Floreal


Realizado en 1915, es un óleo sobre lienzo de 160 x 187 cm. 

Pinazo realiza en Floreal una alegoría de la riqueza y exuberancia de las muchachas y el joven, ataviados con trajes regionales. Un alegre cortejo que no sabemos si va camino al mercado, cargado con frutas, flores y animales, si se dirige a realizar una ofrenda a algún santo o si es una alegoría de la primavera, ya que floreal era el mes del calendario republicano francés que coincidía con la primavera, es decir, con la plena floración. Los personajes que se dirigen a la fiesta o el grupo alegre que camina entre los campos, a pie o a caballo, fue un asunto bastante frecuente entre las creaciones de la pintura regionalista. Para los valencianos, el tema favorito como representativo de la fiesta no eran las danzas, sino las grupas, las parejas a caballo engalanadas para la feria. Sorolla pintó varias grupas, pero también lo hizo Anglada Camarasa, cuya estancia en Valencia y cuya obra impulsó considerablemente al valor decorativo de las expresiones folkloristas valencianas. Todas estas pinturas inciden en una visión desenfadada y vitalista, en representativas de la España blanca, algo hedonista y pagana, aunque a veces esas alegorías estén sumidas en un tono misterioso y profundo que refleja cierta melancolía e inquietud, como sucede con Romero de Torres. Las mujeres de José Pinazo, protagonistas indiscutibles de sus composiciones regionalistas, son delicadas y agradables, de intensa y profunda mirada, de rasgos muy suaves, a través de las cuales visualiza una Valencia ideal y legendaria: poemas valencianos que cantan el amor, la vida, la tierra y sus frutos. En suma como diría Manuel Abril, "una interpretación más poemática que naturalista". 

En Floreal además de lo estudiado y meditado en la obra, el pintor cae en unos excesos y tópicos de los que artista manifiesta más tarde su renuncia. En contraste con la obras de Anglada y Sorolla, que podemos considerar como configuradores de esas visiones decorativas de lo valenciano, Pinazo trabaja con una minucia y virtuosismo que se aprecia en diversos motivos del cuadro, especialmente en las sedas y brocados de los trajes de fallera, que ostentan una riqueza que muy rara vez se permitieron las labradoras y huertanas valencianas. Sus campesinas son igual que las de Mongrell o las de otros pintores valencianos, muy poco rústicas y tienen unos ademanes principescos: son flores de invernadero. En Floreal llaman la atención las finas manos de las muchachas y sus ademanes sofisticados, detalles especialmente visibles en la que porta un cesto de frutas en la cabeza que apenas sostiene con dos dedos, como si fuera una figura sacada de una composición manierista, tal y como sucede también en algunas composiciones de Julio Romero de Torres o incluso de Gustavo de Maeztu, aunque el tratamiento de la mujer es muy diferente en uno y otro artista. En Pinazo no encontramos un erotismo tan directo y provocativo como el del pintor cordobés. 

La obra de José Pinazo guarda ciertas similitudes con la de Eugenio Hermoso en esa visión, risueña, idealista y bucólica, si bien las figuras de Hermoso son generalmente más esbeltas que las de Pinazo. Las falleras y labradoras de Pinazo no tienen nada de rústico: el mundo de la huerta se presenta mediante el travestimiento de los tipos urbanos. De hecho, los personajes de Floreal pertenecen al entorno familiar del artista: su hija María Teresa (la niña que porta flores), su esposa, su amigo Emilio Marco y tres muchachas amigas de la casa. 
En el cuadro de Pinazo, el paisaje a penas se divisa al fondo, en la lejanía y es el cielo con sus grandes nubes coloreadas, el gran protagonista de una naturaleza en consonancia con la exuberancia de la escena. Las flores, frutas y cerámicas constituyen magníficos ejemplos de bodegón, que fue un género en el que Pinazo alcanzó grandes aciertos. Entre las frutas y flores ocupa un protagonismo especial el racimo de naranjas que porta el joven. La naranja, motor de la economía valenciana, se convirtió en una referencia casi obligada en la pintura regionalista, en un símbolo local de riqueza y prosperidad, en una exaltación del progreso ligado a la agricultura 


Fuente: Museo del Prado 
Imagen: WikipediA

Comentarios

Entradas populares