Rómulo, fundador y primer rey de Roma de 753 a 716 a.C.

 


Según el mito romano, los hermanos gemelos Rómulo y Remo fueron los que fundaron Roma. Aunque sería Rómulo a quien se le atribuiría, definitivamente, su fundación, convirtiéndose en su primer rey.



Conozcamos la leyenda referida a estos dos hermanos.

Numitor fue destituido por su hermano Amulio, el cual acabó con todos los hijos varones de aquel, convirtiendo a su única hija, Real Silvia, en una virgen vestal que, al tener voto de castidad, no podría tener descendientes. Pero, con lo que no contaba Amulio, es que el dios de la guerra, Marte, se iba a enamorar de la bella muchacha, a la que sedujo, de esa unión nacieron dos gemelos: Rómulo y Remo, Amulio, temeroso de tener, en el futuro, dos rivales, ordenó asesinarlos, pero el encargado del infanticidio no fue capaz de cometerlo y los abandonó a su suerte en el río Tíber, en una cesta. La corriente llevó la cesta a un pantano llamado Velabrum, en un lugar situado entre las colinas Palatino y Capitolo llamado Cermalus, donde fueron alimentados por una loba llamada Luperca y un pájaro carpintero; ambos son los animales sagrados de Marte. Al tiempo fueron encontrados por un pastor llamado Fáustulo, que también era porquerizo de Amulio, el cual decidió criar en secreto a los niños junto con su esposa Acca Larentia. Cuando crecieron les reveló su verdadera identidad, entonces ellos decidieron hacer justicia. Mataron a Amulio y liberaron de su encierro a su abuelo, que fue repuesto en su trono.​

Rómulo y Remo partieron de Alba Longa, decididos a gobernar, pero sin tener que derrocar a su abuelo; por lo que marcharon al lugar donde el pastor los había encontrado y ahí discutieron dónde fundar su ciudad: Rómulo quería construir Roma en el Monte Palatino, mientras que Remo optaba por hacerlo en el Aventino. La ley de la primogenitura no podía aplicarse en este caso, por lo que los habitantes debían elegir al rey de otra manera. Por lo que se decidió que el que viera más buitres ganaría. Remo vio seis, mientras que Rómulo vio el doble; el triunfo era suyo. Rómulo trazó los límites de la ciudad, ordenando que nadie los traspasara durante las ceremonias, pero Remo lo desafió y los traspasó, por lo que tuvieron una discusión que degeneró en pelea; en ella Remo resultó herido, muriendo poco después a causa de las heridas. Rómulo enterró a su hermano en el lugar donde quería fundar la ciudad de Remoria, y Roma fue fundada oficialmente el 21 de abril de 753 a. C. La nueva ciudad se fue llenando de refugiados y prófugos, tanto de las ciudades vecinas como de tierras más lejanas, había hombres libres y esclavos, es probable que también llegaran campesinos y pastores de las cercanías. Debido a la diversidad de esta gente, Rómulo decidió organizarlos en un solo cuerpo político, promulgar leyes y crear costumbres comunes y eligió a los primeros cien patres, que el rey nombró senadores y cuyos descendientes serán los patricios.




La recién fundada Roma fue creciendo rápidamente, pero el número de mujeres era escaso. Los habitantes temieron que su ciudad sólo duraría una generación si no conseguían suficientes mujeres; por lo que se enviaron embajadas para conseguir mujeres en los pueblos vecinos, pero no resultó, entonces los romanos decidieron conseguirlas por la fuerza y bajo el mando de Rómulo —fingiendo no estar resentidos, ofrecieron unos juegos en honor a Neptuno, a los que llamaron Consualia. A dichos juegos se invitó a vecinos de algunas ciudades latinas y a los sabinos cerca del Quirinal y, aprovechando que sus vecinos habían traído a sus hijas, en el transcurso de los juegos, procedieron a secuestrar a las mujeres. Incomprensiblemente, los padres de las doncellas huyeron y los romanos aprovecharon para acusarles de violar su hospitalidad.

