Palacio de los duques de Villahermosa (Museo Thyssen-Bornemisza)
Frente al Hotel Palace en la acera de los impares de la Carrera de San Jerónimo, se encuentra el Palacio del Duque de Villahermosa, actual Museo Thyssen-Bornemisza.
En 1771, el duque de Villahermosa adquirió a Alessandro Pico della Mirandola, una casona barroca en el paseo del Prado, que perteneció a los duques de Maqueda. En 1783 el nuevo propietario, encargó su reforma a los arquitectos Silvestre Pérez y Manuel Martín Rodríguez, aunque esta no llegó a realizarse. La casona era de planta rectangular y las dependencias se distribuían en torno a tres patios interiores y a tres fachadas que daban, respectivamente, a un jardín lateral, al Paseo del Prado y a la Plaza de las Cortes. Al fallecer el duque el 18 de septiembre de 1790, será su viuda quien encargue en 1805 al arquitecto Antonio López Aguado, discípulo de Juan de Villanueva, una nueva reforma. En ella se llevan a buen termino algunos cambios importantes: la ubicación de la puerta principal en la fachada norte aprovechando el jardín; la ampliación de un piso más sobre los dos que ya tenía el palacio; la decoración de las fachadas con impostas y molduras de granito, y la ornamentación de los huecos de los balcones con molduras. Con estas mejoras la construcción tomó el aire de las grandes mansiones nobiliarias que se habían construido en la corte durante el Siglo XVIII.
En 1823 el palacio se convirtió en residencia del duque de Angulema, aquel que, invitado por el Congreso de Verona entró en España con los “cien mil hijos de San Luis” para derrocar los gobiernos del trienio liberal y restituir a Fernando VII. Más tarde se convirtió en una especie de hotel para nobles y acogió durante algunos años la sociedad artístico-literaria, llamada del Liceo y de la que era ferviente impulsor José Zorrilla. A mediados del siglo XIX, fue una de las residencias más ilustres de Madrid, el pianista y compositor Franz Liszt tocó en uno de sus salones, según atestiguaba una placa colocada en su fachada de la Carrera de san Jerónimo.
Desde siempre, la fachada principal del palacio ha sido la que da a los jardines, luciendo en su cornisa el escudo familiar. No pudo elegirse fachada principal la que da a la Carrera de San Jerónimo, porque al estar enfrente el Palacio de los Duques de Medinaceli, estos tenían el privilegio de ostentar su escudo sin ninguno enfrente. En el frontispicio de la fachada principal la que da a los jardines, aún se conserva el nombre de la duquesa María Pilar Azlor de Aragón y Guillamas, duquesa de Villahermosa.
Los duques de Villahermosa vivieron en el Palacio hasta la década de los 60 del siglo XX, pero tras largos años de deterioro y abandono, la Banca López Quesada adquirió el palacio encargando su reforma al arquitecto Moreno Barberá en el año 1973, con el fin de instalar las oficinas centrales de la sede financiera. Esta reforma no fue rentable para la Banca López Quesada pues al poco tiempo entró en crisis y tuvo que poner a la venta el palacio, que fue adquirido en 1980 por el Banco de España y posteriormente cedido al Museo del Prado, para mostrar temporalmente colecciones pictóricas y celebrar exposiciones. La última reforma del palacio data del año 1992 realizada por el arquitecto Rafael Moneo, con objeto de convertirlo en museo para acoger de forma permanente la colección de pinturas Thyssen-Bornemisza.
Ramón Mesonero Romanos nos describe brevemente en su libro "El Antiguo Madrid" del año 1861 las características del palacio de Villahermosa.
"Frontero al Palacio de los duques de Lerma se eleva hoy el elegante y moderno de los duques de Villa-Hermosa, suntuosa obra de primeros años de este siglo, construida por orden de la duquesa viuda doña María Pignatelli y Gonzaga, bajo los planes y dirección del arquitecto don Antonio López de Aguado.
Este bello edificio es una de las construcciones más dignas e importantes del moderno Madrid. Su interior es correspondiente a sus elegantes fachadas, distinguiéndose notablemente su grandiosa escalera, la magnífica capilla ducal y el suntuoso salón de bailes, en que estuvo el teatro de la brillante sociedad del Liceo Artístico y Literario, y las principales habitaciones ocupadas por los duques propietarios, y que en 1823 habitó el delfín de Francia, duque de Angulema, generalísimo del ejército francés".
Para la realización del presente artículos se ha consultado diversas publicaciones referidas a esta plaza y su fuente. Las imágenes de WikipediA
¡Qué interesante!. Desconocía esta historia.
ResponderEliminarHola Ramón.
ResponderEliminarTe felicito por la estupenda labor de divulgación de la historia de las calles y edificios de Madrid, que los madrileños desconocemos en su mayor parte.
Comparto el post.