Azi Dahaka en la Mitología Iraní


Azi Dahaka es un malvado personaje de la mitología persa. Aži es el nombre iraní avéstico correspondiente a la palabra “serpiente” o “dragón”. La palabra Azi está emparentada con el griego ophis (ofis, ofidio), y el latín anguis (anguila), que significan “serpiente”. El significado de Dahaka es incierto. En la mitología persa, Dahāka se trata como un nombre propio.

Existen historias de serpientes monstruosas, asesinadas o encarceladas por héroes, que se remontan a la prehistoria y se encuentran en los mitos de muchos de los pueblos indoeuropeos, incluidos los de los indoiraníes, es decir, los ancestros de los iraníes y los indios védicos. Mientras que en la tradición iraní existen numerosos dragones malévolos, en la tradición védica solo aparece el dragón Vritrá, el benevolente “dragón de las profundidades”. En el Rig-veda, los dioses luchan contra los dragones, en cambio en la tradición iraní esta función la ejercen los héroes mortales.

El Aži Dahāka se describe en los textos más antiguos del zoroastrismo, como un monstruo con tres bocas, seis ojos y tres cabezas, astuto, fuerte y demoníaco. Aunque, en otros aspectos, Aži Dahāka tiene cualidades humanas y no es un mero animal. Aparece en varios de los mitos avésticos y se menciona en muchos más lugares de la literatura zoroástrica. 

En un texto zoroástrico posavéstico, el Dēnkard, es identificado como un árabe, como la fuente de los escritos del judaísmo, y dotado de todos los pecados, lo contrario del buen rey Jam. En el Avesta, se dice que Aži Dahāka vivía en la inaccesible fortaleza de Kuuirinta, donde adoraba los yazatas Anāhitā, divinidad de los ríos, y Vayu, divinidad de la tormenta de viento.

En un texto avéstico, Aži Dahāka tiene un hermano llamado Spitiyura. Juntos atacan al héroe Yima y le cortan por la mitad con una sierra, pero luego son derrotados por Ātar, el espíritu divino de fuego. A raíz de la muerte de Jamshid, Dahāg adquirió poder de rey. Un texto zoroástrico tardío dice que esto fue bueno, ya que si Dahāg no se hubiera convertido en rey, la tierra hubiese sido gobernada por el demonio inmortal Aēšma, y el mal habría reinado en la tierra hasta el fin del mundo.

Dahāg gobernó durante mil años, empezando 100 años después de que Jam perdiera su gloria real. Es descrito como un hechicero que gobernó con la ayuda de los demonios, los daeva. El Avesta identifica a la persona que finalmente derrotó a Aži Dahāka como Θraētaona. El Avesta tiene poco que decir acerca de la naturaleza de la derrota de Aži Dahāka a manos de Θraētaona, aparte de que le permitió liberar a Arənavāci y Savaŋhavāci, las dos mujeres más hermosas del mundo. Más tarde, algunas fuentes proporcionaron más detalles. Se dice que Frēdōn fue dotado con el fulgor divino de los reyes desde el nacimiento, y fue capaz de vencer a Dahāg a los nueve años de edad, hiriéndole en el hombro, el corazón y el cráneo con una maza y haciéndole tres heridas con una espada. Sin embargo, cuando lo hizo, surgieron serpientes, insectos y otros de las heridas, y el dios Ormazd le dijo que no matara a Dahāg para evitar que el mundo se infestara de estas criaturas. En lugar de ello, Frēdōn encadenó a Dahāg y lo encarceló en el mítico monte Damāvand, la montaña más alta de la cadena Alborz. 

Fuentes del Medio persa también profetizan que en el fin del mundo el Dahāg romperá sus cadenas y devastará el mundo consumiendo uno de cada tres seres humanos y ganado. Kirsāsp, el antiguo héroe que había dado muerte al Az ī Srūwar, regresará a la vida para matar al Dahāg.

En el poema épico de Ferdousí la Shāhnāma, escrito c. 1000 d.C., se vuelve a contar la leyenda de Dahāg y al personaje principal se le da el nombre de Zahhāk.

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