Elizabeth Maconchy

 


Nacida de Broxbourne (Hertfordshire) el 19 de marzo de 1907. En su infancia vivió en el campo, hasta que la familia se traslada, tras la Segunda Guerra Mundial, a Dublín (Irlanda), donde su padre había encontrado trabajo. Allí, Elizabeth, comenzó a recibir clases de piano y armonía, hasta que su profesora le aconsejó entrar en el conservatorio de Londres. Al morir su padre en 1922, comenzó a estudiar piano con Arthur Alexander y composición con Charles Wood y, más tarde, con Vaughan Williams, aunque, por entonces ─tenía 16 años─, era tímida y no estaba suficientemente preparada; nunca había escuchado un cuarteto de cuerda. Vaughan Williams, a pesar de no ser un profesor muy experto, tuvo una enorme influencia sobre ella. Elizabeth, tras estudiar un año con él, descubrió la música de Belá Bartók, que fue una revelación para ella.

Elizabeth se dedicó, plenamente, a su carrera como compositora. Tras esa infancia transcurrida en Irlanda, ingresó en la Royal College of Music de Londres, donde estudiará piano, aunque cambiando gradualmente su interés hacia la composición. Pronto fue reconocida como una de las estudiantes más brillantes de la escuela de música y ganó varios premios. A pesar de lo cual, le fue denegada la beca Mendelssohn porque, según la opinión del director de la RCM, iba a casarse y no seguiría la carrera ni compondría nunca más. Tras abandonar la RCM, Vaughan Williams le recomendó que estudiara en Praga mejor que en Viena.

Elizabeth se casó con William LeFanu, y siguió componiendo. Ese años de 1930, su suite para orquesta, The Land, tuvo un gran éxito en los conciertos Promenade de Londres. Tras unos años en Praga, regresó a Gran Bretaña, donde continuó componiendo, a pesar de enfermar de tuberculosis y a pesar de criar a sus dos hijas durante el transcurso de la guerra. Una de ellas, Nicola LeFanu, se convirtió en una conocida compositora y ganó muy joven la beca Mendelssohn, que le había sido denegada a su madre años atrás. Maconchy desarrolló una expresión estilística que combinaba la fluidez con una rudeza esencial. Estos elementos se combinan en sus catorce piezas escritas para cuarteto de cuerda, compuestas entre 1933 y 1984. El año 1933, compuso su Cuarteto para Cuerda Nº 1. Sus composiciones favoritas eran las piezas para cuerda, disfrutando con el contrapunto. Su método de composición siempre partía de una idea simple. Betty componía, habitualmente, sentada al piano y a menudo entre toma y toma de sus hijas.

Durante la Segunda Guerra Mundial compuso su Cuarteto para Cuerda Nº 4, de gran éxito por su carácter y su sonido fuerte y oscuro. Su Cuarteto Nº 5 también de gran éxito, fue su primer trabajo grabado. Lo escribió en Irlanda en 1948, el mismo año en que nacía su segunda hija, Nicola. Se trata de un trabajo muy conciso y constituye un patrón perfecto para otros compositores y estudiantes, es especialmente atractivo para músicos profesionales. También es de destacar la Sinfonía para Orquesta de Cuerda Doble, compuesta entre 1945 y 1948. Trabajo que debería haberle dado mucho prestigio, pero los prejuicios existentes contra las mujeres compositoras lo impidieron.

Entre 1950 y 1960 regresó a la ópera, escribiendo varias de tres actos: The Sofa (en 1957), The Departure (en 1961) y The Three Strangers, (de 1967 tras más de diez años de trabajo). En 1966 compuso Music for Brass and Woodwind, y el monólogo dramático Ariadne para soprano y orquesta en 1970. Nueve años después, la Sociedad Filarmónica de Croydon interpretó Héloise and Abélard. Pero quizá la obra coral mejor compuesta por ella sea Dylan Thomas’s And Death Shall Have No Dominion. De sus obras vocales también está J.M. Synge’s My Dark Night, escrita en 1981. Después el Cuarteto de Cuerda Nº 9, de 1969, el Cuarteto Nº 10, de 1971, el siguiente cuarteto, el Nº 11 fue un encargo de la Sociedad de Música de la Ciudad para celebrar su 650 aniversario.

Su obra para orquesta incluye el Concertino para clarinete y orquesta de cuerda (de 1945), el Concierto bajón (de 1952) y la Obertura Proud Thames, que ganó el concurso para la Coronación en 1953. Fue la primera mujer miembro de la Composers' Guild de Gran Bretaña, así como la presidenta de la Society for the Promotion of New Music, y fue nombrada "Dama del Imperio Británico" en 1987.


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