La leyenda de los amantes de Bausen
Hoy, nuestra leyenda, se
desarrolla en un pequeño pueblo del Val d’Aran, en el precioso Pirineu de
Lleida.
Inquieto
por conocer algo más del tema y aprovechando para pasar un fin de semana en
esos encantadores parajes, me dirigí a Bausen, lugar donde tiene lugar la
leyenda. Una vez allí no me fue difícil entablar conversación con uno de los,
poco menos de 60 habitantes del lugar. Era un varón de unos 70 o 75 años, que
se encontraba al calor de los rayos de sol, de aquel hermoso día de primavera,
en la puerta de la Iglesia de San Pedro ad Vincula.
Pronto entramos en
el tema, y muy serio me dijo: “No se confunda, no es una leyenda. Fue un
hecho real”.
Yo estaba
sospechando que, en realidad, era un hecho real, y su pronta contestación me lo
confirmó plenamente. Demostrándole el máximo interés, le pedí que me contara
como se habían desarrollado los hechos.
El relato de Josep
“Era en los
primeros años de 1900, cuando dos jóvenes del pueblo, Teresa y Sisco, se
enamoraron. Ya sabe usted cosas de la edad que hace hervir la sangre. No crea,
es algo que yo también sentí en mi juventud. Ese amor de la pareja fue el tema
de conversación de todos los vecinos del pequeño pueblo que, era entonces y sigue
siéndolo ahora, habían quedado cautivados.
Tras un corto
noviazgo, decidieron casarse, para lo cual se dirigieron al párroco, para
ponerle en conocimiento de tan buena nueva. Por aquel entonces la Iglesia tenía
mucho poder y hacía las cosas a su manera, que, no siempre, defendían los
intereses de sus feligreses. De esta manera, el párroco del pueblo les exigió
una considerable cantidad de dinero, aún a sabiendas que no podrían hacerlo
frente, para obtener la dispensa -un permiso especial de Roma, que costaba un
dineral-, ya que estaban emparentados, aunque este fuera un parentesco lejano.
Las suplicas de los jóvenes, no fueron atendidas por el párroco que les
recomendó que no siguieran con esa relación.
Ante esa
situación -yo hubiera hecho lo mismo- decidieron que eso no les iba a separar,
que querían vivir juntos y seguir con su amor. Pasaron los años. Años en los
que la felicidad reinó en la pareja. Fruto de la unión nacieron un hijo y una
hija. Pero llegaría un aciago día de 1916, y Teresa enfermó de neumonía.
Enfermedad que se la llevó con tan solo 33 años.
Le diré que es,
sin duda, la tumba más famosa de toda la Val d’Aran. No existen noticias de
otro camposanto igual en España, por como se levantó y por tener una única
ocupante. El apacible lugar es conocido como El Coret, y está situado al
final de un camino de montaña que desemboca en una planicie poblada de acacias.
El lugar no puede ser mejor, ya que desde allí se puede contemplar el Vall de
Toran. Ningún símbolo religioso y dos dedicatorias: Recuerdo a mi amada
Teresa que falleció el 10 de mayo de 1916 a la edad de 33 años, y A nuestra
querida madre”.
Con la voz presa de
una intensa emoción Josep, se quedó callado. Yo al verle así no sabía como
reaccionar, y no quise preguntarle el motivo. Solo se me ocurrió darle una
palmada en el hombro y decir: “Ánimo Josep, vamos a tomar un café, para
animarnos”.
Por Ramón Martín
¿Y el cura se salió de rositas?...😡
ResponderEliminarSiempre lo hacen...
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