Juan, infante de Aragón y de Castilla
En realidad Juan I de Aragón y
Castilla, no llegó a reinar, pero es el eslabón anterior a su hermana Juana de
Castilla (o Juana la Loca). Permitirme pues que lo incluya.
Es Juan el segundo hijo y
primer y único varón de los Reyes Católicos, nacido en Sevilla, el 30 de junio
de 1478. La expectación por el nacimiento fue tal, que el cabildo hispalense
dispuso una recompensa de 50.000 maravedíes para quién transmitiese la noticia,
el afortunado fue Martín de Távara, criado de la reina. Incluso el rey, que se
encontraba sitiando la fortaleza de Castronuño, abandonó el campo en el momento
en que se enteró del nacimiento. Doña María de Guzmán, tía de Luis de Guzmán,
señor de Algaba, fue la encargada de los cuidados tras el nacimiento. La ciudad
de Sevilla se llenó de celebraciones para el bautizo, que tuvo lugar el 9 de
julio de 1478. Los padrinos fueron Pedro González de Mendoza, Arzobispo de
Toledo, Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro y condestable de Castilla, y
Rodrigo Alonso de Pimentel, conde de Benavente. La madrina fue Leonor de
Mendoza, duquesa de Medina Sidonia, esposa del duque Enrique de Guzmán.
Dispusieron los Reyes Católicos
una educación muy completa para su hijo, poniendo al frente a fray Diego de
Deza, dominico maestro de Teología de la Universidad de Salamanca. La corte del
príncipe, estaba en el Palacio de Los Mendoza de Almazán, villa que le había
sido concedida en 1496. Además de Diego de Deza componían su casa cinco
caballeros ancianos (Sancho de Castilla, Nicolás de Ovando, Pedro Núñez de
Guzmán, Juan de Calatayud y Juan Velázquez) y cinco mancebos de edad similar a
don Juan (Sancho y Diego de Castilla, Hernán Gómez de Ávila, Luis de Torres y
Hernán Arias).
En las cortes de Toledo de
1480, fue investido Príncipe de Asturias, para heredar el trono castellano,
mientras que en las cortes de Tarazona en 1484, fue jurado como heredero de
Aragón. Posteriormente, en 1495, los Reyes Católicos concertaron con el Emperador
de Alemania, Maximiliano de Austria, el doble matrimonio de sus hijos; de una
parte Felipe el Hermoso casaría con la infanta Juana, y de otra la princesa
Margarita de Austria lo haría con Juan. Una flota de más de cien naves, al
mando del Almirante de Castilla, Fadrique Enríquez de Cabrera, partió en 1496
desde Laredo hacia Flandes para llevar a la infanta Juana y traer a doña
Margarita. Después de celebrada la boda entre Juana y Felipe, la flota regresó
a Santander en 1497, celebrándose la boda entre Juan y Margarita a primeros de
abril en Burgos.
Poco después de la boda los
recién casados se traslada a Almazán, para más tarde trasladarse a Medina del
Campo para pasar el verano, enfermó el príncipe de viruela y en septiembre
aprovechando una ligera mejoría se trasladaron a Salamanca. A los pocos días,
el príncipe Juan sufrió un ataque con violentas fiebres, que fueron la causa de
su fallecimiento el 4 de octubre de 1497. Fue sepultado en la capilla mayor de
la Catedral de Salamanca, aunque más tarde por orden de los Reyes Católicos se
le trasladó al convento abulense de Santo Tomás.
El príncipe Juan desde su
pubertad había dado muestras de tener una salud débil. Sin embargo, según
testimonios, parece ser que hubo otra razón que explica la debilidad que le
llevó a la muerte: un exceso de actividad sexual debido a los constantes deseos
y furores de su bella y joven esposa.
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