Isabel de Francia, esposa de Eduardo II rey de Inglaterra

 

    Nació en Paris el año 1295, muriendo el 22 de agosto de 1358 en Hertford (Inglaterra). Era hija del monarca francés Felipe IV el Hermoso y de su esposa Juana de Navarra. Casó el 28 de enero del año 1308, en la ciudad de Boulogne con el rey de Inglaterra Eduardo II, el cual también ostentaba el título de duque de Aquitania. Isabel recibió los títulos de condesa de Ponthieu y de Montreuil. Con este enlace se conseguía acabar con el conflicto franco-inglés, que venía del siglo XII, en la época de Leonor de Aquitania. A pesar de todo, el reinado de Eduardo II fue sumamente desastroso para Inglaterra.

    Eduardo era un hombre refinado y amante de la música, y en boca de algunos personajes de su época, tenía todos los indicios para considerarle homosexual. Al parecer no tenía buenas condiciones para los temas de gobierno, por lo que se apoyaba en un personaje, llamado Gabeston, que estaba mal visto por la mayoría de los barones del reino. Lo cual explica que, desde los primeros años del gobierno de Eduardo, estos defendieras más a la institución de la Corona que al propio monarca. Tras una difícil etapa, en la que Gabeston fue asesinado, el rey buscó nuevos hombres de confianza, como es el caso de los Despenser.

    El año 1322, Eduardo II obtuvo una victoria sobre sus rivales, aunque este fue efímero, pues los barones formaron una nueva coalición secundada, en esta ocasión, por Isabel, ya que las relaciones entre los monarcas no eran buenas. Isabel, el año 1325, marchó a Francia, más concretamente a París, desde donde animaba a la oposición contra su marido.

    Isabel de Francia tenía un amante, Roger Morimer, conde de March, que era uno de los más importantes enemigos de Eduardo. Los conjurados contra Eduardo lograron desembarcar en Inglaterra el año 1326, capturándole y dando muerte a los Despenser. Un año después le obligaron a abdicar, cediendo el trono a su hijo Eduardo III, siendo también asesinado. Mientras, Isabel, había casado a su hijo, antes de su ascenso al trono, con Felipa de Hainaut. Una vez coronado, Eduardo III, no aceptó la presencia en la Corte del amante de su madre, Roger Mortimer, por lo que el año 1330 mandó hacerle prisionero. A consecuencia de lo cual, Isabel de Francia fue apartada de la política, llevando, desde entonces, una vida totalmente privada.

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