Salou

Salarius

Aún en la actualidad, los historiadores debaten el origen de esta ciudad abierta al mar: si Salanrio (ciudad saneada) fue fundada en el siglo VI a.C. por griegos de la región de Fócida, o si la urbe ya estaba poblada por íberos y luego se convirtió en posesión romana (Salauris) 

La primera fuente escrita que menciona Salauris es Ora Marítima, del escrito romano Avieno (s. IV), basada en un texto griego escrito entre el 530 y el 500 a.C., que hace referencia a Salou como lugar de paso de los comerciantes que navegan por el Mediterráneo. El establecimiento de los íberos y de la civilización romana corresponde a los primeros asentamientos de la zona. El final de la romanización y la llegada de los sarracenos provocaron, posteriormente, su despoblamiento. No fue hasta la reconquista (s. XII) y la concesión de la carta de población que Alfonso I el Casto promulgó en 1194, cuando se impulsó la repoblación, pese a que tardó años en llegar. 

Torre Vieja

Salou se convertiría en un punto estratégico en el trascurso de las campañas militares del rey Jaime I por la Corona de Aragón, durante la Reconquista. El monarca, conocedor de las condiciones que ofrecía su puerto natural, concentró el grupo que partiría en 1229 hacia Mallorca para su conquista. 

Sin embargo, Salou sufrirá un deterioro importante en su población, a mediados del siglo XIV en el trascurso de la guerra entre Pedro I de Castilla y Pere de Aragón, así como a las constantes incursiones piratas. Para combatir a estos temibles enemigos, Pere de Cardona, arzobispo de Tarragona, mandó construir la Torre Vella, que data del siglo XVI. Los templarios también atracaron y comerciaron en las costas de Salou, según constatan algunos historiadores. 

Faro

En el siglo XVII hay otro hito histórico en la historia de Salou, y es su anexión a Vila Seca por orden del arzobispado. Éste, que tenía la jurisdicción del territorio de Barenys y los Emprius de Salou desde el 1211 hasta el 1673, otorgó a Vila-seca, los derechos sobre Salou y su puerto. 

Ya en el Siglo XIX tiene lugar la construcción e inauguración del Faro de Salou, un faro centenario que perdura a día de hoy. Aunque es en este mismo siglo, cuando Salou fue perdiendo su supremacía y su importancia como puerto comercial de primer orden.