Edificio de Las Cariátides en Madrid



El antiguo Banco Español del Río de la Plata, es un edificio situado en el número 49 de la Calle de Alcalá, haciendo chaflán con la Calle del Barquillo, en el solar de 18.000 metros cuadrados, donde estuvo el palacio del marqués de Casa-Irujo. La denominación edificio de las Cariátides, se debe a la presencia de las cuatro cariátides (columnas en forma de mujer) situadas a ambos lados de la entrada principal del edificio. 

La sucursal del Banco Español del Río de la Plata adquirió estos terrenos para edificar su sede. Fueron diseñadores y encargados de construir el edificio el año 1918, los arquitectos Antonio Palacios Ramilo y Joaquín Otamendi. Con el paso del tiempo, el edificio, fue sufriendo diversas modificaciones, al tiempo que dejaba de ser la sede del Banco Español del Río de la Plata, para ser sede del Banco Central Hispano, Instituto de Crédito Oficial, y desde el 2006, la sede del Instituto Cervantes. La colaboración de estos dos jóvenes ingenieros, iniciada en 1904, con el éxito en sus realizaciones, comienza a darles adeptos, más tras ganar el concurso público municipal del Palacio de Comunicaciones. Aunque la arquitectura de la época en Madrid, se ve dominada en ese principios del siglo XX, por la existencia de bancos e iglesias, este edificio es el primero de oficinas que se construye en la ciudad. 

En 1910, al recibir el encargo, ambos arquitectos, se encuentran ocupados en la construcción del Palacio de Comunicaciones y del Hospital de Maudes (Hospital de jornaleros de san Francisco de Paula). El contratista de la obra es Celestino Madurell. Durante la realización de los primeros trabajos, justo delante, el 13 de abril de 1913, sufrió un atentado el rey Alfonso XIII, cuando el anarquista Sancho Alegre le disparó dos veces.


El diseño creado por Palacios y Otamendi se realiza de forma que, la entrada al edificio da lugar a un espacioso primer piso, siguiendo el modelo diáfano de las obras de Palacios, inspirado en los modelos americanos, con un gran patio de operaciones. Las otras tres plantas se dedican a oficinas. Las amplias crujías del interior se deben al empleo de vigas metálicas que están a la vista. Gracias a esta obras, Palacios refuerza su éxito, recibiendo diversos encargos. En colaboración con los hermanos Otamendi comienza sus primeros pasos del Metro de Madrid, con el diseño de las bocas y accesos. Por fin el 29 de abril de 1918 se inaugura el edificio. 

Tras la fusión del Banco Español del Río de la Plata con el Banco Central, el edificio pasó a ser la sede de este último. Por aquellos años, el edificio vuelve a ser reformado, abriéndose tres plantas para ganar espacio. Como consecuencia se perdió la espectacularidad del gran vestíbulo central, y la vista de la vidriera en la cúpula. Se hizo la ampliación hacia la calle del Barquillo, a cargo del arquitecto Manuel Cabanyes, proyecto que no respetaba la continuidad con el original. 

Tras fusionarse el Banco Central con el Banco Hispanoamericano, pasó a ser la sede del nuevo Banco Central Hispano (BCH). Al fusionarse con el Banco de Santander, formó parte de sus activos. Más tarde fue vendido al Ayuntamiento de Madrid que, en 2003, lo permutó con el Gobierno de España a cambio del Palacio de Comunicaciones. 

A comienzos de siglo XXI se convierte en la primera sede del Instituto Cervantes, institución cultural pública dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, utilizándose como centro para exposiciones y para oficinas. El icono IC (diseño de Enric Satué, se coloca en octubre de 2006, en la portada del edificio, entre las cariátides, siendo inaugurado el 12 de octubre de 2006 por los reyes de España. Se reúnen en este nuevo edificio los empleados de diversas oficinas de Madrid, entre ellas las procedentes del palacio de la Trinidad. En el estarán las oficinas de administración, las salas de exposiciones y un auditorio para 1200 personas.


Os recuerdo que, en mi Blog COSAS DE HISTORIA Y ARTE podéis consultar los siguientes índices:

INDICE DE PERSONAJES
ÍNDICE DE CASTILLOS
ÍNDICE DE REYES


El edificio tiene una altura de 25 metros, superando en casi 7 metros la altura permitida por las normas municipales de la época, concediéndose un permiso, con carácter extraordinario. La entrada se salva con una escalinata de 3 escalones con respecto a la Calle de Alcalá. Dicha entrada se encuentra en la esquina achaflanada de la calle del Barquillo con la de Alcalá. se accede al Hall Principal, a veces denominado Patio de Operaciones, del edificio mediante una puerta giratoria dorada. En la coronación del edificio hay una esfera de reloj.



El diseño del edificio consiste en un monumental paralelepípedo, con cuatro cariátides esculpidas en piedra flanqueando la entrada principal. Este motivo es el que le confirió el popular nombre de: Edificio de Las Cariátides. El estilo arquitectónico se ubica en el denominado clasicismo monumental. Los detalles ornamentales de la fachada, y las cuatro cariátides fueron realizados por el escultor Ángel García Díaz, colaborador habitual de Antonio Palacios. Parece ser que, este motivo de las cariátides fue inspirado de la obra de Ricardo Velázquez (profesor de Palacios) al diseñar la entrada del edificio del Ministerio de Fomento. En el lado opuesto a la entrada se dispuso el espacio utilizado por los altos funcionarios del Banco. 

Construido alrededor de un patio central cubierto, delimitado por 10 columnas jónicas, formando columnata, que dan la sensación de un orden perfecto, y entre las cuales se hallan los acristalamientos del edificio. Las columnas son de granito pulido, técnica introducida en España por Palacios. Dicha técnica la empleará, más adelante, en edificios como el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El cuerpo inferior está rematado por un entablamento, mientras que el superior es más pequeño y aparece retranqueado. La entrada del edificio accede a la primera planta diáfana: el Gran Hall. El empleo de estructuras metálicas de hierro para soportar la primera planta fue apodada como el submarino por los primeros empleados del Banco español del Río de la Plata. Estos espacios abiertos, son muy característicos de otros edificios de Antonio Palacios. En los subsuelos se encontraba la cámara acorazada, con las cajas fuertes, posteriormente bautiza como Caja de las Letras por el Instituto Cervantes. 

El Hall Central se diseñó como un apartado reservado a los empleados, circulando el público por pasillos perimetrales de tres metros de ancho. Junto a estos pasillos estaban las taquillas que comunicaban a los clientes con los empleados, para la realización de las operaciones bancarias. Los mostradores se acabaron en mármol verde y apliques de bronce. En la actualidad estas zonas se han despejado, dando lugar a un espacio dedicado a la realización de exposiciones culturales. 


Para la realización del presente artículos se ha consultado diversas publicaciones referidas a este edificio. Las imágenes de WikipediA.

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