La Valencia Visigoda
Comprende
el periodo entre los siglos VI, VII y VIII. Durante el siglo V, las autoridades
romanas se esforzaron por mantener bajo su control a la importante costa
mediterránea, necesaria para mantener las comunicaciones entre la península y
las provincias de occidente. Es entonces cuando surgen dos acontecimientos que
hacen resentirse al poder romano en la península ibérica. Por un lado el
asesinato el año 455 del emperador Valentiniano III, último de la
dinastía teodosiana; pero sobre todo, por la derrota que los vándalos,
infligieron el año 460 cerca de Cartago Nova a la flota con la que el emperador
Mayoriano pretendía acabar con el poder naval de los vándalos.
En
vista de los acontecimientos, el último gobernador romano de la provincia
Tarraconense, el dux Vicencio, se puso bajo el mando del rey visigodo
Eurico, conquistando el importante valle del Ebro y la actual Cataluña. A
lo largo de las siguientes tres décadas, Eurico y su hijo Alarico II
consolidaron su autoridad en gran parte de la península; exceptuando las
tierras valencianas y todo el sudeste peninsular, gracias a la seguridad que
les daban sus murallas, y la defensa que les bridaban los mártires de cada
ciudad, entre los que destacaba el diácono Vicente. Esto tuvo una
consecuencia importante en la zona: los obispos se erigieron en protectores
sagrados. No dudando en utilizar sus patrimonios para construir suntuosos
edificios en sus respectivas sedes. Durante la época constantiniana, la iglesia
había acumulado importantes riquezas, por lo que, incluso antes de la
desaparición del poder imperial, los obispos además de líderes espirituales
eran los auténticos gobernadores, asumiendo todas las competencias.
Las
costas meridionales ─y particularmente las de la ciudad de Valentia─ fueron
adquiriendo un gran valor estratégico. Valentia se encontraba en una situación
muy importante por estar situada en la Vía Augusta, equidistante de Tarraco y
Carthago Nova, además de tener buena comunicación con Toledo, ciudad que se iba
convirtiendo en la capital del reino hispánico de los godos. Aunque entra en el
grupo de las especulaciones, es muy probable que, en el año 546, se celebrara
en la ciudad un congreso religioso; lo que si es cierto es que Valentia va
experimentando un cierto crecimiento, debido a la llegada e instalación de fuerzas
militares visigodas, durante la invasión bizantina de la zona sudeste
peninsular, a lo largo del año 554. Leovigildo se autotituló "rey de
Valencia" hacia el año 583. Tras la expulsión de los bizantinos en el
625, se inicia una nueva etapa de depresión en la ciudad.
Cercana
la invasión musulmana, en la península, vivían aproximadamente 5 millones de
personas, de los cuales 200 000 eran visigodos y 100.000 suevos, también
existía una importante colonia judía; pero la mayor cantidad de los pobladores
de la península eran hispanorromanos, esta misma proporción se podría aplicar a
Valencia. Siendo los visigodos la clase dirigente; mientras que, los
hispanorromanos, por muy poderosos que fueran, tenían vetado el acceso a cargos
políticos. La Iglesia, en esa época, tenía mucho poder, puesto que los pueblos
germánicos ya habían aceptado el cristianismo.
Llegamos
así al 711, cuando se produce la conquista musulmana, que aunque no fuera una
conquista verdaderamente bélica, fueron escasas las escaramuzas que se
produjeron, y la ciudad pactó una capitulación ventajosa, siendo incorporada al
Valiato de al-Ándalus, que dependía del Califato de Damasco, y posteriormente
al de Córdoba. Los musulmanes fueron benevolentes con los que no se les
opusieron, tal es el caso de Valencia y Orihuela, pero las ciudades que se les
opusieron, como Mérida o Tarragona, sus habitantes sufrieron duras
consecuencias. La población hispanorromana y visigoda siguió viviendo y
disfrutando de sus costumbres, posesiones y religión. Con el tiempo se
adoptarían de forma mayoritaria la lengua, religión y costumbres de los musulmanes,
aunque perdurará la de los cristianos, lo mismo que en la mayoría de los
lugares islamizados.
A
16 kilómetros de la ciudad de Valencia podemos encontrar un interesante yacimiento
de una ciudad fundada por los visigodos en aquella época. Me refiero a: Valencia
la Vieja (València la Vella)
Sin
salir de la ciudad encontramos dos claros ejemplos de edificaciones que
tuvieron su origen en aquella época. Una es la Catedral
de Valencia y la otra el Monasterio
de San Vicente de la Roqueta.
Interesante reportaje sobre esa etapa de la historia, la de los visigodos en la actual España, una etapa aún con muchas lagunas y muy interesante lo de Valencia la Vieja, un yacimiento que desconocía.
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