Canillas de Esgueva
El torreón de planta cuadrada, fue fundado por el Tercer Señor de Curiel, Alvaro de Estuñiga, formando parte de la defensa de la frontera del valle Esgueva, comunicándose con el castillo de Villafuerte y de Encinas de Esgueva de la provincia de Valladolid.
En Canillas de Esgueva, destaca un cerro testigo que aparece desgajado de la paramera y adelantado sobre el rio Esgueva, a tan solo unos 500 m. al sur de su cauce. Los restos arqueológicos se dispersan por su cima amesetada y por las laderas.
La ocupación mas antigua, de edad prehistórica, se centra en el tramo medio-bajo de la ladera meridional del cerro y viene representada por un reducido número de fragmentos cerámicos hechos a mano, muy rodados y de pequeño tamaño, que aparecen distribuidos de forma rala e irregular.
La segunda de las ocupaciones hay que situarla con el devenir histórico de esta villa, cuyas primeras referencias seguras datan de principios del S. XIII, aunque las noticias que se refieren a su ocupación y fortificación se retraen hasta el último tercio del S. IX. Así mismo, el lugar de Canillas aparece citado en la más antigua Estadística de la Diócesis Palentina de 1345, y si bien su actual iglesia, dedicada a San Miguel, data de mediados del S. XVIII, a juzgar por los restos románicos existentes en la misma hay que suponer un asentamiento anterior.
Respecto a su fortificación, las menciones documentales de la torre (mal llamado castillo) datan de inicios del S. XVIII, aunque ya a mediados de ese siglo se dice que está en estado ruinoso. Es fácil suponer que su origen se remonte al Medievo, y que esté en relación directa con la fundación de la propia villa. Tan solo podemos aproximarnos a la grandiosidad y proporciones que debió tener la edificación si tenemos en cuenta las considerables dimensiones que presentan los dos contrafuertes cilindricos, construidos con sillares calizos de acabada labra, y los múltiples bloques irregulares que aparecen diseminados sobre todo por la plataforma de la cima, y en menor cuantía por la caida septentrional, por la que tambien se han recogido algunos elementos cerámicos a torno.
El trazado perimetral de la edificación, de aproximadamente 15 por 36,5 m, se amolda a la plataforma llana de la cima; no han podido diferenciarse divisiones interiores. Uno de los vecinos de la localidad, afirma que el lienzo de pared que habia entre los dos torreones se derrumbó hará unos 40 años, cayendo por la ladera, como aún hoy se reconoce sobre el terreno.
Encinas y Canillas pertenecieron a los Zúñiga y el 12 de octubre de 1574, compra los dos pueblos Antonio del Río Aguilar. Incluía las dos villas y vasallos, jurisdicción civil y criminal, rentas de pan y maravedís, monte, fortaleza y torre. Tuvieron un pleito y por él sabemos algo sobre la Torre. Dice así: “Y por el justo valor que en el dicho tiempo tenían los vasallos y pan de renta de las dichas villas, por la escritura de venta de ellas, se le dio al Duque, valuando cada vasallo a 13000 maravedís, la fanega de trigo a 6000 y la de cebada a 3000 todo perpetuo”. Entre ambas villas se contaron 150 vasallos y 125 cargas de renta de pan situado, trigo y cebada. Al decir “torre” se refiere a La torre de Canillas, porque es a manera de atalaya y lo fue siempre sin vivienda ni aprovechamiento alguno, porque para entrar en ella se pone una escalera porque esta la puerta ó ventana por donde se ha de entrar mas de tres estados del suelo (un estado equivale a siete pies castellanos). Fue construida entre 1487 y 1510.
FUENTE: Castillos del Olvido
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