneses, “el pequeño”, terminó por convertirse en un cuerpo paramilitar que reprimió las revueltas obreras.

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