Messerschmitt Bf 109
Messerschmitt 109 |
A causa del
Tratado de Versalles, la compañía Bayerische Flugzeugwerke dirigida por el ingeniero
Willy Messerschmitt, entró en la década de los 30 del siglo XX, sin mucho éxito
debido a que dicho Tratado le impedía fabricar cualquier avión de combate. Con
la llegada de Adolf Hitler al poder las cosas cambiaron, ya que la compañía
tuvo pleno respaldo político y económico a partir de 1934 para diseñar
cualquier avión de combate que deseara. Bayerische Flugzeugwerke se estrenó
fabricando la avioneta deportiva Messerschmitt Bf 108 Taifun, todo un éxito,
sin embargo los ingenieros comprendieron que podían llegar más lejos y
construir un caza a partir de esa avioneta mucho mejor. Así fue como nació el
Messerschmitt Bf 109.
Durante la
Guerra Civil Española, volaron los primeros prototipos del Messerschmitt Bf 109,
y sufrieron diversas versiones operativas como el V-3 y V-4 que fueron
sustituidos por el más moderno aparato Messerschmitt Bf 109E Emil. Este caza
contaba con un motor Daimler-Benz DB 605D de 12 cilindros a 2.000 caballos,
accionado por una hélice tripala VDM. La construcción de este avión de ala baja
irregular, era enteramente metálica, consistiendo el armamento en dos ametralladoras
Reintmall Borsig MG 131 de 13 milímetros, más dos cañones Mauser MG 151 de 20
milímetros.
Su cabina
cerrada era desplazable hacia atrás con una abertura en el parabrisas para
filtrar y ventilar el aire, disfrutando el piloto de la protección blindada en
el parabrisas con 60 milímetros de grosor y unas láminas laterales de aluminio
de 8 milímetros. Los trenes de aterrizaje se activaban automáticamente al tomar
tierra, a excepción de la rueda trasera de cola. Tenía una autonomía de 725
kilómetros, gracias a un tanque de 400 litros de gasolina detrás del asiento
del piloto. La antena se situaba en la parte trasera del fuselaje unida por un
cable hasta el borde de la deriva de cola.
Disponía también
de un almacén tras el fuselaje que guardaba tres botellas de oxígeno para el
piloto, un equipo de radio, un botiquín de primeros auxilios y una brújula. Sin
duda el Messerschmitt Bf 109 se convertiría en uno de los mejores cazas de la
Segunda Guerra Mundial gracias a su pequeño tamaño, rápida aceleración, elevada
velocidad de ascensión y en picado, así como su sencilla y barata producción.
El primer
Messerschmitt de importancia fue el Me Bf 109E Emil, del cual salió una
subvariante en 1940 el Me Bf 109E-4 Emil, un caza-bombardero para atacar las
Islas Británicas que tuvo un éxito fue casi nulo. Tras el Emil apareció el Me
Bf 109F Friedrich, uno de los mejores cazas gracias a su autonomía y mejoras
aerodinámicas. Con el Friedrich salió también el Me Bf 109 Trop, la versión
tropical del caza para la campaña del Norte de África. En 1942 se dió a conocer
el Me Bf 109G Gustav, un excelente avión muy maniobrable capaz de plantar cara
a todos los cazas aliados, construyéndose simultáneamente con el Gustav una
versión de cúpula acristalada Galland con extensa visibilidad llamada Me Bf 109G-10.
La última versión germana fue el Me Bf 109K Karl, aunque se estrenó cuando la
situación era desfavorable a la Fuerza Aérea Alemana y no pudo demostrar sus
excelentes cualidades. Tras la guerra se siguieron fabricando aviones Me Bf 109
en Checoslovaquia, la compañía Avía construyó la variante S-99 con un motor
Jumo 211F. Finlandia fabricó también el Me Bf 109G 6, Suiza el Me Bf 109G-14 y
la compañía Hispano Aviación de España el Me Bf 109G-2. Gran Bretaña consiguió
la mejor variante del Messerschmitt Bf 109, se trataba del HA-1112-M1L Buchón,
cuya característica principal fue la incorporación del motor Rolls-Royce
Merlin.
