Puerta de Ruzafa

Al construirse la muralla cristiana en 1356, en lo que hoy se conoce como Ronda de Circunvalación, se dejó transito y puerta abierta para la vecina población de Ruzafa, una de las ocho puertas pequeñas de la ciudad, cuyo nombre tomó por estar situado frente al lugar del mismo nombre, un poblado moro que poseía numerosas huertas de riego.

Permaneció abierta hasta 1576, momento en el que se colocaron barreras de hierro, como en otros portillos, para impedir el paso de las caballerías y de la trajinería, que solo permitían el transito de personas a pie, tapándose en 1646 y volviéndose a abrir en 1659.

A principios del siglo XVIII fue nuevamente cerrada hasta que en 1786 Félix Pastor (luego marqués de San Joaquín y Pastor), un hacendado comerciante de la ciudad, reedificó de su pecunio una nueva puerta en este lugar, obra del arquitecto boloñés Felipe Fontana, que ofrecía poco de notable: un sencillo arco de medio punto apeando sobre pilares macizos, en cuyo ático se elevaba un frontispicio que ostentaba en el anverso y reverso sendas lápidas. En la versante extramuros de la ciudad se podía leer: "En honor de Dios Omnipotente Máximo: Año 18 del reinado de Carlos III el senado y el pueblo de Valencia abrió esta Puerta, llamada de Ruzafa, en 1786”.

Y la que daba al interior de la ciudad decía: “En honor de Dios Omnipotente y Máximo, para publica utilidad, se abrió esta puerta en 1786 a expensa de Félix Pastor”.

Fue derribada definitivamente entre 1865 y 1866.

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