Plaza Mayor de Madrid
La Plaza del Arrabal, precedente
En el espacio que ocupa nuestra plaza, ya había, desde la Edad Media, otra plaza, conocida como del Arrabal, ya que quedaba fuera de las murallas que protegían a la población desde el siglo XI, una vez que Alfonso VI, las mandara ampliar, tras la conquista de la ciudad, que había sido fundada por los musulmanes. En aquella época, debido a los excesivos costes que suponía perimetrar una ciudad con una muralla, se procuraba economizar el espacio intramuros, por lo que las poblaciones no solían contar en su interior con grandes plazas. Otra circunstancia era que, al estar fuera del perímetro de la ciudad, se evitaba el portazgo, impuesto que gravaba la venta de mercaderías dentro de la ciudad, lo que hacía que estos espacios fueran mercados muy frecuentados por los pobladores. En 1463, Enrique IV, hermano de Isabel la Católica, concedió a la villa de Madrid el privilegio de celebrar todos los meses una feria. Feria que se celebraba en las inmediaciones de la iglesia del Salvador, para trasladarse, posteriormente, a la Plaza del Arrabal que, con el tiempo, se iría rodeando de viviendas, adquiriendo un aspecto más urbano. En el 1494 la plaza se regularizó urbanística y comercialmente, según las disposiciones reales.
Pasado el tiempo, Felipe II, con las arcas vacías, decidió hacer de Madrid la sede de la corte en 1561. Era necesario acabar con la "evasión fiscal" del mercado del Arrabal que, como hemos dicho. Evitaba por su ubicación extramuros pagar ciertos impuestos. Por lo que decide derribar la vieja muralla medieval, incluyendo la plaza en la ciudad. Plaza que se convirtió en uno de los centros de la vida social y cultural madrileña.
En 1591, es ya la Plaza Mayor
En el 1591 la plaza del Arrabal es ya la Plaza Mayor, un espacio con soportales de madera. A los inicios del siglo XVI, la plaza tenía un aspecto ruinoso, por lo que Felipe III ordena reestructurar la Plaza Mayor, en la que había sido proclamado rey. En 1608 Francisco de Mora recibió el encargo de “cuadrar la plaza”, cosa que no se produciría hasta el año 1617, cuando su sobrino Juan Gómez de Mora, responsable también del diseño de la Cárcel de la Corte, hoy Ministerio de Asuntos Exteriores, por voluntad de Felipe V; y la Casa de la Villa, sede del Ayuntamiento Madrileño entre 1693 y 2007; el cual inició la que sería gran Plaza Mayor de Madrid, enmarcada dentro de un rectángulo de 152 metros de largo por 94 metros de ancho. Las medidas no fueron elegidas al azar, ya que fueron el resultado de aplicar la sección áurea a las proporciones del espacio. Como la Plaza Mayor se había edificado en una plataforma artificial, sobre la antigua laguna de Luján, Gómez de Mora solventó el desnivel que había entre la Plaza y la Cava de San Miguel con una serie de viviendas que servían como muro-talud. El desnivel se salvó a través de una escalinata que conectaba la Cava con la Plaza a través de un arco, llamado a convertirse en uno de los iconos de la ciudad: el famoso Arco de Cuchilleros. El diseño de Gómez de Mora se componía de elementos del barroco madrileño: ladrillo rojo en las fachadas, granito en su cimentación, pizarra en los tejados, torres y tejados rematados por chapiteles y veletas, con dinteles y balconadas corridas.
Con el paso del tiempo, algunos de estos elementos se fueron deteriorando, principalmente, a causa de los numerosos incendios que se sucedieron. Posiblemente, uno de los más terribles, tuvo lugar el 16 de agosto de 1790, siendo necesario reconstruir la plaza, tarea encomendada a uno de los arquitectos más importantes de la época: Juan de Villanueva, quién respetó bastante las trazas de Gómez de Mora, aunque rebajó la altura de los edificios de cinco a tres plantas. La altura de la Plaza se unificó mediante un tejado corrido de pizarra, salteado de buhardillas. La novedad más notable fue el cerramiento completo de la Plaza, con una serie de arcos. Anteriormente, la Plaza Mayor había sufrido dos incendios, en los años 1631 y 1672, pero el de 1790, fue devastador, arrasando la totalidad de la Plaza.
Actividad económica y social
De siempre, la plaza ha sido un lugar de intensa actividad económica, como lo atestiguan algunos de sus diez arcos de acceso: el de la Sal, que recibe su nombre por situarse allí el depósito de venta de tan preciado producto; el de Botoneras, donde se apostaban las vendedoras de botones; y el de Cuchilleros, que recibe el nombre de dicho gremio. Los carniceros se situaban en el interior de la plaza, en la conocida Casa de la Carnicería, depósito de carne que abastecía a los mercados de la villa.
Desde sus inicios, la plaza Mayor tuvo una intensa vida social y cultural, siendo el marco de festejos diversos. Aquí se proclamó rey a Felipe IV, en 1621. El espacio, también sirvió, para albergar espectáculos teatrales, así como corridas de toros, torneos y romerías. Este es el caso de la dedicada a san Marcos, que se celebraba el 25 de abril, y donde los romeros solían acudir vestidos con harapos, por lo que fue conocida popularmente como la del trapillo. De ahí proviene la expresión "ir de trapillo" para referirnos a una manera de vestir sencilla y casera.