Habían pasado solo tres meses desde la fundación de la ciudad, y Rómulo logró calmar a las jóvenes y con el paso del tiempo, los secuestradores lograron ganarse su afecto, demostrando que eran buenos esposos. Rómulo tomó como esposa a Hersilia, una noble sabina, con la que tendría dos hijos: una niña llamada Prima y un varón al que llamaron, primero Aolio, para, posteriormente, llamarle Abilio. Tras el rapto, los romanos tuvieron que afrontar la ira de los sabinos y de los pueblos latinos de Caenina, Antemnas y Crustumerium que se aliaron entre ellos. Los latinos, al ver que Rómulo no devolvía las doncellas, consideraron que los sabinos no tomaban medidas contra los romanos, por lo que decidieron marchar contra Roma, pero Agron, rey de los ceninetes, no tuvo paciencia, y marchó solo, con su ejército contra la nueva ciudad. Rómulo salió a su encuentro, y se retaron en combate singular mientras que sus huestes les observaban expectantes. El hijo de Marte venció y en la batalla que tuvo lugar a continuación, venció al ejército enemigo y tomó la ciudad. No arrasó Caenina, sino que trasladó su población a Roma, donde serían ciudadanos con los mismos derechos que los locales.

Poco después realizó un triunfo exhibiendo el cadáver de Agron en su propio carro, mientras los generales Cornelio Coso y Claudio Marcelo llevaban a Tolumnio el Tirreno y al rey galo Britomarto, respectivamente. La victoria fue dedicada a Júpiter. Aprovechando que los sabinos aún se estaban preparando, los romanos atacaron las ciudades de Antemnas, Crustumerium y Fidenas, a las que derrotaron. Entonces los sabinos se decidieron a marchar sobre Roma al mando de Tito Tacio. Pusieron sitio a la fortaleza del Capitolio, pero una sacerdotisa llamada Tarpeya, hija del comandante Espurio Tarpeyo, permitió a un grupo de sabinos entrar a cambio de joyas. Con la toma de la fortaleza, los romanos ocupaban el Palatino y los sabinos el Capitolio, enfrentándose en el llano existente entre ambos montes, futuro lugar del Foro romano, que debido a las fuertes lluvias estaba inundado. El campo de la batalla estaba rodeado de colinas, era bastante estrecho y con pocas vías de escape. Tarpeya, fue muerta por el rey sabino arrojándola no solo las joyas que añoraba además de escudos. Su padre fue ejecutado acusado de traición. Al día siguiente se enfrentaron los campeones de ambos pueblos: Mercio o Marco Curcio por los sabinos y Hosto Hostilio por los romanos. Curcio se adelantó tanto a sus tropas que llegó a quedar atrapado con su caballo en la zona inundada, salvándose casi de milagro de morir ahogado, motivo por el cual el lugar fue nombrado Lago Curcio”, ​ mientras que Hostilio murió al inicio del combate, lo que motivó al ejército romano a huir y refugiarse en el Palatino. Cuando Rómulo trató de imponer orden, fue herido por una piedra y arrastrado por su propio ejército. Cuando recuperó el conocimiento, invocó a Júpiter y prometió construirle un templo en su nombre si le concedía la victoria. A continuación, puso orden entre sus hombres y defendió los lugares donde estaban refugiados, donde estarían después los cimientos de Regia y el Templo de Vesta, conteniendo a las mejores tropas sabinas. En esos momentos las sabinas intervinieron en medio de la lluvia de proyectiles para evitar que sus padres (sabinos) y sus esposos (romanos) se siguieran matando entre sí.3

