Andrómeda y el dragón de Luca Giordano
Realizado entre 1686 y 1688
Óleo sobre lienzo de 114 X 136 cm
Depósito en otra institución
Un oráculo vaticinó a Céfiso, rey de Etiopía, que se
libraría del dragón que asolaba su reino cuando ofreciera en sacrificio a su
hija Andrómeda. Perseo, montado sobre Pegaso, salvó a la mujer usando la cabeza
de Medusa, cuya visión petrificó al dragón.
Pintura de extraordinaria calidad que muestra las
características propias de la década anterior a la llegada del pintor a España,
con un dibujo apurado que describe minuciosamente todos los detalles a través
de pinceladas precisas. Es pintura de empeño, como se advierte en su técnica y
en la multitud de figuras que pueblan la composición, en las que Giordano se entretiene ofreciendo un amplio catálogo de expresiones y actitudes que
muestran el horror y la desesperación ante el inminente sacrificio de Andrómeda.
Como es habitual, muestra la escena en su momento de mayor tensión dramática,
cuando Perseo llega blandiendo la cabeza de Medusa y el dragón dirige su
amenazante mirada hacia él. La roca, a la que esta encadenada la joven desnuda,
divide la composición en dos mitades claramente contrastadas por el uso de la
luz, las actitudes y el número de personajes.
Esta pintura forma parte de uno de los encargos más
ambiciosos realizados por la corona española a Luca Giordano. Se trata de un
conjunto de cuarenta y cinco pinturas de temática histórica, religiosa,
mitológica y alegórica, de formatos estandarizados, que llegaron a Madrid en
1688 como primera remesa de un envío más numeroso, que debía alcanzar las
ciento veintidós obras.
TEXTO: Web del Museo de El Prado
Ramón Martín
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