Orden de Montesa
Tras la extinción de la Orden de los Templarios en el año 1314, el Rey Jaime II de Aragón invirtió los bienes confiscados a la Orden extinguida por Clemente V, en dotar una nueva orden, donando el castillo de Montesa de donde tomaría el nombre. La Orden de Caballería de Nuestra Señora Santa María de Montesa, fue instituida el 8 de Julio de 1317 por el Papa Juan XXII por bula AD FRUCTUS UBERIS y fundada el 19 de Julio de 1317 por Don Jaime II Rey de Aragón, siendo su objetivo combatir a los musulmanes que invadían con frecuencia las costas valencianas.
En un principio el emblema de la Orden sería una simple cruz roja sobre un manto blanco, que es como lo aprobó Clemente VII en 1397, pero ocurrió que a la de Montesa se fusionaría la de San Jorge de Alfama que tenía como emblema una cruz rematada con flores de Lis, y de la fusión nació el emblema definitivo de la cruz roja rematada por cuatro flores de lis negras que concedió Benedicto XIII y confirmó Martín V. Este sería el símbolo que ostentarían todos los miembros de la Orden, sobre el lado izquierdo del manto capitular.
Los diez primeros caballeros que fundaron la Orden de Montesa, pertenecían a la de Calatrava, ellos fueron los creadores de la nueva regla y del estatuto. En la bula de fundación se especificaba que debía ser también el Maestre de la Orden de Calatrava el que tendría la capacidad de armar a los caballeros montesanos, de esta forma el Rey de Aragón en persona le pidió al Maestre de Calatrava que hiciera uso de su facultad, pero el orgulloso maestre poco amigo de recibir órdenes ni de su propio soberano de Castilla lo fue demorando en el tiempo. El propio Papa llegó a pedírselo por mediación del arzobispo de Valencia, pero no se dignó ni a contestar las misivas y cuando por fin lo hizo se excusó diciendo que sus obligaciones en la frontera le impedían los nombramientos requeridos. El motivo real era que la Orden de Calatrava no quería ceder sus posesiones en Aragón que con la creación de la Orden de Montesa se ponían en entredicho. Por fin las presiones hicieron su efecto y el Maestre cedió, enviando a Valencia un procurador que actuó en su nombre. El primer Maestre de la Orden sería un gran experto en las artes militares, Don Guillermo de Eril que duraría en su puesto sólo setenta días pues era ya un hombre anciano y falleció al poco de ser elegido.
La Orden de Montesa también fue el brazo armado de la monarquía, los caballeros montesanos ayudaron al Rey de Aragón Jaime II a la conquista de Cerdeña en 1323 con hombres y dinero. Como recompensa el monarca les concedió privilegios comerciales como la exención de portazgo, peaje, pesas y medidas, anclaje, pasaje y gabelas, para ella y sus vasallos en todos los puertos de Cerdeña y Córcega.
El origen de Montesa fue su castillo árabe, en el que se mantuvieron los musulmanes tras la rendición de Xátiva en 1244, hasta que en 1277 fue conquistado por Pedro el Grande. En 1319 Jaime II donó el término y la fortaleza a la Orden de Montesa, que fue reconstruida y ampliada, realizándose importantes obras entre 1327 y 1374 para atender a las obligaciones monacales de los religiosos de la Orden. En 1748 un terremoto destruyó gran parte del castillo y el monasterio anexo.
También contaría con la ayuda de los frailes armados el Rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso, cuando declaró la guerra al rey mallorquín Jaime III, invadió Mallorca y derrotó a las tropas mallorquinas en Santa Ponça.
Otra época convulsa fue cuando, algunos nobles valencianos con el apoyo del pueblo quisieron constituir un reino independiente del rey de Aragón Pedro IV. El Rey se valió de la Orden de Montesa como instrumento para apaciguar los ánimos y controlar a los sediciosos, estos fueron finalmente derrotados y Montesa se convirtió en una importante fuerza garante y defensora del trono. La Orden fue compensada por sus servicios y el rey les concedió algunos privilegios como el control de multas, indemnizaciones y la facultad del Maestre para perdonar y absolver a quien considerase oportuno.