Tras este episodio, Rómulo y Tacio firmaron la paz y unieron a sus pueblos en uno solo, se inició un gobierno conjunto de ambos monarcas, una diarquía, en la que ambos con 100 senadores cada uno se reunía y decidía qué hacer, luego se reunían ambos y tomaban la decisión final. Ambos reyes se llevaron bastante bien y no tuvieron mayores problemas. El ejército romano pasó de los 3000 infantes y 300 jinetes originales al momento de su fundación al doble: 6000 de a pie y 600 a caballo. Organizándose en tres tribus: los ramnes o ramneses, ticios o titienses y lúceres o lupercos. Los primeros eran leales a Rómulo, los segundos a Tacio y los terceros de orígenes inciertos. Además, el pueblo fue nombrado quiritas a petición de Tacio en recuerdo a su antiguo país, la ciudad de Cures o Cures de los Sabinos, ya que la gente de esa región se hacía llamar curites. Este sería el etnónimo del pueblo romano para referirse a ellos mismos. Cuando se cumplía el quinto año de diarquía (entre 748 a. C. y 746 a. C.), parientes de Tacio asaltaron a una comitiva de mensajeros que venían de Laurento a Roma, pero cuando estos se resistieron los asesinaron. Los deudos exigieron justicia a Rómulo pero este se vio impedido, pues Tacio se negaba a castigar a los involucrados. Los parientes de las víctimas finalmente asesinaron al rey sabino en Lavinio. Rómulo enterró con honores a Tacio en el Armilustro en el Aventino. Los laurentanos, temerosos de que estos hechos originaran una guerra, entregaron a los culpables, pero Rómulo no los castigó y decidió que la muerte de su colega era el precio pagado por la muerte de los mensajeros. Algunos asumieron que estaba feliz de tener el poder para él solo. Poco tiempo después una peste afectó a Laurento y Roma, lo que fue interpretado como un castigo por no hacer justicia por la muerte de Tacio. Antes de que terminara esta pestilencia, los habitantes de Cameria invadieron territorio romano esperando que no pudieran detenerlos, pero estaban equivocados. Rómulo los derrotó, la ciudad fue tomada y la mitad de sus habitantes fueron llevados a Roma, mientras que el rey romano instaló tantos colonos que doblaron en población a los camerios que quedaban en la ciudad. Al volver a Roma, el monarca celebró un triunfo y consagró un templo a Vulcano. Habían pasado solo dieciséis años desde la fundación de la ciudad.




Durante su reinado Rómulo conquistaría Medullia, recibiría embajadas de varias ciudades latinas y se aliaría a ellas, pero los tirrenos o etruscos de la ciudad de Fidene o Fidenas fueron a la guerra contra él, temerosos del poder alcanzado. Según Plutarco, el rey lanzó un ataque sorpresa de su caballería contra las puertas de la ciudad y la tomó. Livio, en cambio, narra que Rómulo avanzó hacia la ciudad después de que los fidenates atacaran las tierras romanas hasta hacer un campamento en sus cercanías, dejó un pequeño destacamento ahí y avanzó con el grueso de sus fuerzas. Parte de la infantería la dejó oculta en una zona boscosa, mientras él con la caballería y el resto de la infantería, atacaba la ciudad. El asalto fue rechazado, pero los fidenates abandonaron la protección de sus murallas y fueron en su persecución llegando a la zona boscosa, donde el resto de la infantería que estaba oculta los atacaron por el flanco; en ese momento los romanos que huían, dieron media vuelta y se enfrentó a sus enemigos. Los fidenates, rodeados se vieron vencidos, por lo que huyeron a su ciudad, pero los romanos entraron en ella antes de que pudieran cerrar las puertas. Los fidenates habían tenido muchos muertos, pero Rómulo no la incendió ni saqueó, sino que ordenó que se instalasen 2500 colonos romanos para asegurar la lealtad de la ciudad.

