William Adolphe Bouguereau
Nacido en La Rochelle el 30 de noviembre de 1825 y muerto en la misma ciudad el 19 de agosto de 1905. Pintor neoclásico, se formó en París y Roma. Fue discípulo entre 1838 y 1841 de Louis Sage, que había tenido como maestro a Jean Auguste Ingres. En 1841 su familia se trasladó a Burdeos, y Bouguereau comenzó el año siguiente a asistir a la École Municipale de Dessin et de Peinture, con Jean-Paul Alaux como profesor. Ganó un premio en 1844 y decidió dedicarse profesionalmente a la pintura; no obstante, no tenía medios de establecerse en París, de modo que de 1845 a 1846 pintó retratos para reunirlos. También trabajó, por la noche, como contable para un mercader de vinos y, al tiempo que trabajaba realizaba bocetos mentalmente. Por fin, en 1846 entró en la École des Beaux-Arts de París, en el estudio de François-Edouard Picot, de estilo claramente académico. Una de sus pinturas de entonces fue Igualdad.
En 1850 ganó el Grand
Prix de Roma por el cuadro Zenobia descubierta por pastores a
orillas del río Araxes. Ese mismo año se estableció en esta ciudad, en la
Villa Medici. Allí permaneció hasta 1854, aprendiendo de Jean Alaux y Victor
Schnetz, y estudió con profundidad la pintura de Giotto; también le interesaron
las obras de varios pintores renacentistas italianos. De regreso a Francia,
exhibió en el Salón de Pintura de París de 1854 El triunfo de la mártir. Pintado en Roma, su tema era el
traslado del cuerpo de Santa Cecilia a su sepulcro en la catacumba de su
nombre, y tenía ya todas las características de su pintura: bocetos iniciales
en óleo, colores moderados, figuras en posturas clásicas. En 1856 obtuvo un
encargo del gobierno francés para pintar Napoleón
III visitando a las víctimas de la inundación de Tarascón, un tema
histórico. También pintó La
danza; Amor fraterno; El baile; Primavera y El día de Todos los Santos.
En 1859 decoró en parte la capilla de San Luis de la iglesia
parisina de Santa Clotilde: bajo la dirección de Picot, representó varias escenas
de la vida del rey Luis IX de
Francia. Continuó además enviando cuadros al Salón de París; Familia
indigente, significó la adopción de temas populares, aunque siempre
idealizados. En 1867 realizó la decoración del techo de las capillas de San
Pedro y Pablo y de San Juan Bautista de la iglesia de San Agustín (París). En
1869 hizo lo propio en el techo de la Sala de Conciertos del Gran Teatro de
Burdeos. Otros cuadros de esta época son Descanso
en Harvest; El retorno de
la primavera; Ofrecimiento
de gracias; Arte y
literatura; y Chica
tejiendo.
En los años setenta, coincidente con su enseñanza en la Academia
Julián de París (desde 1875), dio a sus pinturas mayor luminosidad, por
ejemplo, en Ninfas y sátiro;
también, en muchos de ellas, incluyó figuras infantiles, Paseo en burro.
De 1881 a 1889 se ocupó especialmente en la decoración, con escenas de la vida
de Cristo, de la Capilla de la Virgen en la iglesia de San Vicente de Paúl
(París). Al mismo tiempo realizó otros cuadros, como Baco joven. En 1888 fue
nombrado profesor de la École
des Beaux-Arts de París, pero
continuó pintando hasta su muerte. Se dedicó también al retrato, Aristide
Boucicart.
Otras pinturas de la década de los setenta fueron: El primer beso; Cupido; El secreto; Regreso de Harvest; Alma llevada al cielo; Caridad; Descanso y El nacimiento de Venus. De los
años ochenta en adelante pintó: Corona
de flores; Pastora; Pequeña
pastora; Invasor del reino de Cupido; Inocencia; El rapto de
Psique; Joven
pastora; La Virgen con los
ángeles; Joven sacerdotisa
y La Virgen de las Rosas.
Su considerable obra, más de setecientos cuadros, era
característicamente académica: técnica depurada para los numerosos bocetos
previos, buen acabado, que cuidaba con esmero, colorido variado, tema narrativo
y sentimental desde perspectiva clásica. Fue popular en Francia durante algún
tiempo, incluida la corte de Napoleón III, pero quedó en cierto modo al margen
a causa del creciente aprecio por nuevos estilos como el impresionismo, al que
curiosamente había vetado para el Salón de París por considerar que a los
cuadros de ese estilo les faltaba acabado. Ello no impidió que sus cuadros
fueran adquiridos en gran número por coleccionistas americanos e ingleses. Los
estudiosos del arte actuales lo consideran un pintor decimonónico importante.
Muy trabajador y metódico, ayudó a muchos pintores jóvenes a continuar con su
carrera artística.
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