Castillo de Muro de Ágreda


Muro podría figurar entre los más destacados de la península ibérica, gracias a su remoto pasado. Aunque es un desastre patrimonial lo sucedido en toda la provincia de Soria. Desastre que ahora los vecinos, como los de Muro, se ven obligados a tratar de recuperar en parte. Recuperar según qué cosas, no se consigue fácilmente, y si se hace en parte, es a base de mucho dinero. Dinero difícil de conseguir, máxime cuando en esta provincia de Soria todo aquello que se aparte de Numancia (a quien le ha salido un duro contrincante en la provincia vecina, Atapuerca), está condenado a no excavarse nunca. 

Al mirar los planos adjuntos a la “Descripción de la Vía Romana entre Uxama y Augustóbriga”, de Eduardo Saavedra, y ver el alzado de la muralla y el perímetro de la misma en Muro, podemos apreciar: que este lugar, de haber conservado tal muro –al que tal vez deba su nombre- hoy estaría en todas las guías culturales y turísticas de este país. 


La muralla podría haber sido levantada con sillares almohadillados, y tenía más de tres kilómetros de diámetro. En su interior estaba la fuente, una venta, dos ermitas: San Gil y la Magdalena, y al parecer, el castillo se ubicaba extramuros. Algunos trozos de muro y la fuente (por necesaria) es lo único que se conserva de esta obra defensiva. 

Parece ser que Muro se llamó, en el mundo de los pelendones, Arekoratas, numerosas monedas encontradas avalan la ubicación de una ceca, gracias a las minas de galena existentes en el término. Por Muro discurría la Vía correspondiente al Itinerario nº 27 de Antonino, que unía Caesaraugusta (Zaragoza) y Astúrica Augusta (Astorga). Tal vez desde esta vía principal saliera otra hacia el Norte, ya que los restos documentados en Suellacabras y Taniñe enlazarían, naturalmente, con las vías principales. 

En Muro las piedras dejan de hablar durante la Alta Edad Media, hasta que edificaron el castillo, del que restan dos muros en mal estado; una torre de vigía unida a la iglesia; y la propia iglesia, dedicada a San Pedro, de impresionante portada con capiteles foliados y una puerta de entrada que conserva los herrajes románicos. 

A mediados del siglo XVIII encontramos un pueblo con abundante ganado lanar churro, edificio para pósito, fragua, casa para las Juntas, escuela con horno de poya, mesón, panadería, tienda (de pescado, aceite y alubias), taberna, sastre, dos albéitares, pobrera, y labradores que a su vez hacían de arrieros. Las buenas comunicaciones romanas, que se mantuvieron durante siglos, propiciaban actividades, como la arriería, y ser utilizadas para peregrinar a Santiago, como sucedía con esta vía, que formaba parte del camino castellano-aragonés. Pertenecía a la Comunidad de Villa y Tierra de Ágreda, y el padre Gonzalo Martínez dice que en su término se ubicaba el despoblado de Las Moranas, en lo que en la actualidad se conoce como corral del Palacio. Las murallas, en el siglo XVII, debían ser más visibles que en la actualidad. 

Con el paso del tiempo, el éxodo rural se enseñoreó con todas las villas, pueblos y aldeas del mundo rural, muy especialmente en Soria. 

Tanto Muro de Ágreda como Alfaro cuentan con antecedentes de época romana. Muro se superpone a la ciudad de Augustóbriga y Alfaro a Graccurris, fundada por Tiberio S. Graco en el año 179 a. C. 


FUENTES: Soria Pueblo a Pueblo, Wikipedia, Guia de Soria.

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