Clara Peeters


            Nacida en Amberes, hacia 1588/90, y fallecida también en Amberes, posteriormente a 1621. Toda la información que tenemos sobre Peeters procede de sus cuadros, por lo que debemos contentarnos con intentar unir las diversas piezas de su limitada biografía. Su primer cuadro está fechado en 1607. Su lugar de nacimiento no está documentado, pero hay razones para pensar que desarrolló su carrera en Amberes. Un cuadro de una colección de Ámsterdam aparece descrito en un documento de 1635 como: "banquete de dulces pintado en 1608 por una mujer, Clara Peeters, de Amberes". Además, al menos seis de los soportes que empleó para sus cuadros portan marcas que indican que proceden de esa ciudad. Los soportes de madera y cobre de Amberes a veces se empleaban en otros lugares, pero no era lo habitual. Finalmente, seis de sus cuadros conocidos incluyen un mismo cuchillo de plata en el que aparece inscrito su nombre. En la hoja de, al menos, tres de esos cuchillos se puede ver una marca de la ciudad de Amberes. En aquella época, los comensales llevaban su propio cuchillo cuando eran invitados a cenar. Cuchillos de este tipo también se empleaban como regalo de bodas. El cuchillo en los cuadros de Peeters podría ser un recuerdo de su propio matrimonio que, en cualquier caso, no está documentado.

            Treinta y nueve cuadros portan hoy en día la firma de Clara Peeters o una inscripción con su nombre; además, hay pocas obras que puedan atribuírsele con certeza. Sin duda, algunos cuadros suyos se han perdido. Once de sus obras conocidas están fechadas y las más tempranas son de 1607 y 1608.

            Clara Peeters se formó y practicó su arte en un momento extraordinario en la historia de Amberes. La ciudad se había unido a la rebelión contra el rey de España en 1576, pero en 1585 fue recuperada por el ejército español. Pasó de ser uno de los mayores centros comerciales de Europa a mediados del siglo XVI, con una población cercana a 100.000 habitantes, a tener apenas la mitad de esa cifra antes del cambio de siglo. Sin embargo, Flandes se recuperó a partir de 1599, bajo el gobierno de los archiduques Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, y su primo y esposo Alberto de Austria.

            Casi todos los cuadros de Peeters son bodegones. Su dedicación a este género fue resultado de las limitaciones impuestas por la cultura de entonces a las mujeres artistas. Pero también demuestra su espíritu emprendedor. Cuando Clara Peeters comenzó a trabajar en la primera década del siglo XVII, solo unas cuantas obras de este tipo formaban parte de las colecciones de pintura de los Países Bajos tanto del norte como del sur. El gusto por los bodegones crecería sustancialmente en las siguientes décadas.

            El nombre de Peeters aparece por primera vez en un documento en 1627, cuando un cuadro descrito como "pescado, copia de Clara Peeters" aparece registrado como parte de los bienes de una mujer llamada Lucrecia de Beauvois, de Róterdam, mujer del pintor Herman Saftleven. Un cuadro original de Peeters también se documenta en 1635 en una colección de Ámsterdam. Estos primeros documentos sugieren que tenía cierto reconocimiento en Holanda. Poco después, en 1637 (y de nuevo en 1655), dos cuadros suyos aparecen inventariados en la colección de Diego Mexía, marqués de Leganés, en Madrid. Su paradero actual no se conoce. Que dos de los bodegones de Peeters estuviesen en su colección indica que eran considerados como productos de alta gama. Esto queda corroborado por el hecho de que, en 1666, dos bodegones que muy probablemente eran de Clara Peeters se encontraban en la Colección Real de Madrid -no sabemos cómo llegaron allí, pero ahora están en el Prado.

La última obra de Clara Peeters de la que hay noticia en el siglo XVII es un cuadro de pájaros registrado en una colección de Haarlem en 1685. En el siglo XVIII su obra aparece en ocho inventarios de París, Bonn, Bruselas, Hannover, Hamburgo y Londres. Ni un solo cuadro de Clara Peeters está registrado en Amberes en los siglos XVII o XVIII. Su pintura tuvo una amplia difusión, tanto a nivel social como geográfico.

Es posible que Clara Peeters exportase su arte a través de marchantes, lo cual explicaría la amplia distribución de su obra. En la primera mitad del siglo XVII Amberes era líder en producción y exportación de pintura en Europa. Los bodegones de Clara Peeters formaban parte de esa economía de exportación.

Fuente, Museo del Prado
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