Palacio del conde de Berbedel en Valencia


            Construido en el siglo XVII, era también conocido como Palacio del marqués de Campo y de los duques de Villahermosa, según el propietario en cada momento. Fue la sede de la Capitanía General, durante el mandato del General Elío, y residencia del marqués de Campo, cuando se hizo con su propiedad en 1840.

            El palacio fue centro de atención pública en varias ocasiones, tanto por la importancia de los moradores, como por determinados acontecimientos. Uno de ellos giró en torno a las celebraciones del Segundo Centenario de Nuestra Señora de los Desamparados, cuando presentó una original decoración, traída de Londres. Consistía en grandes placas de cristal tallado, con arte y minuciosidad, detrás de los cuales se colocaba luz de gas, cuyos rayos eran obligados a concentrarse por medio de una plancha metálica. Se producía, gracias a las placas de cristal en la que confluían los rayos, un efecto de grandes diamantes. Esta original decoración, se colocó en los balcones. En el central, de forma ovalada, con el texto “María”, rodeado de una faja de relucientes topacios. En ambos lados se representaban dos estrellas de diamantes.


            En la actualidad, la decoración interna, sigue siendo la misma que en el momento de ser adquirido por el Ayuntamiento de Valencia. Las dos puertas principales dan acceso a un zaguán que nos introduce en el patio central. A la derecha encontramos la escalera de honor, de estilo Luis XV. La caja de la escalera ésta cerrada por una interesante cúpula.

            En el principal había toda una serie de elegantes salones, nombrados según el estilo dominante. Así podemos encontrar el Luis XV, con profusa decoración en la talla a base de oro sobre fondo blanco. Junto a este se encontraba el Salón Fumoir, que presentaba un techo decorado con cuatro medallones, en los que figuraban pintadas alegorías de las cuatro estaciones. Otro recibía el nombre de Salón de Armas, atendiendo a los escudos y panoplias sobre puertas y balcones. Y desde esta estancia se pasaba, atravesando un curioso vestíbulo con las paredes recubiertas de espejos, al Salón Imperio, decorado con seda. El techo abovedado, presentaba relieves alusivos a aquellas empresas propiedad del marqués de Campo: el gas, la fábrica de tabacos, el ferrocarril y la compañía naviera de Filipinas.


            Desde este último se accedía al Salón de Baile. En el destacaba el cielo raso con gran profusión de talla dorada, pinturas alegóricas formando medallones entorno a un plafón central. Enriquecía la decoración de la estancia los altorrelieves de los ángulos, con ángeles y águilas, dos formidables espejos y cuatro soberbios candelabros en bronce y cristal de Bohemia, situados en la parte superior de las rinconeras. Era igualmente vistoso el Salón Árabe, tanto por la decoración interior como por los estilos de sus tres puertas, neomudejar, que contrastaba enormemente con el resto del palacio. Tenía una pequeña capilla, abovedada y con presbiterio a imitación del existente en la Parroquia de San Esteban, que aún puede verse tras su recuperación y restauración.


            Una última estancia, a mencionar, es la “serre”, constituida por un amplio salón cuyo techo está totalmente acristalado, a modo de invernadero, y consecuentemente muy luminoso. La estancia se conserva aún, a pesar de que la última intervención practicada, terminó de desfigurar el aspecto de sus salones y de la propia “serre”.

           
Fuentes: WikipediA, Palacios y Casas Nobles de la Ciudad de Valencia de Francisco Pérez de los Cobos Gironés
Imágenes: Propias del autor

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