San Juan de la Cruz
Su nombre era Juan de Yepes Álvarez, y nació en Fontiveros, en 1542. Fue el segundo de los tres hijos del matrimonio formado por Gonzalo de Yepes y Catalina Álvarez, modestos tejedores de telas bastas, una familia hidalga empobrecida, lo que tuvo como consecuencia que empezara a trabajar desde muy joven en un hospital, recibiendo su formación intelectual en el colegio jesuita de Medina del Campo.
Con muerte temprana del padre, y del segundo de los hermanos, Luis, la madre, intentó recabar ayuda de algunos parientes toledanos. La desesperada situación le hizo trasladarse a Arévalo, donde permanecieron unos cuatro años, para establecerse en 1551, Medina del Campo, villa que, aunque había iniciado un importante declive, aún era sede de las más importantes ferias de Castilla y uno de los principales mercados financieros de Europa. El objetivo de este traslado era mejorar la situación económica de la familia, que, se había incrementado al matrimoniar Francisco, el único hermano vivo de Juan.
En los arrabales medinenses se crió Juan de Yepes como pobre de solemnidad, categoría diferenciada de la de los pobres envergonzantes o la de los vagos y maleantes, que le proporcionaba la posibilidad, de asistir al Colegio de los Niños de la Doctrina. Por tal «privilegio», estaba obligado a realizar contraprestaciones, tales como la asistencia en el convento, la ayuda a Misa y a los Oficios, acompañamiento de entierros y pedir limosna. En este centro, recibió una preparación elemental, subordinada a la religiosa, que, en lugar de encauzarle hacia el aprendizaje de un oficio, tuvo la virtud de rescatarle del analfabetismo, y le capacitó para proseguir su formación en el colegio fundado por los jesuitas en 1551, con la ayuda financiera de los mercaderes Rodrigo de Dueñas y Pedro Cuadrado.
Como alumno externo debía compaginar sus estudios con un trabajo asistencial en el hospital de Nuestra Señora de la Concepción de Medina, especializado en enfermedades venéreas, conocido popularmente como el Hospital de las Bubas. Juan de Yepes tuvo la oportunidad, entre 1559 y 1563, de asimilar las directrices de la «ratio studiorum», nuevo método académico, que se empezaba a ensayar en los colegios de la Compañía de Jesús. El latín era el eje de todos los estudios. Superados los tres años, se podía pasar a un cuarto de Humanidades, en el que los alumnos aprendían a escribir correctamente en latín, a construir versos latinos y a traducir a Cicerón, César, Virgilio, Ovidio, ciertas cosas de Marcial y aun de Horacio. La formación recibida en Medina constituirá la plataforma para su acceso a la Universidad salmantina del aventajado alumno.
La vocación religiosa le llevó, con veintiún años, a ingresar en los Carmelitas de Medina, con el nombre de Juan de Santo Matía, decisión que supuso el rechazo a una ordenación sacerdotal como paso previo a la capellanía del Hospital de las Bubas, lo que hubiera solucionado los apuros económicos de la familia. Su elección, pone de manifiesto una tendencia a la soledad y evidencia una inclinación contemplativa. El noviciado lo realizó entre 1563 y 1564 en el convento medinense de Santa Ana. Como fraile profeso ya, se instaló en Salamanca en el Colegio de San Andrés, situado a extramuros de la ciudad, donde estudiaban carmelitas venidos de todas las provincias. En las aulas de la universidad salmantina realizó los tres cursos preceptivos para bachillerarse en Artes, durante los años 1564-1567.
Frente a las tensiones del mundillo universitario salmantino, bullían sus inquietudes religiosas coincidentes con su ordenación como sacerdote en la primavera de 1567. Dentro de la propia Orden habían surgido tendencias reformistas, sin embargo, a fray Juan, en esta fase de inestabilidad espiritual, sus inclinaciones contemplativas parecían impulsarle hacia la Cartuja.
En el otoño de 1567 se produce el decisivo encuentro con Santa Teresa. La Madre fundadora, le ofreció la alternativa de encauzar sus deseos en el seno de la reforma de la misma Orden. Tal renovación iba impregnada de un talante humanista que, más adelante, sería atenuado por el rigor de Nicolás Doria.
A la espera de la creación de algún monasterio, decide volver a Salamanca, e iniciar estudios de teología, asistiendo a diversas cátedras, en sesiones de mañana y tarde, aunque sólo realizó un curso de Teología, por lo que no obtuvo el grado de bachiller, a diferencia de otros compañeros.
En agosto de 1568 fray Juan de Santo Matía abandonó Salamanca para acompañar a Teresa de Jesús en su fundación femenina de Valladolid, viaje que se puede considerar como una especie de noviciado necesario para familiarizarse con la reforma. Aquí se inauguró el primer convento de descalzos, el 28 de noviembre de 1568, ceremonia en la que cambió su nombre por el de fray Juan de la Cruz. La atmósfera le pareció a la madre Teresa, en su visita unos meses más tarde, exagerada, en ella se percibían ya las tendencias rigoristas que desbancaron la corriente humanista y moderada de Teresa de Jesús y Gracián.
En 1570 la fundación se trasladó a Mancera, donde fray Juan desempeñó el cargo de subprior y maestro de novicios. Tras una breve estancia en Pastrana, en 1571, se estableció en Alcalá de Henares, como Rector del colegio recién fundado. En 1572 Santa Teresa lo reclamó como vicario y confesor de las monjas de la Encarnación. Este convento femenino, era el más importante de Castilla. En este cargo permanecerá fray Juan hasta diciembre de 1577, acompañando a la Madre en la fundación de diversos conventos de Descalzas, como el de Segovia. Durante este tiempo, España y la Santa Sede, acordaron que, la reforma de las órdenes de España quedaba encomendada a los ordinarios bajo la dirección de la Corona.
