San Francisco de Asís y el hermano León meditando sobre la muerte


Realizado entre 1600 y 1614. Óleo sobre lienzo, 160,5 X 103 cm. 

Cobijado en una cueva, san Francisco de Asís se arrodilla pensativo al tiempo que acoge entre sus manos estigmatizadas una calavera. El santo arrodillado sobre una suerte de pedestal pétreo que le eleva con respecto al hermano León. Éste está representado a la derecha del santo, arrodillado igualmente y en escorzo, en actitud orante mientras contempla la calavera, objeto que centra la composición. Los dos monjes visten el hábito gris franciscano, y cubren las cabezas con la ajustada capucha. Una luz espectral envuelve las figuras, en marcado contraste con el fondo castaño de la gruta, que se abre al exterior en el ángulo superior izquierdo y permite ver un pequeño fragmento de un cielo tormentoso. El Greco fue sin duda el artista que mejor construyó una imagen del santo ascético y meditabundo, centrada en los episodios finales de la vida del franciscano, representado con un rostro afilado y un cuerpo escuálido embutido en un hábito holgado y un tanto mísero. Y así nos lo muestra esta tela, en la que se ilustra el retiro del de Asís en 1224 en el monte Alverna, en el valle italiano de Casentino, donde san Francisco vivió los episodios de la estigmatización y la visión de la antorcha, remedos de la vigilia cristológica en el Huerto de los Olivos, muy adecuados en una figura que la literatura franciscana trató de convertir en un segundo Cristo. Tras recibir los estigmas, el santo reflexiona sobre la cercana muerte, un tema clave en la cultura contrarreformista que se subraya por el protagonismo de la calavera, convertida en centro mismo de la composición, y que puede relacionarse con las recomendaciones de san Ignacio de Loyola en sus Ejercicios espirituales. En ocasiones también se ha puesto en paralelo con la visión meditabunda de Hamlet. En cualquier caso, el tratamiento meditativo y eremítico de este san Francisco enlazaría con la iconografía tradicional de otros santos como san Jerónimo o la Magdalena. 



FUENTE: Museo de El Prado

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