Barbara Strozzi
Nacida
en Venecia el 6 de agosto del año 1619. Aunque públicamente conocida como hija
de Isabella Griega, fue adoptada por el poeta y compositor Giulio
Strozzi, de quien tomó el apellido. Es probable que Giulio fuera el padre
natural de la que en un principio llevó el nombre de Barbara Valle, pasando
después a ser conocida como Barbara Strozzi. Solo así se puede explicar que la
otorgara su apellido e, incluso, su herencia, a la hija ilegítima de su criada.
En su primer testamento, del año 1628, el músico habla de la niña como de Barbara
Valle, hija de Isabella, pero en el segundo, de 1650, se refiere a ella
como «Barbara de Santa Sofía, mi hija electiva, pero comúnmente llamada
la Strozzi».
Gracias
a Strozzi, Barbara pudo tener acceso a un mundo que de otro modo le habría sido
cerrado, no solamente por ser humilde y deshonrosa, sino también por su
condición de mujer, en una época en la que la mujer no era apreciada en los
círculos intelectuales. Barbara siempre tuvo una deuda de gratitud con su padre
adoptivo, lo que demuestra en el Prólogo a su Primo Libro de Madrigali
a due, tre, quattro, e cinque voci, dedicado a la Gran Duquesa de
Toscana, Vittoria della Rovere.
Fue
alumna del compositor Francesco Cavalli, uno de los primeros cultivadores
del recién nacido género operístico en Italia, lo que, junto con las enseñanzas
de otros maestros, contribuyó a hacerla, desde su juventud, una compositora respetada
y admirada. Su vida transcurrió en los ambientes musicales más refinados de su
época, como la Accademia degli Unisoni, reunión de músicos y
poetas que tenía su sede en la casa de Giulio Strozzi. Muchas de las obras que
se interpretaban en ella eran composiciones de la misma Barbara Strozzi, que además
de destacar gracias a su talento como compositora, también debió poseer una
bellísima voz, lo que la hizo merecedora de los elogios de sus contemporáneos.
El
poeta Nicoló Fontei, le dedica dos libros en los años 1635 y 1636. Otro
contemporáneo, Francesco Loredano, se refiere a ella como «la
señorita Barbara Strozzi, quien, si hubiera nacido en otro siglo, sin duda
habría usurpado el puesto a las musas, o lo habría elevado de categoría».
El
primer libro en el que se incluyen las composiciones de Barbara recoge unas obras
en las que puso música a diversos poemas de su padre adoptivo. En esta
colección, así como en otras que sucesivas, la autora da muestras de su dominio
de los recursos que regían la composición musical; además de su extraordinaria
sensibilidad con los textos a los que ponía música, sin olvidar su capacidad para
expresar por medio del lenguaje musical los diversos estados de ánimo,
pasiones y sentimientos.
En
muchas de sus obras, especialmente en sus cantatas, cabe apreciar la influencia
de su maestro Pier Francesco Cavalli, así como la de Claudio
Monteverdi, la autora, también da muestras de su capacidad para la
innovación en los recursos expresivos, así como de una libertad y soltura en lo
que se refiere a la combinación de ritmos y a la invención de melodías.
De
Barbara Strozzi nos han llegado: seis libros de cantatas y arias, un libro
de Sacri musicali Affetti y un libro de madrigales a dos,
tres, cuatro y cinco voces. Por otra parte disfrutó del honor ─solamente dispensado,
hasta entonces, a FRANCESCA
CACCINI─ ver publicadas algunas de sus obras junto con las compuestas por otros
músicos. La obra de Barbara fue, como la de otros compositores contemporáneos,
publicada en ediciones salidas de los talleres de los más prestigiosos editores
italianos. Gracias a estas ediciones impresas, sus composiciones fueron interpretadas
en las reuniones de la Accademia degli Unisoni, y en los salones
donde se reunían los cortesanos de la época.
Barbara Strozzi, falleció en Padua, el 11 de noviembre de 1677.
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