Las confrontaciones jurisdiccionales irán en aumento, haciéndose necesaria la independencia para los Descalzos. Así, primeramente, en 1580, el Carmelo Descalzo se erigirá en provincia exenta, mediante Breve expedido por Gregorio XIII; poco después, en 1588, será reconocido como Congregación.
El episodio del encarcelamiento del futuro santo se encuadra en este contexto religioso. En 1575, fray Juan de la Cruz había sido detenido y encarcelado en Medina del Campo por los frailes calzados, pero fue liberado a los pocos días gracias al nuncio Ormaneto, pero a la muerte de éste, su sucesor, Felipe Sega, se decantó por el General calzado y la Reforma teresiana estuvo a punto de irse a pique. La situación de fray Juan en la Encarnación se tornaba, cada vez más violenta, puesto que, siendo uno de los fundadores de los Descalzos, era el confesor de monjas calzadas.
En la noche del 3 de diciembre de 1577, fue apresado y trasladado al convento de frailes carmelitas de Toledo, donde un tribunal de frailes calzados, le conminó a retractarse de la Reforma Teresiana. Al negarse, fue declarado rebelde y contumaz, más la sentencia fue declarada nula, pues el tribunal carecía de facultades jurídicas, pero consideraba a fray Juan como uno de los pilares más representativos de la Reforma. Fue encerrado en una celda en la que permaneció más de ocho meses. Durante este encierro, en un estado de abandono total, escribió las 31 primeras estrofas del Cántico espiritual, a la vez que los Romances y el poema de la Fonte.
La presión psicológica, las dudas sobre la licitud de la empresa teresiana, el recelo sobre su renuncia al proyecto de Reforma, el sentimiento de desamparo, la angustia por el olvido de los amigos y el desgaste físico unido al temor a la muerte fueron, sin duda, determinantes para la concepción del mayor de sus símbolos literarios, el de la Noche Oscura. En 1578, con la ayuda de un carcelero, logró evadirse de la prisión en medio de la noche, llegando al convento de carmelitas descalzas, donde le atendieron solícitas, enviándole, para mayor seguridad, al Hospital de Santa Cruz, donde convaleció mes y medio.
En septiembre de 1578, se dirigió a Andalucía, llegando como Vicario al convento de El Calvario en la sierra de Jaén. Desde este enclave, aislado de las tensiones entre calzados y descalzos, realizaba visitas a la fundación de Beas de Segura, de la que era priora Ana de Jesús, a la que había conocido en 1570, en Mancera. Entre ambos se desarrollará una entrañable amistad. En junio de 1579 salió para Baeza, para fundar un colegio para estudiantes carmelitas. En calidad de Rector del Colegio Mayor, permaneció hasta 1582. En marzo tomó posesión del Priorato de los Mártires, donde permanecerá hasta 1588, donde recibió la noticia de la muerte de la madre Teresa en octubre de 1582. En abril de 1587, en el Capítulo de Valladolid, cesa como Definidor y Vicario de Andalucía, siendo nombrado por tercera vez Prior de Granada, cargo en el que se mantendrá hasta 1588, en que se celebrará en Madrid el Primer Capítulo General del Carmelo Teresiano. En esta etapa realizó numerosos viajes por Andalucía y Portugal.
A mediados de 1588, en el Primer Capítulo general del Carmelo Teresiano celebrado en Madrid, es elegido Primer Definidor y Tercer Consiliario de la Consulta. En agosto, la Consulta se traslada a Segovia. En consecuencia, fray Juan regresa a Castilla, como presidente-prior del convento segoviano y renuncia en marzo de 1589 al Priorato de Granada. Durante estos años se habían ahondado las diferencias entre Doria y Santa Teresa y Jerónimo Gracián de la Madre de Dios. Fray Juan de la Cruz, partidario de estos últimos, se enfrentó abiertamente al primero en 1590 en el Capítulo General ordinario de Madrid. En junio de ese año, Sixto V, confirmó las Constituciones de las Descalzas, dadas por la madre Teresa y convertidas en el centro de una dura polémica en el seno de la Orden.
En el Capítulo General de junio de 1591 es cesado de todos sus cargos y reintegrado como mero súbdito a la comunidad de Segovia. Sin embargo, tal destino no llegó a materializarse. Durante el viaje hacia Andalucía, llevado a cabo en agosto, hizo fray Juan una escala en el convento de La Peñuela, donde callé enfermo con unas calenturillas tan pertinaces, que obligaron a trasladarlo a Úbeda, para recibir atención médica. En este convento la enfermedad se agravó, sobreviniéndole la muerte a los 49 años de edad, la noche del 13 al 14 de diciembre, cuando las campanas tañían a maitines.
El proceso de beatificación se inició en 1627, siendo concluida la causa en 1651. El 25 de enero de 1675 Clemente X promulgó el Breve de beatificación. El 27 de diciembre de 1726 fue canonizado por Benedicto XIII. El 24 de agosto de 1926, fue proclamado Doctor de la Iglesia Universal por Pío XI. En 1952 es declarado patrono de los poetas españoles. En 1991, con ocasión del cuarto Centenario de su muerte, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca.
Para la realización de la presente biografía se han consultado las páginas web de: Busco Biografías, Cervantes Virtual y WikipediA. Las imágenes son de Pinterest y Busco Biografías.
Comentarios
Publicar un comentario