Los etruscos sabían que la influencia que estaba logrando la nueva ciudad era muy peligrosa y no debían mostrarse pasivos. Según Livio, los veyentinos lanzaron una ofensiva contra territorio romano, llevándose el botín a su ciudad que estaba sin fortificar pues no esperaban a su enemigo. Pero los romanos salieron tras ellos, cruzaron el Tíber, y los veyentinos, al saber que Rómulo avanzaba sobre su ciudad, salieron a su encuentro para evitar luchar cerca de sus casas o un temido asedio. Pero el ejército romano, que era muy experimentado, los derrotó, persiguiéndolos hasta Veyes. Rómulo no asaltó sus defensas pero devastó los campos cercanos. Entonces, los etruscos, firmaron la paz, a cambio de algunas tierras. Rómulo logró una tregua de cien años que duraría cuatro décadas después de su partida. Tras esto el rey organizó una guardia permanente de 300 infantes llamados celeres por su comandante, Celer. Sin embargo, Plutarco, dice que los veyentinos se dividieron en dos contingentes, el primero atacó Fidenas y el segundo salió en búsqueda de Rómulo, que anteriormente había enviado mensajeros reclamando la entrega de su ciudad, pero los había rechazado. Un destacamento logró tomar Fidenas matando a los 2.000 defensores romanos, pero Rómulo logró vencer al otro cuerpo etrusco y les mató 8.000 hombres; marchando luego contra la otra fuerza veyana y, cerca de Fidenas, la derrotó eliminando a más de 14.000 enemigos; para, a continuación marchar contra Veyes, que al ver que le sería imposible resistir, prefirió ceder las tierras al sur del Tíber, ceder las salinas cercanas a este y entregar cincuenta rehenes de entre sus principales. Rómulo celebró el nuevo triunfo, exhibiendo el botín, las armas de los vencidos y al comandante de sus enemigos, un anciano general.




Poco a poco Rómulo se volvió más despótico y autoritario debido a su arrogancia. Poco después falleció su abuelo Numitor y él heredó el trono de Alba Longa, a donde se trasladó, pero debido a las dificultades para gobernar las dos ciudades dejó a los romanos elegir cada año un gobernador, lo que aumentó el deseo entre la gente de librarse de la monarquía. El rey lentamente empezó a reducir las atribuciones del Senado y del pueblo, pero también distribuyó entre sus soldados los territorios ganados a Veyes sin consultárselo a los patricios. Alba Longa, la ciudad "madre" de Roma, será destruida por su propia "hija" después del 673 a. C., a manos del rey Tulio Hostilio. A los 38 años de reinado y 54 de edad, alrededor del 716 a. C., el 5 o 7 de julio, según la tradición Rómulo fue elevado a los cielos por una tormenta o eclipse, cuando pasaba revista al ejército en la ciénaga Capra, el futuro Campo de Marte. Luego, los romanos lo elevarían a deidad con el nombre de Quirino y le construyeron un templo en la colina llamada Quirinale. Sin embargo, lo más probable es que fue asesinado por los patres y su cuerpo fue desmembrado y hecho desaparecer. A su estilo despótico de gobierno, al final de su vida, se sumaba la acusación de estar involucrado en la muerte de Tacio. Dice Livio que los senadores no se pusieron de acuerdo en quién debía ser el nuevo monarca, temerosos de un conflicto entre las distintas facciones. Pasaron un año turnándose en el gobierno por una semana al mando cada uno, pero este sistema llamado interregno, no funcionó y la gente empezó a protestar, además de sentirse débiles ante sus vecinos al no haber una autoridad central. Los senadores, sabiendo que no podrían contener esa indignación, prefirieron encauzarla para evitar perder el poder. El sistema que impusieron era que el rey sería aclamado por el pueblo pero luego debía ser aceptado por el Senado para ser legitimado. Como sucesor de Quirino fue elegido Numa Pompilio, un hombre con fama de sabio y piadoso, de unos 40 años de edad. La misma que Roma).

En la cronología actual se fijó el 21 de abril de 753 a. C., y fue este el año 1 en el calendario romano. Se aludía a él como el Nacimiento de Roma. Por ejemplo: en el año 200 desde la fundación de la ciudad de Roma. Por otro lado, en noviembre de 2007 se produjo el hallazgo de la cueva que en la antigüedad era reverenciada como el lugar donde se creía que habían sido amamantados los gemelos.


Los interesados en su adquisición, podéis hacerlo en AMAZON, en los siguientes enlaces:

Tapa blanda (8,32€)

Versión Kindle (3,00€)





Ramón Martín

BIBLIOGRAFÍA: De Reyes a Emperadores, Wikipedia, Enciclopedia.net.

IMÁGENES: Wikipedia, Copilot, Pinterest


Comentarios

Entradas populares