José Luis Rodriguez Zapatero. 205º Presidente en 2004-2008, y 206º 2008-2011.
Durante el Reinado de don Juan Carlos I (1975-2014) fue el decimotercer Presidente del Gobierno, desde el 17 de abril de 2004 al 14 de abril de 2008; y el decimocuarto desde el 14 de abril de 2008 al 21 de diciembre de 2011.
Nacido el 4 de agosto de 1960 en Valladolid, ya que
allí tenía su consulta su abuelo materno, un pediatra de prestigio, aunque la familia
tenía su residencia en León, donde ejercía la abogacía el padre, Juan
Rodríguez, que fue director de los servicios jurídicos del Ayuntamiento de León
y decano del Colegio de Abogados. Su madre, Purificación Zapatero, de carácter paciente
e introvertido, el matrimonio tuvo dos hijos: Juan y José Luis.
Realizó sus
estudios, hasta EGB, en el colegio Discípulas de Jesús, y bachillerato y COU en
el Colegio Leonés. Tenía una gran afición por el fútbol y el baloncesto. Al
margen del deporte, es aficionado a la pesca de la trucha, en los ríos Porma u
Órbigo, y a hacer excursiones por el monte.
En agosto de
1976, aun los partidos políticos no eran legales, asistió a un mitin
de Felipe González en Gijón; allí nacieron su vocación política, su
militancia socialista y su admiración por el líder sevillano. Se afilió a las
Juventudes Socialistas en 1979 y fue secretario de la organización en León.
Pasó por la universidad como un estudiante competente. En la Facultad de
Derecho conoció a Sonsoles Espinosa, hablaron por primera vez en la
manifestación celebrada el 24 de febrero de 1981 contra el intento de golpe de Estado del día anterior; José Luis, que era delegado de curso, había conseguido
el aplazamiento de los exámenes parciales convocados para aquel día. El
noviazgo fue difícil: la militancia le absorbía mucho tiempo. Se casaron en
Ávila, y pasaron la luna de miel en Sevilla. El matrimonio ha tenido dos hijas,
Laura y Alba.
Rodríguez
Zapatero se licenció en derecho por la Universidad de León en 1982, con una
tesina sobre el Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Ejerció en la misma
universidad como profesor de derecho constitucional, y desde 1986 ocupó un
escaño, por las listas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en el
Congreso de Diputados, donde formó parte sucesivamente de las comisiones de
Justicia e Interior, Constitucional, del Defensor del Pueblo y de Administraciones
Públicas, en la que era portavoz de su grupo.
En 1989 fue
elegido secretario provincial del PSOE en León, desplazando a su primer mentor
político, Maximino Barte, con el apoyo de una corriente crítica; aquí ya evidenció
la ambición, la capacidad para sumar apoyos, la confianza en las posibilidades
propias y la habilidad de maniobra que lo llevarían más tarde a la cúpula
nacional del PSOE.
Mantuvo su
cargo provincial a lo largo de cuatro congresos, enarboló la consigna del “cambio
tranquilo” en el XXXV Congreso del PSOE de julio de 2000, donde fue elegido
secretario general del partido, cargo vacante desde la dimisión de Joaquín
Almunia en el mes de marzo. Zapatero fue el candidato de la llamada “Nueva Vía”,
encabezada, entre otros, por Pepe Blanco, Jesús Caldera, Trinidad Jiménez,
Jordi Sevilla, Antonio Cuevas y Juan Fernando López Aguilar, y compitió por la
secretaría general con José Bono, Matilde Fernández y Rosa Díez. Nueve escasos
votos de diferencia le dieron la secretaría general, frente a José Bono.
En octubre
de 2002 fue designado candidato de su partido a la presidencia del gobierno en
las elecciones generales de 14 de marzo de 2004. La lucha prometía ser reñida.
En las elecciones municipales de mayo de 2003, el PSOE obtuvo 120.000 votos más
que el PP, aunque unos 400 concejales menos; pero nadie podía predecir las
secuelas que tendrían las elecciones a la Comunidad de Madrid. En ellas, el
PSOE e Izquierda Unida (IU) obtuvieron votos suficientes para desplazar del
gobierno al PP, pero la defección de dos diputados de la lista socialista en la
sesión de investidura obligó a una repetición de las elecciones, en el mes de
octubre, y en definitiva fue la candidata popular, Esperanza Aguirre, quien
obtuvo la mayoría.
Los
atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid sacudieron el tramo
final de la campaña electoral para las elecciones generales. La ciudadanía
acudió a las urnas en un clima de conmoción ante la tragedia. Hubo también
indignación ante la actitud del gobierno del PP, que siguió atribuyendo la
autoría del atentado a ETA incluso cuando ya había pruebas que señalaban a Al
Qaeda; pero seguramente ese no fue el elemento determinante del resultado
electoral.
