El pintor Salvador Martínez-Cubells por Enrique Martínez-Cubells
Realizado en 1901, es un
óleo sobre lienzo de 42 x 32 cm.
Este retrato de
Salvador Martínez-Cubells, pintado por su hijo Enrique a la vuelta de un viaje
por Alemania, nos muestra al artista, envejecido, ligeramente encorvado, casi
de media figura y de perfil, concentrado en la mezcla de colores en su paleta,
momento antes de disponerse a dar una pincelada en un cuadro que queda fuera de
la mirada del espectador. El pintor, concentrado en su propia tarea y absorto
en el espacio en que se encuentra, no tiene ninguna relación con el espectador,
lo que viene a subrayar el carácter íntimo, e incluso doméstico, del retrato,
con el que el hijo rinde un sincero homenaje al padre, sorprendido en un gesto
común de su profesión.
Obra juvenil, destaca la cabeza, de cálida tonalidad y
colorido finamente matizado; el resto de la figura está muy abocetado,
ejecutado con una factura rápida y nerviosa, a excepción de la pincelada
luminosa y empastada en blanco que define el rígido cuello postizo que, como
una diagonal de luz, corta en dos la figura y el cuadro.
La vibrante
factura de la obra así como su luminosidad evocan, por la fecha en que está
realizada, el sorollismo consagrado de estos
años, pero también, por su espontánea veracidad, obras más lejanas en el
tiempo, dentro de la tradición de la pintura española, tan presente e
influyente en el arte pictórico de estos años.
Existe otro retrato de semejantes características,
firma, fecha y medidas en una colección particular madrileña.
Imagen y texto de la web del Museo del Prado.
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