El juego lúgubre de Dalí
Fechado en
1929, es un óleo sobre cartón de 44,4 X 30,3 cm. En colección particular.
Esta obra es,
quizá, la más notable de la incorporación de Dalí al
movimiento surrealista. Se expuso junto al El gran masturbador en noviembre de 1929 en
la Galería Goemans, con prólogo de Breton. Siguen existiendo referencias
al arte de Giorgio de Chirico, por ejemplo en el monumento del fondo a la
izquierda, como el monumento al metafísico de artista italiano que aquí es al
masturbador, en los peldaños en "perspectiva acelerada" y en
los fondos silenciosos, fríos, dilatados y oníricos. También evoca la pintura
de Joan Miróen la mezcla de pequeños y múltiples elementos como en El
carnaval de Arlequín. Presenta las distorsiones típicas del surrealismo, un
personaje masculino que se tapa la cara y extiende la otra mano mucho más
grande sobre un pedestal con palabras alusivas a la medición. Más abajo, un
león que levanta una pata apoyándola en una bola es símbolo de la pasión. En el
otro extremo de la composición aparecen dos figuras abrazadas; una vista de
espaldas con excrementos, ojos desorbitados y aspecto de loco mencionando a
Dalí y otro, que se abraza identificándose con algo irreal, ovoide derivado de
la iconografía chiriquiana. Tiene una hendidura en la cabeza que alude a la
obsesión, su temor a las mujeres y su culpabilidad. La masa viscosa sobre la
estructura escalonada se transforma en múltiples seres y objetos. Es la
subrrealidad contenida en la realidad, como afirmaba el teórico surrealista
André Breton. Es la primera manifestación de figuras
"teleplasmáticas" donde se prolongan miembros que simbolizan el deseo
que hace estallar a la materia.
Ramón Martín
Comentarios
Publicar un comentario