Fueron numerosos los hechos armados en los que participaron estos guerreros en defensa siempre del Rey de Aragón. Pero no siempre hubo continuidad en esta política, también la Orden y la monarquía tuvieron sus altibajos. Así en el siglo XIV en tiempos de los reyes Juan I y Martín "El Humano" y el Maestre Fran Berenguer March hubo un claro enfrentamiento entre ambas fuerzas pues el Maestre no era del agrado del monarca y a pesar de esto había salido elegido en vez del favorito real. Aún así, a pesar de las diferencias, a la hora de la verdad la lealtad de la Orden no se ponía nunca en entredicho y como prueba de ello es que los Montesanos siguieron apoyando todas las empresas bélicas reales como los conflictos acaecidos en Cerdeña.
De nuevo en el siglo XIV la relación entre la Orden y la monarquía fue estrecha, con el Rey Alfonso "el Magnánimo" el Maestre se convirtió también en Capitán de Galeras Reales y se dieron importantes episodios bélicos como la victoria de Foz Pisana contra los genoveses en 1421. También fue embajador del rey ante los estados italianos, la cosa llegó incluso al nombramiento de "Portantveus de Lloctinent General del Regneu" que era el máximo cargo político de confianza del Rey.
Destacar también la ayuda de la Orden al Rey Juan II en el conflicto que enfrentó a la Corona Aragonesa contra la Generalitat de Cataluña entre 1462-1472. Fue este un enfrentamiento armado entre el rey Juan II de Aragón, conde de Barcelona, y las instituciones catalanas, Generalidad y Consejo de Ciento por el control político de Cataluña.
Años después cabe destacar la intervención de los caballeros de Montesa en la conquista de Granada participando en la conquista de las ciudades de Vera y Mojácar. Posteriormente en la ciudad de Baza, los caballeros montesanos libraron una gran y desigual batalla contra los moros, siendo derrotados y su Maestre muerto.
El último Maestre sería Pedro Luis Garcerán de Borja, hijo del duque de Gandía y hermano de San Francisco de Borja. Curioso es el destino pues si Francisco de Borja llegó a ser General de la Compañía de Jesús, IV Duque de Gandía y Marqués de Llombay, Grande de España y Virrey de Cataluña, el Maestre de la Orden de Montesa, Pedro Luis, sería condenado por la Inquisición por practicar la sodomía. Felipe II, que fue consultado por la Inquisición sobre la conveniencia del juicio, decidió emplear el proceso para dar una lección a la nobleza levantisca, neutralizando a la vez la alianza de los Borja con la familia real portuguesa. Garcerán de Borja fue condenado a 10 años de reclusión en el convento de Montesa y una multa de 6.000 ducados. Sin embargo, ya en 1583, Garcerán de Borja, tras unas disputas internas por la sucesión del Gran Maestre, supo congraciarse con el Rey y negoció con Felipe II la incorporación a la corona de la última Orden que se mantenía independiente el 8 de diciembre de 1587.
Los requisitos para pertenecer a la Orden de Montesa, son muy parecidos a los de otras Ordenes Militares. El aspirante ha de probar su nobleza de sangre y no de privilegio al menos en sus dos primeros apellidos. Debe tener escudo de armas y ser descendiente él, sus padres y abuelos varones por ambas líneas de casa solar conocida. No haber desempeñado oficio vil, mecánico o industrial. No tener mezcla con judío, moro o hereje, converso ni villano por remoto que fuese. No haber realizado ningún acto en contra de la fe católica o la iglesia. Que él, sus padres y abuelos no hayan sido nunca penitenciados, se hayan dedicado al préstamo, mercadeo al por menor o hayan tenido oficios que conllevaran esfuerzo manual. No haber faltado a las leyes del honor o ejecutado cualquier acto impropio de un caballero.
La Orden estaba organizada de la siguiente manera:
- Gran Maestre.