Me-109E Emil,
Motor: Daimler-Benz DB 601 D, Velocidad: 570 km/h
Me-109F Friedrich, Motor: Daimler-Benz DB 605D,
Velocidad: 628 km/h
Me-109G Gustav, Motor: Daimler-Benz DB 605A,
Velocidad: 690 km/h
Me-109K Karl, Motor: Daimler-Benz DB 605A CM/DCM,
Velocidad: 729 Km/h
La primera
misión del Messerschmitt-109 fue en España durante la Guerra Civil Española al
ser desembarcados en Cádiz el primer lote de aparatos al servicio del bando
nacional, encuadrados en la Legión Cóndor. La primera vez que operó fue en
Sevilla, aunque tuvo poca participación en 1936. En 1937 el Messerschmitt dió
cuenta de sus buenas dotes durante la Batalla de Brunete, meses más tarde
pondría en peligro a toda la caza republicana al barrer los cielos de Aragón en
la Batalla de Teruel. Su actuación más práctica en la guerra de España sería en
la Batalla del Ebro, gracias al Me Bf 109 los nacionales consiguieron el dominio aéreo. Otras participaciones del caza alemán en España serían la ofensiva
contra Cataluña y el asedio de Madrid. Al terminar la guerra en 1939 el Me Bf
109 consiguió ser el caza que más victorias tuvo en el conflicto español.
Cinco meses
después de la guerra en España, empezó la Segunda Guerra Mundial. Durante la
campaña polaca el Messerschmitt Bf 109 tuvo una nula participación, ya que la
mayoría de aparatos se concentraban en el oeste para interceptar aviones
franceses y británicos. Mientras se llevaba a cabo la invasión polaca,
numerosos bombarderos Wellington británicos atacaron a dos cruceros en el Río
Elba; pero los Me Bf 109 respondieron derribando a muchos de ellos. A finales
de Septiembre atacaron los mismos sitios bombarderos Hampden, pero de nuevo los
veteranos cazas abatieron a cinco de ellos. Pero la mejor victoria la
conseguirían el 18 de Diciembre al derribar 18 Wellingtons.
Tan buenos
fueron los resultados que en la Navidad de 1939 a 1940 Alemania vendió Messerschmitt
Bf 109 a la Unión Soviética que los rusos por esas fechas utilizaron contra
Finlandia en la Guerra Ruso-Finesa. Hasta la primavera de 1940 los cielos de la
frontera franco-alemana fueron lugar de escaramuzas, derribando los Me Bf 109
un total de 160 aviones franco-británicos. Para Mayo de 1940 los Messerschmitt
conseguirían importantes éxitos en la invasión de Francia y los Países Bajos,
de hecho un total de 27 escuadrones daban protección a los bombarderos y Stukas
que atacaban las posiciones francesas, siendo el triunfo más importante en un
ataque de aviones franco-británicos sobre los puentes del Sedán, donde se
cobraron 90 aparatos enemigos. A partir de ese momento el Me Bf 109 se
convertiría en el único dueño del aire hasta el Armisticio francés.
Durante la
Batalla de Inglaterra el Messerschmitt Bf 109 no pudo dar todo de si mismo
debido a la falta de autonomía, ya que sólo podía volar durante 30 minutos por
cielo británico. En ese escenario se enfrentó a su peor enemigo, el Spitfire de
la Fuerza Aérea Británica (Royal Air Force o RAF). Centenares de Me Bf 109 se
perdieron y el mismo número de cazas británicos más o menos, aunque la victoria
fue de Gran Bretaña.
En 1941
empezó la campaña del Norte de África y el Mar Mediterráneo, donde centenares
de Messerschmitt Bf 109 de versión tropical fueron enviados a Libia. Los cielos
libios y egipcios fueron testigos de grandes combates aéreos entre Messerschmitt Bf 109 contra Spitfires y Hurricanes británicos; una táctica del Me Bf 109 era
hacer de escolta a los Stukas para que soltaran sus bombas sobre los objetivos,
algo que permitió a los alemanes mantener un ligero control aéreo sobre el
cálido Desierto del Sáhara. En verano de 1941 comenzaba la Operación Barbarroja
y con esta la invasión de la Unión Soviética; lugar en el cual durante los dos
primeros años los Messerschmitt Bf 109 pulverizarían a miles de cazas sin
apenas ellos sufrir bajas, de hecho los pilotos alemanes siempre pudieron volar
tranquilamente esos años consiguiendo los mayores éxitos y récords en la caza
de la Historia de la Aviación.