La victoria
del PSOE permitió a Zapatero formar un gobierno monocolor, con amplios apoyos
parlamentarios. En la sesión de investidura, el 16 de abril de 2004 obtuvo el
apoyo de seis partidos representados en la Cámara, además del suyo propio:
Izquierda Unida [IU], Iniciativa per Catalunya Verds [ICV], Chunta Aragonesista
[CHA], Esquerra Republicana de Catalunya [ERC] y Coalición Canaria [CC]), las
abstenciones del Partido Nacionalista Vasco [PNV] y Convergència i Unió [CiU],
y el voto en contra únicamente del PP.
El XXXVI
Congreso del PSOE, celebrado a principios del mes de julio, vino a corroborar
el final de los conflictos internos, al darse un respaldo casi unánime al líder
que había devuelto a la formación socialista al poder. Un líder que tuvo coraje
para ordenar, apenas investido presidente, el cumplimiento inmediato de su
promesa electoral de retirar las tropas españolas de Iraq. Zapatero reiteró su
intención de gobernar con un talante abierto, tranquilo, conciliador, respetuoso.
El inicio de su gestión estuvo marcado por imprimir cambios radicales en la
vida política y social del país. Una de las primeras medidas adoptadas fue la
retirada de las tropas españolas de Iraq, a la que siguió la supresión del
trasvase del río Ebro integrado en el Plan Hidrológico Nacional y la
paralización parcial de la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE).
Durante su
gobierno se aprobó la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género, se reformó la ley del Poder Judicial, se llevó a cabo una
reforma del Código Civil que permitía el matrimonio entre personas del mismo
sexo y se aprobaron las leyes de Educación y de la Memoria Histórica; además,
tras largos debates, quedaron aprobadas las reformas de los estatutos de
autonomía del País Valenciano, Islas Baleares, Aragón, Castilla y León,
Andalucía y Cataluña.
Entre los
asuntos de mayor trascendencia en la política interior con que tuvo que
enfrentarse Rodríguez Zapatero durante su gestión estuvo la lucha contra el
terrorismo. Ya en su primer gobierno, adelantó su intención de emprender alguna
forma de aproximación con ETA, con el fin de iniciar el camino hacia la paz. En
febrero de 2006 la organización terrorista anunció un alto el fuego permanente,
tras lo cual Rodríguez Zapatero llevó a cabo la primera reestructuración de su
gabinete, que incluyó la designación de Alfredo Pérez Rubalcaba al
frente del Ministerio del Interior, desde el cual se dieron los primeros pasos
hacia una negociación. Pero el proceso de paz quedó roto a finales de ese año,
cuando ETA realizó un nuevo atentado en el aeropuerto madrileño de Barajas;
Rodríguez Zapatero debió afrontar las críticas a su estrategia respecto a la
organización terrorista. Esa resistencia a su gestión no expresaba la mayoría
de las voluntades; así quedó demostrado en las elecciones presidenciales del 9
de marzo de 2008, en las que Rodríguez Zapatero quedó confirmado en el cargo.
Su segundo
mandato estuvo marcado por el impacto de la recesión económica global, que en
el caso de España se presentó como una de las más graves de las últimas décadas
debido a la repercusión de la crisis en el sector de la construcción, que
representaba casi el 10 % del PIB español y empleaba a un 15 % de la población
activa. Ante la extremadamente delicada situación de la economía, caracterizada
por altos índices de desocupación y un importante déficit fiscal, Rodríguez
Zapatero se vio obligado a promover medidas impopulares, como el recorte de los
salarios estatales o la desaparición de la ayuda a las familias con hijos
recién nacidos, y una reforma del sistema de pensiones que, entre otros
aspectos, incrementaba la edad de jubilación de 65 a 67 años. Además, para
reducir gastos, el gobierno español aplicó fuertes ajustes a las políticas
presupuestarias y puso en marcha un plan de ahorro energético.
En abril de
2011, cuando la economía española no daba todavía signos de recuperación,
Rodríguez Zapatero anunció que no se presentaría como candidato a las
elecciones de 2012, finalmente adelantadas al 20 de noviembre de 2011. En tales
comicios, el electorado pasó factura a la gestión socialista y otorgó la
mayoría absoluta al Partido Popular, liderado por Mariano Rajoy. De este
modo, la figura de Rodríguez Zapatero quedó inevitablemente vinculada a la
debacle del PSOE en las urnas y al fin de la etapa de gobierno socialista.
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