Clotario II rey de los francos desde el año 613 al 629
Clotario II nace el año 584, y llegará a ser rey de Neustria, París
y finalmente de los francos. Era hijo de Chilperico I y Fredegunda,
y fue proclamado rey de Neustria a la muerte de su padre con solo unos meses de
edad. En el momento de nacer, hubo dudas sobre su legitimidad, dudas que fueron
acalladas gracias al juramento hecho por su madre, junto a 300 nobles y obispos
de Neustria.
Fredegunda estaba enemistada con Brunegilda
y su hijo Childeberto II de Austrasia, por lo que, apoyándose en los
señores neustrianos, llamó a su cuñado Gontrán I, el cual controlaba el
reino franco de Borgoña, y este acepta ejercer la tutoría del príncipe con la
regencia de Fredegunda. Gontrán I firma, el año 587, con su
sobrino Childeberto II de Austrasia y la reina regente Brunegilda
el Tratado de Andelot, en el cual, entre otras disposiciones, se
establece la herencia recíproca de los reinos de Austrasia y Borgoña. A la
muerte de Gontrán I en el año 593, Clotario II queda bajo la
tutela de un consejo encabezado por Fredegunda, formado por los nobles
conocidos como leudes y el mayordomo de Palacio.
Se desató la guerra contra
Austrasia, que mientras vivió la implacable Fredegunda le resultó
favorable. Pero ésta muere de disentería en el 597, dejando a Clotario II
a cargo del gobierno de Neustria con 13 años de edad y con enormes
dificultades, pues sus rivales controlan los otros dos reinos francos.
Gontrán I de acuerdo con las
estipulaciones del Tratado de Andelot había dejado sus posesiones a su
otro sobrino, Childeberto II de Austrasia y a la muerte de éste
en 596, Borgoña había quedado para Teoderico II y Austrasia para Teodeberto
II, ambos nietos de Brunegilda.
Clotario II, vencido el año 600 en Dormelles
y el 604 en Étampes por los reyes de Austrasia y Borgoña unidos contra
él -el mayordomo de palacio Landry era quien comandaba las tropas de Clotario
II en estas dos batallas-, el odio de la nobleza de Austrasia contra Brunegilda
lo salvó de verse totalmente perdido.
Dos hechos le resultan fortuitos:
el primero de ellos es la guerra entre sus rivales Teoderico II y Teodeberto
II, que concluye con la victoria del primero y la muerte del segundo en el
año 612; el segundo es el fallecimiento prematuro de Teoderico II, quien
a poco de triunfar sobre su hermano y reunir en su persona los reinos de Borgoña
y de Austrasia perece de disentería justo cuando preparaba un ataque decisivo
contra Clotario II. Entonces Clotario II consigue por la
diplomacia lo que no había podido lograr por las armas. Pacta con la aristocracia
de Austrasia en las personas de Pipino de Landen y San Arnulfo,
y con la de Borgoña en la persona del mayordomo de palacio Warnacario,
para que traicionen a Brunegilda y a los hijos de Teoderico II. A
los conspiradores les promete toda clase de prerrogativas, favoreciendo la
independencia de la nobleza y el clero en detrimento de la monarquía. La
conspiración tiene éxito y así Clotario II es reconocido rey de los tres
reinos francos, y sus nuevos aliados ponen a Brunegilda a su merced.
Su primer acto como Rey de todos
los Francos es de venganza: hace matar a dos de los cuatro pequeños hijos de Teoderico
II; perdona al que era su ahijado de bautismo, Meroveo, al que hace
tonsurar e internar en un monasterio; y sólo uno, Childeberto, logra
escapar y nunca se vuelve a saber de él. Finalmente, hace torturar y perecer
cruelmente a Brunegilda, en una ofrenda póstuma a su madre Fredegunda.
Cumple las promesas hechas a sus
aliados: Warnacario es nombrado mayordomo de Palacio vitalicio de
Borgoña y los arnulfingos y los pipínidos se apuntan la mayordomía
de Palacio de Austrasia. El año 614 dicta el Concilio de París, en
el que, la monarquía merovingia autolimita sus atribuciones en provecho de la
nobleza y el clero. Con ello, siembra, la futura perdición de su dinastía, ya
que, las consecuencias las deberán sufrir sus sucesores.
Hasta su muerte ocurrida en el
año 629, Clotario II gobierna un país franco unificado, pacificado, pero
con sordas luchas de influencia entre el poder central y sus leudes, necesitando
numerosos administradores para un reino tan grande. En este momento comienza el
poderío de los mayordomos de palacio; de hecho, el año 623 los
austrasianos le imponen que nombre como Rey de Austrasia a su hijo Dagoberto
I bajo la tutela de Pipino de Landen como mayordomo de
Palacio. A su muerte, le sucederá su hijo Dagoberto I, último gran
rey merovingio, quien logrará retrasar la decadencia de la dinastía durante
unos pocos años más.
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Ramón Martín
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