A lo largo
del conflicto Alemania vendió Me Bf 109 a sus aliados. Por ejemplo Japón
recibió cantidades considerables de Me Bf 109 para la investigación
aeronáutica. Rumanía y Hungría también fueron equipados con estos cazas que
usaron en el Frente del Este, obteniendo muy buenos resultados. Bulgaria
utilizó el aparato para defender sus costas marítimas con el Peloponeso de
aviones británicos. En menor medida Finlandia voló Me Bf 109 para llevar su
guerra en el Mar Báltico, España en su Escuadrilla Azul para atacar Leningrado,
Eslovaquia para proteger la capital de aviones americanos y Croacia para
interceptar a la guerrilla yugoslava en los Balcanes. Incluso la neutral Suiza
usó el Messerschmitt Bf 109 para defenderse de los raids aéreos que efectuaban
los norteamericanos por equivocación de vez en cuando contra el país helvético.
Entre 1942 y
1943 los Messerschmitt Bf 109 fueron perdiendo el control aéreo en el Norte de
África debido a la llegada de los nuevos cazas estadounidenses; mientras que en
Rusia tras la Batalla de Kursk los soviéticos pusieron gran número de aparatos
en los cielos que poco a poco fueron desestabilizando a la caza alemana. Los
años 1943 y 1944 fueron de gran intensidad para el Messerschmitt Bf 109 cuando
la Fuerza Aérea Estadounidense (United States Air Force o USAF) comenzó sus
bombardeos sobre Alemania y Europa. El primer año de combates fue muy exitoso
para el Me Bf 109 que consiguió derribar miles de fortalezas volantes B-17 y
B-24, pero el segundo resultó desastroso debido a la entrada en servicio del
caza P-51 Mustang americano que derribó cazas alemanes a centenares. Una de las
soluciones fue usar al Me Bf 109 como caza nocturno o estratosférico, así como
fotógrafo para el reconocimiento aéreo. Al llegar 1945 la caza alemana fue
desbordada en todos los frentes al mismo tiempo que se producía la caída
alemana hasta el colapso total en la Luftwaffe, momento en el cual el
Messerschmitt dejó de luchar para siempre.
Al finalizar
la Segunda Guerra Mundial muchos fueron los países que se hicieron con el Messerschmitt
Bf 109. Checoslovaquia lo adquirió como un aparato fundamental de su fuerza aérea,
aunque le cambió el nombre por el de S-99, siendo muchos cazas fueron vendidos
a Israel en 1949, los cuales lucharon contra los aviones árabes en las Guerras
Árabe-Israelíes. Suiza, Yugoslavia y Finlandia siguieron utilizando el
Messerschmitt para entrenarse, mientras que Gran Bretaña lo adoptó para
experimentos. España fue el país que durante más tiempo, empleó el Messerschmitt
Bf 109, ya que sirvieron en el Ejército Español hasta 1965, muchos en la Guerra
de Sidi Ifni contra Marruecos. Entrados la década de los 70, el Messerschmitt
Bf 109 se convirtió en una pieza de museo y admiración para el mundo entero.
Hasta entonces se habían construído nada menos que 35.000 aparatos.
El
Messerschmitt Bf-109 fue el caza ganador de la Segunda Guerra Mundial, no por
sus cualidades, pues eran muy inferiores a otros aparatos, sino por ser el
avión que mayor número de aeroplanos enemigos derribó a lo largo del conflicto.
La victoria más grande del Messerschmitt Bf 109 fue la del piloto Erich Hartmann
que abatió 352 aviones enemigos durante toda la guerra. Precisamente sólo el
Messerschmitt Bf 109 llegó a las 300 victorias aéreas, ningún avión en el
conflicto ni en la historia del siglo XX superaron este número. Con este
impecable historial sin duda alguna el Messerschmitt Bf 109 fue el caza campeón
de la Segunda Guerra Mundial.
Nombre: Messerschmitt
Bf 109
Tipo: Caza
Nacionalidad: Alemania
Compañía: Bayerische Flugzeugwerke
Compañía: Bayerische Flugzeugwerke
Motor: Uno.
Daimler-Benz DB 605D de 12 cilindros en V a 2.000 CV
Dimensiones: Envergadura=
9′ 92 m. Longitud= 9′ 02 m. Altura= 3′ 40 m.
Peso: Cargado=
2.505 kg. Vacío= 1.900 kg
Velocidad: Velocidad
máxima= 570 km/h. Trepada inicial= 1.000 m/min
Alcance: 725 km
Techo
de servicio: 11.500
m
Armamento: 2
cañones Reintmall Borsig MG 131/13 de 13 mm y dos cañones Mauser MG 151 de 20
mm
Primer
vuelo: Principios
de Septiembre de 1935 ( se ignora la fecha exacta )
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