Calle Barcelonina en Valencia

Esta calle, estrecha y no muy larga, tiene sin embargo su importancia como vía urbana de conexión entre las zonas de la primera ronda, es decir, de plaza de Puerta del Mar y de calle de Colón, con el punto céntrico y nostálgico de Valencia, cuál es la plaza del Ayuntamiento. Esta calle se extiende pues desde la plaza de Rodrigo Botet, junto a la callejuela del Portillo de San Jorge y, cruzando Moratín, desemboca en la plaza del Ayuntamiento.
Recibió su nombre debido a que de entre las gentes que de otras muchas latitudes vinieron a Valencia, con don Jaime el Conquistador, había también catalanes a los que el rey les designó esta zona, entonces arrabal de la ciudad, pues estaba junto a la parte exterior de la muralla árabe. Pasando el tiempo se irían abriendo las calles que equivaldrían a un primer ensanche urbano, una de las cuales era esta Barcelonina. Se trata del mismo caso ocurrido con la apertura de la calle denominada de Barcelona, entre la calle Comedias y la plaza de Alfonso el Magnánimo.

La calle de Barcelonina, hay que reconocer que, no obstante su céntrica ubicación y zona de importante transito, no es advertido su rótulo generalmente por quienes por ella pasan. Siempre se ha denominado de Barcelonina, y este rótulo se remonta a varios siglos, pues entre los fondos de archivo figura la publicación de un bando de 5 de octubre de 1538, en el cual se nombra como calle de Barcelonina. El citado bando se promulgó con motivo de señalar el itinerario para la procesión que debía celebrarse, con ocasión de las fiestas del III centenario de la Conquista de Valencia por el rey don Jaime. Tan solo entre los años 1939 hasta 1979, se llamó de hermanas Chabás, Vicenta y María Chabás Riera, pertenecientes a Falange Española, y que fueron fusiladas el 6 de octubre de 1936.
Para entrar en la calle, lo haremos por la plaza de Rodrigo Botet, en otro tiempo llamada de San Jorge, porque allí se encontraba un famoso colegio, con ese nombre, y que por ello también dio renombre a un “portillo” practicado en la muralla árabe del siglo XI y de cuyo recuerdo, por lo menos ha quedado el nombre en la callejuela que desde Las Barcas llega hasta la plaza de Rodrigo Botet, junto a la calle de Barcelonina, con el nombre de Portillo de San Jorge.


De la calle Barcelonina de hoy, cabe destacar el edificio que asoma a la plaza del Ayuntamiento y que viene a formar parte del paisaje urbano que surge a principios del siglo XX, dando un especial carácter ambiental a la nueva plaza del centro de la ciudad. Es obra del arquitecto Javier Goerlich en 1934, en estilo racionalista, edificio de viviendas que sobresale por el énfasis de su chaflán. Por lo demás es una calle eminentemente comercial, como así lo demuestran sus tiendas, y caracterizada por su abundante tráfico, no obstante su estrechez.  


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