Luis XV el Bienamado rey de Francia y de Navarra y Copríncipe de Andorra desde 1715 a 1774.
CASA DE BORBÓN
Nacimiento: El
15 de febrero de 1710 en Versalles.
Fallecimiento: El
10 de mayo de 1774 en Versalles.
Padres: Luis
de Francia y María Adelaida de Saboya.
Reinado: Desde
el 1 de septiembre de 1715 al 10 de mayo de 1774.
Luis XV el
Bienamado, nació en Versalles el 15 de febrero de 1710. Su minoría de edad
estuvo fuertemente marcada por los problemas de la Hacienda, heredados
del Rey Sol, a los que el
regente Law, tuvo que hacer frente, pero la política seguida por éste
solo consiguió agravar el problema, puesto que, sus ideas resultaron un rotundo
fracaso. En 1723 Luis XV fue declarado mayor de edad, pero no ejerció realmente
el poder hasta 1743, ya que dejó el gobierno en manos de sus ministros. El primero
fue el duque de Borbón, entre 1723 y 1726, fecha en que cayó en
desgracia, siendo desterrado de la Corte. A pesar de todo, el duque de
Borbón consolidó la alianza con Polonia mediante el matrimonio del rey con María
Leszczynska en 1725. María era hija de Estanislao I de Polonia.
Fruto de ese matrimonio nacieron diez hijos, entre ellos el heredero al trono.
El duque
de Borbón fue sustituido, al frente del reino, por el cardenal Fleury,
que se mantuvo en el poder hasta su muerte en 1743. Durante su gobierno
estabilizó la moneda, gracias a la gestión realizada anteriormente por Orry,
saneando las arcas reales; gracias a lo cual hubo un cierto despegue económico,
aunque no consiguió evitar que Francia se viese envuelta en la Guerra de
Sucesión de Polonia — guerra que duró desde 1733 a 1735—, debido a los
lazos que unían ambas monarquías. Aunque trató de mantener la paz, sobre todo
con Inglaterra, los acontecimientos le superaron. Mientras el reino estaba en
manos de Fleury, el se dedicó a cazar, a emprender viajes y las
diversiones cortesanas, sin mostrar el más mínimo interés por los asuntos de
gobierno. Situación que cambió cuando, en 1743, falleció el cardenal Fleury
y Luis XV se hizo cargo personalmente del Gobierno.
Durante
su largo reinado, fueron abundantes los cambios de gobierno y las intrigas, por
lo que fue convirtiéndose en un monarca impopular. Fueron frecuentes los errores
y abusos de autoridad que contribuyeron, en buen grado, a desprestigiarle; al
tiempo que, en el pueblo, crecía un sentimiento de rechazo hacia la Corona que
desembocaría durante el reinado de su sucesor, con el estallido de la Revolución
Francesa.
A
partir de 1737, una vez rotas las relaciones con su esposa, Luis permitió que,
sus sucesivas amantes, adquiriesen gran influencia en el reino, al tiempo que disfrutaban
del favor regio; así la marquesa de Pompadour y
posteriormente la condesa de Du Barry ejercieron el poder en
una Francia, en que el lujo desaforado fue fruto de escándalo.
A pesar
de todo, en política interior supo mantener el equilibrio entre las distintas
facciones de poder, llamándolas, alternativamente, al poder. En un principio
alentó la Enciclopedia, obra de los llamados enciclopedistas, aunque debido a
la crítica contenida en ésta, hacía el orden establecido, prohibió su
publicación. También emprendió un tibio plan de reformas en lo referente a la
Hacienda, que fueron necesarias para intentar sanear las finanzas francesas,
pero fue incapaz de imponerlas debido a la oposición de la nobleza. En lo
referente a la política exterior, es ahí donde se produjeron sus mayores
fracasos, ya que arrastró a Francia a la Guerra de Sucesión Austríaca,
desde 1740 a 1748, la cual desembocó en la Guerra de los Siete Años, y
que tuvo como, principal consecuencia, la pérdida del Imperio Colonial Francés
en la India y Canadá, pese a contar con la unidad de acción de todas las
ramas borbónicas de Europa.
Acabó
por ser odiado por sus súbditos, ya que le veían como un rey déspota, sobre
todo tras decisiones como la de desterrar a los parlamentarios en 1771 y
convertir el Parlamento en un mero tribunal de justicia. Con un precedente
consistente en los continuos enfrentamientos que mantenía con los
parlamentarios a causa de la política religiosa y financiera. Al final de sus
días entregó el poder a un triunvirato formado por Maupeou, Terray
y d'Aiguillon. Triunvirato que desarrolló una política de despotismo
económico e intervencionismo, la cual no ayudó a disminuir el creciente
desprestigio regio. Falleció en Versalles el 10 de mayo de 1774 y dejó como
heredero a su nieto Luis XVI.
Ramón Martín
Comentarios
Publicar un comentario