Amadeos coronados


El reinado de Amadeo I fue el primer intento en la historia de España de poner en práctica la forma de gobierno de la monarquía parlamentaria (monarquía popular o monarquía democrática, como se la llamó en la época), aunque se saldó con un sonoro fracaso ya que solo duró dos años. 

La Revolución Gloriosa de 1868, expulsa a Isabel II, y España se convierte en un manicomio dirigido por locos. Amadeo, duque de Aosta, era el segundo hijo de Víctor Manuel II, rey de Cerdeña y luego de Italia. Combatió, en 1866, en la batalla de Custoza, donde fue herido por los austriacos, y dos años más tarde ingresó en la marina. El trono de España le llegó por descarte. El general Prim, líder del nuevo régimen español, quería coronar la revolución con un monarca democrático y liberal. Se barajaron varios nombres, incluso el del rey de Portugal, para culminar la unidad ibérica; pero todos los príncipes rechazaron el ofrecimiento. 

Por fin, un Saboya aceptó la corona. Aunque un sector católico se opuso a Amadeo porque su padre era el carcelero del Papa, Pío IX envió su bendición al nuevo monarca y a la esposa de éste. El 30 de diciembre de 1870, al desembarcar en Cartagena, Amadeo recibió la noticia del asesinato de Prim. El nuevo monarca quedaba sin su principal aliado, el único que además podía imponer orden en el Partido Progresista. 

Su reinado se caracterizó por la inestabilidad política, con seis gabinetes bajo la presidencia de tres presidentes de Gobierno (Francisco Serrano, Manuel Ruiz Zorrilla y Mateo Sagasta) en dos años. Los republicanos, los demócratas, los isabelinos y los carlistas manifestaron su oposición al nuevo monarca desde el inicio de su reinado. El republicano Emilio Castelar despreció en las Cortes el ofrecimiento de la corona a un Saboya con estas palabras: “Digo y sostengo que los duques de Saboya seguían hambrientos el carro de Carlos V, de Felipe II y de Felipe V”. 

Los carlistas protagonizaron en 1872 un nuevo levantamiento armado, al mando del general Ramón Cabrera, en favor de los derechos al trono del pretendiente Carlos VII. En las colonias, la Guerra de Cuba (1868-78) desangraba al ejército español y el reclutamiento forzoso de quintas provocó el levantamiento de guerrilleros. Los milicianos republicanos contaban con el apoyo popular y derrotaron a las fuerzas de seguridad del Estado. Al final, el Gobierno decretó el final del servicio militar obligatorio. 

En el ámbito cultural destacó el cambio de denominación del teatro de Los Infantes por el de Romea y por el desarrollo de la Universidad Libre de Murcia. 

Amadeo de Saboya presentó su dimisión irrevocable como Rey de España el día 11 de febrero de 1873, debido a la ingobernabilidad del país. "Dos años largos ha que ciño la corona y la España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo…todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles; todos invocan el dulce nombre de la patria; todos pelean y se agitan por su bien, y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible afirmar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar remedio para tamaños males. Los he buscado ávidamente dentro de la ley y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien ha prometido observarla". El monarca salió de España a través del puerto de Cartagena para regresar definitivamente a Italia.

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