Exorcismo al emperador Nerón


Nerón ha pasado a la historia como uno de los mayores tiranos que gobernaron el Imperio Romano, cargo en el que ejerció desde octubre del año 54 a junio del 68. Varios de sus familiares fueron también sus víctimas, y después del gran incendio de Roma en el año 64, ordenó la persecución de los cristianos, acusándolos de ser los causantes del incendio, al tiempo que se llevaba a cabo la mayor matanza de cristianos de la historia. Se dice también que fue él quien mandó acabar con Pedro y Pablo, y la creencia de que era el anticristo caló en la cultura cristiana. 

En junio del 68, Nerón fue declarado enemigo público, por lo que tuvo que huir de Roma. Al llegar al lugar donde actualmente se sitúa la Piazza del Popolo, una de las 9 plazas emblemáticas de Roma, Nerón se suicidó contando con la ayuda de su secretario. Allí fueron enterrados sus restos y en ese mismo lugar, creció un nogal. Desde entonces, en ese lugar, se reunían brujas y hechiceros para celebrar ceremonias de magia negra, se decía que los cuervos que sobrevolaban el nogal eran espíritus malignos que querían torturar el alma de Nerón, y que el propio árbol estaba maldito. 

No fue hasta el siglo XII cuando el papa Pascual II decidió acabar con las reuniones y las habladurías. Impuso tres días de ayuno y oración a la ciudad de Roma, y al cuarto día, habiéndosele aparecido la virgen para indicarle cómo tenía que realizar el exorcismo de la tumba, taló el nogal, desenterró los restos del emperador, los quemó junto con el árbol y los arrojó al río Tíber acabando así con la maldición.

Allí mismo, se construyó en agradecimiento, una capilla consagrada a la virgen, y en 1472, se edificó allí mismo la actual Basílica de Santa María del Popolo, que es sin duda, una de las 20 Iglesias de Roma que el viajero no se debe perder.

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