Ana I, zarina de Rusia (1730 a 1740)

 

Ana Yoánnovna, era hija de Iván V (cohermano de Pedro I el Grande) y prima de Pedro II. Había nacido en Moscú el 7 de febrero de 1693, y contrajo nupcias con Federico Guillermo, duque de Curlandia.

Al morir Pedro II en 1730, como este no había dejado herederos directos, el "Consejo Privado" escogió a Ana como emperatriz. Con esta elección, los miembros del consejo, compuesto por los más influyentes boyardos, pretendían poner en el trono a alguien fácilmente influenciable quien solo firmaría unos decretos que limitaran el poder imperial. Pero Ana destruye estos planes se aprovecha de la simpatía que genera entre los regimientos y en la guarda imperial, y contando con su apoyo se impone como una verdadera autócrata.

Una de sus primeras medidas fue activar una policía secreta que utilizará durante todo su reinado para intimidar y aterrorizar a quien se opone a su política. Sospechando de los nobles rusos, los aleja de las posiciones de poder, las cuales ofrece a personalidades de las regiones bálticas-alemanas. Una persona que obtendrá una fuerte influencia en la corte, y que normalmente se inclina a su favor, fue Ernst Johann von Biron. Establecerá una alianza con el Imperio Romano Germánico, personificado por Carlos VI con lo que Rusia participará en la Guerra de Sucesión Polaca, colocando en el trono a su candidato Augusto III.

El año 1735 Rusia emprendió un ataque contra el Imperio otomano, pero Carlos VI firma una paz aparte lo que obliga a Rusia a suspender las hostilidades y devolver todas los territorios conquistadas a excepción de Azov. También durante su gobierno, se inició la expansión de Rusia hacia Asia Central.

La emperatriz murió el 28 de octubre de 1740, al igual que su antecesor, sin dejar herederos directos, por lo que nombró sucesor a su sobrino Iván, que gobernará como Iván VI, (nieto de Iván V) que solamente contaba con unos meses de vida.

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Ramón Martín