Banco de España en Madrid



Es, sin duda alguna, uno de los edificios más representativos de Madrid y de la arquitectura española del siglo XIX y comienzos del XX. Sin embargo, hasta la construcción de este, el Banco desarrollaba su actividad en otros lugares de la ciudad. Las primeras juntas de accionistas del Banco de San Carlos se celebraron en el palacio del conde de Altamira, mientras se terminaban las obras de acondicionamiento de la primera sede del Banco en el palacio de Monistrol, sito en la madrileña calle de la Luna. 

En 1825, se trasladó a una casa adquirida en la calle de la Montera, que pasó a convertirse en la sede del Banco de San Fernando tras la disolución como Banco de San Carlos. Tras la fusión del Banco de Isabel II y del Banco de San Fernando, la sede del primero situada en el edificio de los Cinco Gremios Mayores de Madrid, en la calle de Atocha, pasó a ser sede del nuevo Banco de San Fernando y, posteriormente, del Banco de España hasta su traslado al edificio actual, en 1891. 

Para construir la actual sede del Banco de España se adquirió, en 1882 el palacio del marqués de Alcañices, que estaba en la calle de Alcalá con vuelta al Paseo del Prado, convocándose un concurso público para la elección del proyecto arquitectónico que mejor se adaptase a las necesidades del Banco. Solo se presentaron cuatro proyectos y ninguno de ellos era de la plena satisfacción de la comisión de obras, por lo que se encargó a los arquitectos del Banco Sainz de la Lastra y Adaro que, tras estudiar los edificios de otros bancos europeos, redactaran el proyecto definitivo, que fue aprobado a finales de 1883. La primera piedra se puso el 4 de julio de 1884, en un acto al que asistió el rey Alfonso XII, siendo inaugurado en 1891. 

En 1927, hubo que realizar una ampliación de las instalaciones, por lo que se adquirieron las casas del conde de Santamarca, en la calle de Alcalá, a continuación del edificio antiguo. Esta ampliación se basó en el proyecto del arquitecto del Banco José Yarnoz Larrosa, que propuso la prolongación de la fachada, repitiendo la imagen externa del edificio existente y reservando solo al interior las novedades arquitectónicas de la época. Son de destacar, en el exterior del edificio, las puertas de entrada, construidas en hierro dulce por el artista Bernardo Asíns. 

La segunda ampliación comenzó en 1969, con un proyecto de Javier Yarnoz Orcoyen, hijo del autor de la anterior reforma. En esta fase, el edificio del Banco se cerró por las calles de los Madrazo y Marqués de Cubas. 


Os recuerdo que, en mi Blog COSAS DE HISTORIA Y ARTE podéis consultar los siguientes índices:

INDICE DE PERSONAJES
ÍNDICE DE CASTILLOS
ÍNDICE DE REYES


Hay una tercera ampliación, en la década de los 70 del pasado siglo XX, un nuevo proceso de ampliación que completase el edificio con la esquina de las calles de Alcalá y Marqués de Cubas, para conformar una manzana cerrada que garantizara la seguridad del Banco. Con este propósito, el Banco ya había adquirido, el 2 de febrero de 1950, el edificio contiguo a su sede. Como consecuencia, el 25 de septiembre de 1978, se convocó un nuevo concurso para desarrollar la que sería la última ampliación del Banco hasta hoy. Se invitó a los arquitectos Oriol Buhigas Guardiola, Luis Cubillo de Arteaga, Fernando Moreno Barberá, Rafael Moneo Vallés, Eleuterio Población Knappe, Ramón Vázquez Molezún y Javier Yarnoz Orcoyen. 

Un año después -contando con el asesoramiento de una comisión constituida por representantes del Ayuntamiento de Madrid, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid- el Consejo Ejecutivo del Banco eligió la propuesta presentada por Rafael Moneo y le encargó la redacción del proyecto definitivo. Sin embargo, la obra no se pudo acometer en aquel momento, al estar el inmueble sujeto a protección.


El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, en el que se establecía la planificación del área del Banco, se aprobó en 1997. En 2003, en virtud de un convenio firmado entre el Ayuntamiento de Madrid y el propio Banco de España, se inició la última fase del cerramiento de la manzana, tal y como se detallaba en el proyecto revisado por el propio Moneo durante el año 2002. 

En 2006, coincidiendo con la celebración del 150 aniversario del nombre "Banco de España", se inauguró la ampliación. Se mantuvieron los principios básicos de la idea original, basados en la continuidad de las fachadas de Alcalá y el Paseo del Prado; pero se introdujeron algunas variaciones arquitectónicas que enriquecieron el conjunto, respetando en todo momento lo ya existente. 

El nuevo edificio cuenta con una superficie construida total de 4.736 metros cuadrados, que comprenden la planta baja, tres plantas sobre rasante y cuatro sótanos. 

En el interior, refiriéndonos al primitivo edificio de 1891, destacan la escalera de honor y el patio, que fue la caja general y que hoy ocupa la biblioteca, al que se le incorporó una estructura de hierro fundido, encargada a la Fábrica de Mieres. La monumental escalera de mármol de Carrara, a la que se accede desde la puerta del Paseo del Prado, es una muestra de la arquitectura más tradicional, diseñada por los arquitectos del Banco y ejecutada por el bilbaíno Adolfo Areizaga. Junto a ella hay una serie de magníficas vidrieras de estilo simbolista -encargadas a la empresa alemana Mayer- con numerosas figuras alegóricas. El reloj de la fachada fue puesto en marcha en 1891 tras recibirlo desde Inglaterra. Sus medidas son 3, 95 m. de alto y 177, 74 kg. de peso y su cuerda del reloj dura ocho días. 

La ampliación iniciada en 1927 y terminada en 1934 incorporó, en el interior del edificio, las novedades arquitectónicas de la época a las que Yarnoz había renunciado en el exterior. El nuevo patio de operaciones, con una altura de 27 metros y una superficie de unos 900 metros cuadrados, se aparta de los conceptos clásicos y recoge algún ejemplo del Art Decó, como la vidriera superior o el reloj, pieza decorativa y funcional situada en el centro del patio. También destacan la rotonda, que sirve de enlace interior entre los dos edificios, y por su singularidad la cámara acorazada. 

Por último, diremos que uno de los aspectos más singulares de la ampliación reside en la formidable cámara subterránea, situada a 48 metros bajo el nivel del suelo, donde Yamoz fue asesorado por los arquitectos Pedro Muguruza y Martínez Chumillas, así como del ingeniero Peña Boeuf, para resolver los múltiples problemas ocasionados por las aguas subterráneas. La superficie total de dicha cámara alcanza los 2.500 metros cuadrados y su blindaje especial fue construido en New York. Entre sus muchas medidas de seguridad, la más curiosa es que dispone de un mecanismo que, ante una alerta de seguridad, se inundaría completamente. El agua necesaria, proviene de dos arroyos subterráneos, uno de los cuales es el mismo que alimenta la Fuente de la Cibeles. La delicada ejecución de esta parte de la obra retrasó la terminación real de la ampliación que puede darse por finalizada en 1934. 



Para la realización del presente artículos se ha consultado diversas publicaciones referidas a este edificio. Es el caso de la web del Banco de España y WikipediA.
Las imágenes de WikipediA. 

Comentarios

Entradas populares