Don Juan José de Austria


Nacido en Madrid el 7 de abril de 1629, y fallecido en Madrid el 17 de septiembre de 1679. Era hijo natural de Felipe IV, que tuvo con la actriz María Calderón (la Calderona). Fue criado en secreto, en un principio se pensó en destinarle a la carrera eclesiástica; pero, por consejo del conde-duque de Olivares, y ante la falta de herederos varones, el rey le reconoció en 1642. En 1643 fue elevado a la dignidad de príncipe y se le nombró prior de la orden militar de San Juan para los reinos de Castilla y León; sin embargo, el rey rechazó siempre su pretensión de ser legitimado y reconocido como infante.

Con solo 18 años, se propuso emular las hazañas del primer Juan de Austria, siendo puesto al mando de la flota enviada a sofocar la revuelta de Nápoles (1647-51). Su crédito aumentó al dirigir el sitio de Barcelona de 1652, que puso fin a la larga guerra de la Corona contra la rebelión de Cataluña, recibiendo el nombramiento de virrey de aquel territorio. Después fue virrey de Flandes (1656-59), tarea en la que obtuvo algunos éxitos frente a los franceses, como el levantamiento del cerco de Valenciennes o la toma de Condé, aunque no pudo evitar la pérdida de Dunquerque. Por último, Felipe IV le puso al mando del ejército español que intentaba recuperar el control de Portugal, tarea en la que fracasó (1661-64).

Desde la muerte de Felipe IV en 1665, cambió la actividad militar por la política cortesana. A la vista de los problemas sucesorios y de la debilidad en que estuvo la Corona durante el reinado de su hermanastro Carlos II, don Juan de Austria se esforzó por lograr una legitimación que le facilitara el acceso a la gobernación de la Monarquía. Incluso planeó casarse con una hija del rey difunto y alarmó a la rama austriaca de la Casa de Habsburgo con sus poco disimuladas aspiraciones al Trono.

La lucha por el poder le enfrentó a la reina gobernadora Mariana de Austria y a su valido, el jesuita austriaco Nithard. Éstos intentaron apartarle destinándole a Flandes para contener un nuevo ataque francés; pero rechazó el nombramiento. En 1668 fue desterrado al descubrirse su implicación en un complot contra Nithard. Antes de ser detenido, huyó a Cataluña y se puso al frente de una fuerza armada, con la que marchó hacia Madrid, forzando la caída de Nithard en 1669. No obstante, no se atrevió a atacar la capital y vio cómo el poder quedaba en manos de un nuevo válido, Valenzuela; eludió como pudo nuevos intentos de la reina por alejarle de España destinándole a Flandes (1670) y a Nápoles (1675).

En 1675 regresó fugazmente a Madrid, al cumplir Carlos II la mayoría de edad y llamarle para que le prestara juramento con honores de infante, en una tensa lucha del joven rey para librarse de la regencia de su madre y del poder de Valenzuela; pero fue alejado de la corte enseguida por influencia de la reina madre. Fue la presión de los grandes de España y de los militares la que logró su rehabilitación después de la caída de Valenzuela en 1676. Desde que en 1677 se instaló en la corte, dirigió el gobierno de la Monarquía, hasta su muerte. En esos tres años, aparte de ajustar cuentas vengándose de la reina madre y de Valenzuela, al que desterró a Filipinas, sólo cabe destacar la Paz de Nimega de 1678, por la que España cedió a Francia amplios territorios.



Comentarios

  1. Me encantan estos temas y su entrada. Gracias por su valiosa información. Y enhorabuena por este magnífico Blog. Saludos y nos veremos por aquí en más ocasiones.

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