García, rey de Galicia desde 1065 a 1071

    Nacido en el año 1042, fue el tercer varón fruto del matrimonio del rey Fernando I de León y de su mujer SanchaFernando I consiguió unificar bajo su reinado los reinos de Castilla y León aumentándolos a costa de los pequeños reinos musulmanes de la época. Desde que sus hijos son pequeños decide repartir el reino entre ellos: para Sancho (Sancho II el mayor), Castilla; para Alfonso (Alfonso VI), León; y para García, Galicia. 

    García, durante su infancia pasó mucho tiempo en Galicia, junto a Cresconio, obispo de Santiago (el mismo que expulsó al vikingo Ulf el Gallego). Al morir Fernando I, la división de su reino se hace oficial, y durante un tiempo los tres hermanos mantienen las formas, García se encarga de estabilizar el reino e incluso de batallar contra los condes que se intentan alzar contra él, viéndolo en una posición débil, que él se encarga de hacerles ver que no era así. Pero en el mismo momento que fallece su madre, Sancha, aparecen las envidias y los rencores. Sancho y Alfonso se unen contra García, ya que consideraban que el reparto de su padre no era justo para ellos. García es derrotado y Sancho decide exiliar a García, que emprende la marcha al reino de taifa de Sevilla. 

    Sancho, que pasaría a la historia con el sobrenombre de El fuerte, no se conforma, y marcha contra su hermano Alfonso, volviendo a unificar los territorios de su padre, pero entra en la historia Urraca, hermana de todos ellos, a la que su padre dejó la ciudad de Zamora. Alfonso era el preferido de Urraca, y al ser derrotado por Sancho, decide resistir a éste último en su ciudad, maquinando un plan para derrotarlo cuando éste sitia la ciudad. Hace que Vellido Delfos, un noble local, se infiltre entre las tropas de Sancho y se gane su favor, desde entonces acompaña al rey cuando este está solo. Una de esas veces, mientras Sancho esta distraído, Vellido lo atraviesa a traición con su lanza y lo mata. 


    Muerto Sancho, gracias a la intervención de UrracaAlfonso es declarado su heredero, siendo nombrado rey de Castilla y León. Es posible que el Cid (que no era más que un mercenario a sueldo) participara en las batallas contra García. 

    Aprovechando la inestabilidad del momento, García regresa a Galicia y reclama su trono apoyado por la mayoría de los nobles gallegos. Entonces, Urraca y Alfonso deciden tenderle una trampa. Lo llaman para parlamentar a lo que García, confiado, acude con parte de sus hombres. Pero Alfonso no respeta los trámites de paz y lo apresa. García es enviado al Castillo de Luna en León, donde pasaría el resto de su vida encarcelado. Allí, triste y traicionado por toda su familia pasa los últimos años de su vida, hasta que muere, en el año 1090, y es enterrado, en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León, donde habían recibido sepultura sus padres y algunos de sus hermanos. Por su propia voluntad, con las cadenas que le fueron impuestas tantos años, para recordar la traición que se cometió con él. De este modo, sobre la tapa de su sepulcro de piedra se representó al rey encadenado, hallándose en el sepulcro la siguiente inscripción latina: “Aquí yace el rey García de Portugal y Galicia, hijo del gran rey Fernando, que fue capturado por su hermano con engaño. Murió preso el 22 de marzo de 1090”.


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