Cada primero de mayo, partía de la plaza, camino de la ribera del río Manzanares, la peregrinación de Santiago Verde, en la que eran frecuentes los galanteos y las disputas. Góngora la recordaba con los siguientes versos
"No vayas, Gil, al Sotillo
que yo sé
quien novio al Sotillo fue
y volvió hecho novillo".
Uno de los torneos más recordados tuvo lugar en 1623, con motivo del compromiso del príncipe de Gales con la infanta María Teresa, hija de Felipe IV. Que fue un verdadero derroche para un enlace que no se llegó a celebrar.
El día en que en Madrid había toros, se reunían en la plaza 50.000 espectadores, para ver a los toreros, deseosos de mostrar su desprecio al peligro. Uno de esos matadores fue el conde de Villamediana, conocido por sus sátiras. Una de sus víctimas favoritas era Pedro Vergel, alguacil de la plaza y un día que Villamediana mató a un toro con su alabarda, le dedicó estos versos:
"El toro tuvo razón
en no osar acometer
pues mal pudo él oponer
dos cuernos contra un millón".
Todos los hogares eran de alquiler, y en los días de espectáculo, los balcones se llenaban de madrileños habidos de verlo. Todos estos hogares eran de alquiler y tenían la conocida “servidumbre de espectáculo, que obligaba a sus ocupantes a desalojar los balcones, para que fueran ocupados los dueños de las viviendas. Al respecto decía Luis Quiñones de Benavente en el siglo XVII:
"Gran pensión es esta
de vivir en la plaza un caballero,
pues paga todo el año su dinero,
y el día que ha de ver la fiesta en ella
le echan de casa y quédase sin vella".
Casa de la Panadería
El espectáculo menos festivo al que se podía asistir en la plaza pero, no por ello, menos concurrido, eran las ejecuciones. El primero en ser ajusticiado en ella fue don Rodrigo Calderón, hombre de confianza del duque de Lerma, valido de Felipe III, que fue condenado a muerte en 1621, acusado de corrupción. Cuentan las crónicas de la época que, cuando el verdugo se disponía a seccionarle el cuello, el reo, le corrigió: "Por detrás no, amigo. No me han castigado por traidor". Fue degollado enfrente de la Casa de la Panadería (fachada norte), desde donde la familia real presidía el acto. La Casa de la Panadería fue construida por Diego Sillero alrededor de 1590, pero de este edificio sólo se conserva el sótano y la planta baja. Entre las numerosas funciones que ha tenido destacan el de Tahona Principal de la Villa, que fijaba el precio del pan para que los más necesitados pudieran adquirirlo, aposentos reales, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Academia de la Historia. En la actualidad es la sede del Centro de Turismo de Madrid. La decoración que podemos contemplar en la fachada ha sufrido transformaciones a lo largo de los años. Las pinturas murales que la cubren hoy, son obra de Carlos Franco, en ellas se distinguen figuras mitológicas relacionadas con la historia de Madrid como la diosa Cibeles.
Era éste, aparentemente, el tipo de ejecución menos doloroso, por lo que se reservaba a los nobles. La horca, estaba situada junto a la Casa de la Carnicería (al sur), y el garrote vil, colocado delante del Portal de Paños, se utilizaba con quienes no tenían ningún título nobiliario. Todos exhalaban su último suspiro ante los curiosos que se agolpaban para la ocasión en el rojo corazón del Madrid barroco.
Con Isabel II, la funcionalidad de la Plaza, cambió
Durante el reinado de Isabel II, la Plaza perdió la función de lugar de espectáculos, remodelándose el espacio central, que se convertiría en un jardín a la francesa. Siguiendo la moda urbanística gala, fue adoquinada, ajardinada y engalanada con fuentes, y a instancias del entonces concejal de Madrid, Mesonero Romanos, se colocó en el centro la estatua ecuestre de Felipe III, que hasta entonces había estado ubicada en la Casa de Campo. La plaza resultante, con trazado neoclásico, tendría unas dimensiones finales de 120 por 90 metros, con 114 arcos incluidos los ocho de acceso, 377 balcones, cuatro torres y un total de 76 buhardillas. Comenzó a ser lugar de paso obligatorio para comerciantes, compradores, turistas, paseantes…No había persona que viviese o estuviese en Madrid que no acabase pasando, paseando por ella. Desde 1877 albergó las cabeceras de algunas de las principales líneas de tranvía de la ciudad, con actividad hasta 1956.
Entre los años 1921 y 1935, se realizaron reformas en las viviendas para consolidar el balconaje. Pero la reforma más importante se realizó en los Años 60, del siglo XX, cuando se recuperaron los tejados de pizarra y se regularizaron las buhardillas. Se cerró al tráfico rodado y se habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la propia Plaza, eliminando las zonas ajardinadas y el mobiliario urbano para recuperar la grandiosa escala del primitivo proyecto. La última de las grandes actuaciones en la Plaza Mayor, se realizó en 1992. Se decoraron los muros de la Casa de la Panadería, sustituyendo los antiguos y deteriorados frescos.
Para la realización del presente artículo se han consultado diversos folletos y publicaciones referidas al tema. Las imágenes son de Pinterest
Comentarios
Publicar un comentario