- Hermanos, que podían agruparse en dos grupos:
- Los guerreros o Caballeros Cruzados
- Los religiosos o Capellanes adscritos a la Orden dedicados a las plegarias y al servicio de las parroquias de la Orden.
- Escuderos, que acompañaban a los Hermanos.
- Vasallos, encargados del comercio y negocios.
- Siervos, encargados de las tareas menores, obreros, agricultores, etc.
Por último recordar que:
- El convento de la Orden se encontraba en la villa de Montesa. Un terremoto en 1748 hizo que se desplomara la roca en la que se situaba y mató a muchos de sus miembros. La Orden pasó a tener su centro en Valencia, en la casa del Temple.
- Tanto freyles clérigos como freyles caballeros debían mantener los tres votos clásicos: castidad, pobreza y obediencia. Esta situación cambió en 1558, a partir de entonces, los caballeros que quisieron, pudieron casarse, circunstancia que ratificó el Papa en 1588.
- El hecho de que Juan II fundara la Orden de Montesa a costa de los bienes de los Templarios fue fundamentalmente para evitar la acumulación de excesivo poder en la Orden del Hospital y los Caballeros Hospitalarios.
- El poder de algunos Maestres fue tal que en tiempos del Papa Benedicto XIII se nombró al Maestre Delegado Apostólico en Sicilia, con plenos poderes para proveer obispados y todo tipo de cargos regulares y seculares, al año siguiente fue nombrado Virrey de Sicilia por el Rey de Aragón con poderes sobre tropa y marina.
- El castillo de Montesa donde se fundó la Orden, perteneció anteriormente a los Templarios.
El Castillo de Montesa se encuentra en la parte norte del valle del mismo nombre, en la Comarca de la Costera. El pueblo se encuentra sobre la pendiente que sube al Castillo.
Existen vestigios desde las épocas ibéricas y romanas, pero es en la época islámica, que el Castillo toma gran importancia por su situación geográfica de dominio de todo el valle. Hoy el castillo conserva elementos islámicos como son: La entrada en codo y el albacara (recinto cerrado para guardar el ganado).
En 1277 el Castillo y la Villa pasan a manos cristianas. Posteriormente, queda a cargo de la Orden de los Caballeros Templarios, y tras su desaparición en 1317 el castillo pasa a ser sede de la Orden de los Caballeros de Montesa. En el Castillo solían vivir una veintena de frailes, cuya ocupación principal eran los rezos siguiendo la Regla de san Benito: 4 a 8 horas para celebrar el Oficio Divino, 7 horas para dormir y el resto de horas dedicadas en partes iguales a trabajar, estudiar y a la lectura religiosa.
Se edificó un Monasterio siguiendo el modelo de los monasterios Cistercienses. La obra más importante se realizó durante el maestrazgo de Don Pedro de Thous que mandó construir la Sala Capitular, el Refectorio, la Iglesia, una cisterna, el horno y la muralla que rodea al convento. A finales del siglo XIV durante el maestrazgo de Fray Berenguer March se construyo el Claustro. En el siglo XV se continuó con importantes obras en el recinto como: Los dormitorios y la capilla de San Jorge.
Destruido por los terremotos de 1748, solo quedan hoy en día algunas dependencias de lo fue el Sacro y Real Convento de Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama.
Maestres de la Orden de Montesa
Guillermo de Eril (1319)
Arnaldo de Soler (1320-1327)
Pedro de Thous (1327-1374)
Alberto de Thous (1374-1382)
Berenguer March (1382-1409)
Romeo de Corbera (1410-1445)
Gilberto de Montsoriu (1445-1453)
Luis Duspuig (1453-1482)
Felipe Vivas de Cañamás (1482-1484)
Felipe de Aragón y Navarra (1484 –1488)
Felipe Vivas de Cañamás (1488-1492)
Francisco Sanz (1493-1506)
Francisco Bernardo Despuig (1506-1537)
Francisco Llanzol de Romaní (1537-1544)
Pedro Luis Galcerán de Borja (1545-1592)
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