Castillo de Belalcázar

 


    El castillo de Belalcázar es también conocido como Castillo de Gahete o castillo de Gafiq o de los Sotomayor y Zúñiga. Es una fortaleza ubicada en el municipio de Belalcázar. De estilo gótico-militar, fue mandado construir hacia 1450, por don Gutierre I de Sotomayor, maestre de la Orden de Alcántara

    Esta impresionante mole granítica, se ha convertido en el emblema del pueblo. Se levanta sobre las ruinas de la antigua fortaleza musulmana de Gafiq, quien a la vez se construyó sobre un antiguo castillo romano de un asentamiento que se dio por estas tierras y que bien pudiera ser el de Gaeta, aunque está por confirmar, de la segunda mitad del siglo XV, siendo un referente de la arquitectura defensiva en la península Ibérica. La denominación de Bel Alcázar se debe a la torre del homenaje, y ya desde su construcción, provocó el cambio de nombre de la población donde se encuentra, anteriormente conocida por Gahete.

    Se encuentra estratégicamente situado a unos 250 metros al norte de la población de Belalcázar, sobre un cerro no demasiado elevado, controlando así, tanto la localidad como su entorno. Las cualidades de este conjunto de bloques graníticos se ven compensadas por sus grandes proporciones, más propias de un importante centro militar, presto para la guerra, que de una arquitectura civil; dado que por aquel entonces ya no había enfrentamientos contra los musulmanes, ni ninguna otra contienda que obligase a construir fortalezas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, mientras más grande era la morada del señor feudal, mayor era su importancia, renombre y respeto entre los lugareños y sus alrededores.

    Este castillo, contó en su origen con tres recintos de murallas que lo hacían inexpugnable, además de tener dos fosos: uno excavado en la roca, próximo a las paredes del edificio principal, y otro que, de manera natural, le brindaba el arroyo Caganchas. 

    Tiene una excelente cantería de granito, de disposición cuadrangular, con altos muros dominados por ocho torres, cuatro de ellas macizas en las esquinas, mientras que las otras cuatro, huecas, se sitúan en los flancos. El castillo se halla rodeado por una imponente muralla, con un amplio patio de armas, decorado con arcos y un aljibe. En el primer tercio del siglo XVI se le añadió una lujosa zona palaciega de estilo renacentista. 

    Pero de todo el conjunto, lo que más llama la atención, sin lugar a duda, es la impresionante Torre del Homenaje. Presenta esta una bellísima factura cuadrada hasta algo más de la mitad de su altura, terminando, este primer tramo, en una cadena labrada en piedra que da acceso a la parte redondeada, con que culmina. Esta parte de la torre, al final de su primer tramo, presenta en las esquinas unas semipirámides escalonadas, muy parecidas a las de la torre de Salamanca, y ya en su coronamiento, chorrean ocho garitones semicirculares, cuatro menores en las esquinas y cuatro mayores en los centros. Todos ellos representan, en relieve, el escudo ajedrezado de la familia Sotomayor


    La torre tuvo en su día cinco plantas, de las que faltan tres entresuelos que eran de madera y cuyas vigas estaban sostenidas por zapatas de piedra. Para evitar el cimbre, tenía dos grandes arcos en cada piso, contra muros distintos, para equilibrar fuerzas. 

    El cuarto techo, que aún se conserva, es de bóveda estrellada con clave tallada con las armas de las Sotomayor. Las pechinas simulan conchas y corresponden al interior de las semipirámides que hay por fuera. Dicha bóveda está construida con ladrillos de canto. En su enlucido, presenta pinturas simulando ladrillos de planos y pueden apreciarse dieciséis argollas, que debieron servir para colgar una grandiosa lámpara circular, dada la distribución de estas, o bien para sostener varios puntos de luz individuales. Sobre este piso está el que soporta la azotea de la torre. Presenta una especie de bóveda de trompa, hecha también con ladrillo de canto y destacan dos nervios formando cruz griega y otros dos en diagonal. De este techo debieron colgar cuatro lámparas, lo que se deduce de la distribución de las argollas que aún quedan. En el centro hay un gran escudo de los Sotomayor y, en los brazos de la citada cruz griega, se alternan pequeños escudos de los Zúñiga y los Fernández de Córdoba. 

    En el interior de la torre del homenaje, en el subsuelo, hay un gran aljibe al que algunos, le dan utilidad de mazmorras. La puerta principal de acceso al castillo se encuentra en la zona norte, donde no hay foso y está coronada por un arco semicircular de carácter grecorromano, aunque es obra del siglo XV. 

    Durante la Guerra de la Independencia, fue ocupado por las tropas francesas, que lo modificaron, para utilizarlo como almacén, sufriendo las consecuencias de la artillería, por lo que quedó bastante deteriorado. 

    Cuentan las crónicas, que esta estancia palaciega del castillo contó en su día con la biblioteca más importante de toda la zona norte de Córdoba y gran parte de Extremadura. La inmensa mayoría de esos libros, por desgracia, se perdieron en un incendio.



BIBLIOGRAFÍA: 

Los castillos de Córdoba. Asociación de Amigos de Córdoba, Las fortalezas de Belalcázar (Córdoba). Diputación Provincial de Córdoba. 

Comentarios

  1. En el conjunto y en especial en la magnífica torre del homenaje, se han realizado trabajos de consolidación y restauración por la Junta de Andalucía, esperemos que pronto pueda ser visitado por todos.

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