La resurrección de Lázaro, Los Martes de Caravaggio
Realizado en 1609, es un óleo sobre lienzo de grandes dimensiones, ya que mide 380 X 270 cm. Se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Mesina.
Lamentablemente, muchos de los cuadros que Caravaggio pintó en su etapa final se encuentran bastante deteriorados. En este caso, los pigmentos se oxidaron rápidamente, dando al cuadro un tono rojizo oscuro que nos impide apreciar las casi treinta figuras pintadas en él. Se cree que los modelos para los personajes fueron empleados del Hospital de la Cruz en Messina, para el que se realizó la obra. Fue un encargo de Giovanni Battista de Lazzari, en cuyo honor se eligió el tema de la resurrección de Lázaro.
El punto más destacable de la composición es el milagro, apreciable en dos detalles conmovedores. El primero es el acto en sí de la resurrección del muerto: Cristo ordena imperativamente con el brazo en escuadra que Lázaro se levante y camine. Lázaro, exánime entre los brazos de sus hermanas, aún está a medio camino entre la vida y la muerte, por lo que mientras su cuerpo y su cabeza caen pesadamente, su mano responde intuitivamente al señor, alzándose hacia la luz. Esta luz sería el segundo detalle que manifiesta el milagro: si observamos los rostros de dos de los enterradores, ambos están sorprendidos ante la presencia de lo natural, que no está en Cristo sino en la luz misteriosa que proviene de su espalda.
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