Ópera Garnier de Paris

 

En 1672, el rey Luis XIV autorizó al compositor Jean-Baptiste Lully para crear la Academia Real de Música, la institución que abarcaba ópera, ballet y música; aunque la ópera conformó su propia compañía. En 1713 Luis XIV hizo de la Compañía de la ópera una institución estatal, con una compañía de bailarines profesionales, el Ballet de la Ópera. Desde entonces hasta la inauguración del Palacio Garnier en 1875, la Academia Real de Música, contó con trece teatros como sede. A pesar de los nombres que recibieron, todos ellos fueron comúnmente conocidos como Ópera de París.

El Palacio Garnier formó parte de las transformaciones que se hicieron en París, durante el Segundo Imperio, siendo promovida por el emperador Napoleón III, quien designó al barón Haussmann para supervisar las obras. En 1858 el emperador dio autorización a Haussmann para derribar los 12 000 m² que se necesitaban para construir el segundo teatro para las compañías de ópera y ballet de París. El proyecto fue otorgado a Charles Garnier, y la primera piedra se colocó en 1861, comenzando las obras en 1862.  Se dice que la esposa del emperador, la emperatriz Eugenia de Montijo, preguntó a Garnier, si el edificio sería de estilo griego o romano, a lo cual el arquitecto respondió: «¡Es en estilo Napoleón III, señora!».

La construcción sufrió varios contratiempos: hubo de ser interrumpida al encontrarse, durante las excavaciones, cuevas con aguas subterráneas que tuvieron que ser absorbidas con bombas hidráulicas; también se interrumpió tras el desastre de la guerra franco-prusiana, la caída del Segundo Imperio Francés y la Comuna de París de 1870. Sin embargo, un hecho aceleró las obras cuando la antigua Ópera de París, el Teatro de la Academia Imperial de Música, fue destruida por un incendio el 29 de octubre de 1873, que había sido la sede de la ópera y ballet parisina desde 1821. A partir de 1874, Garnier y su equipo de trabajo, terminaron el teatro, que pudo ser inaugurado oficialmente el 5 de enero de 1875. Durante la ceremonia, se presentó el tercer acto de la ópera La Juive, de Halévv, y extractos de Les Huguenots, de Meyerbeer, mientras la compañía de ballet presentó un divertimento representado por Louis Mérante, que consistía en la célebre escena de Le Jardín Animé de Joseph Mazilier.

En 1994 comenzó la restauración del teatro, con la modernización de la tramoya y de las instalaciones eléctricas, se restauraba y preservaba el decorado y se fortalecía la estructura del edificio. Restauración que fue terminada en 2006.

Con un tamaño un poco más pequeño que su predecesor, el Teatro de la Academia Real de Música, el Palacio de Garnier ocupa 11 000 m², con una capacidad de, aproximadamente, 2200 espectadores y un escenario para 450 artistas. Es un edificio de estilo monumental, decorado con frisos multicolores elaborados en mármol, columnas y estatuas, muchas de ellas representando a deidades de la mitología griega. Entre las columnas de la fachada frontal, se pueden admirar los bustos en bronce de compositores famosos. El interior está adornado en terciopelo, hojas doradas, ninfas y querubines. La araña del auditorio central pesa más de seis toneladas. El área del techo alrededor de la araña tiene una pintura de 1964 hecha por Marc Chagall. En los espacios cerrados, el fenómeno preponderante que se ha de tener en cuenta es la reflexión. Al público le va a llegar tanto el sonido directo como el reflejado, que si van en diferentes fases pueden producir refuerzos y en caso extremos falta de sonido.

La forma del teatro es la tradicional de herradura, con cuatro hileras de palcos. El gran volumen de La Ópera obligaba a utilizar una decoración interna, suficientemente absorbente para no generar un aumento excesivo de los tiempos de reverberación. Esto se lograban gracias a la alta absorción que proporcionaban los asistentes, las gruesas tapicerías del mobiliario y, fundamentalmente, colocando cortinas y tapices pesados, así como grandes telones y alfombras, logrando una calidad óptima del sonido.

Ramón Martín