Los castillos cátaros de Lastours


En la región de Languedoc-Roussillon, más concretamente en el departamento del Aude, en el término municipal de Lastours, envueltos por el valle de los ríos Orbeil y Grésilhou, encontramos los restos de cuatro castillos cátaros, Cabaret, Surdespine, La Tour Régineet Ouertinheux, construidos a 300 metros de altura en un mismo eje. 

Emplazados sobre un contrafuerte vigilan desde lo alto la población de Lastours, dejando pasar los siglos, grabados a fuego y hierro en lo que queda de sus altos muros. 

Este lugar en el que se ubican los cuatro resquicios cátaros está en la Montaña Negra, un entorno en el que desde 1905 se han efectuado numerosas excavaciones arqueológicas. De los descubrimientos más asombrosos se puede destacar el de una sepultura de la Época del Bronce Medio, en la que descansaba una niña a la que posteriormente se llamo “la princesa del collar”. Esta niña estaba cubierta por objetos de entre los que destacaban perlas de ámbar y joyas que evocaban el arte micénico y egipcio. 

Volviendo a los castillos, cabe destacar que entre 1223 y 1229, en esta región de Francia la actividad cátara fuer muy intensa. Estos castillos fueron atacados una y otra vez intentando acabar con todos aquellos fieles a esta religión. Siendo finalmente 1229 el año en el que el territorio se sembró de hogueras que enterraban en fuego a los cátaros. La rendición definitiva vendría de la mano de la huida de los pocos que quedaron hacia Sault. 

Tras la Cruzada, el rey de Francia decidió eliminar los castillos y sus poblaciones colindantes. No obstante, un poco más tarde, los reconstruiría añadiendo finalmente el cuarto de ellos, Tour Régine. 

Clasificados como Monumento histórico desde 1905, lo cierto es que estos castillos seguirían teniendo una fuerte presencia en otra confrontación; y es que durante la Guerra de Religiones, allá por el siglo XVI, los protestantes se asentaron en ellos adaptándolos perfectamente a las armas de fuego. 

Tras este último conflicto, poco a poco estos castillos fueron olvidados y abandonados, hasta que finalmente la zona comenzó a despertar el interés arqueológico francés. 

Hoy por hoy podemos llegar a Lastours y observar ya sea desde abajo, en el pueblo, o desde arriba, estos preciosos resquicios de la historia, que seguro nos acercarán un poco más a una etapa un poco más sombría y oscura. 



FUENTE: Sobrefrancia

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