Tribunal de las Aguas de Bernardo Ferrándiz


Realizado en 1863. Es un óleo sobre lienzo.


    Es, sin duda alguna, la imagen más universal del Tribunal de las Aguas. La obra se inició en 1863 en París completándose durante una estancia de varios meses en Valencia para tomar apuntes del natural. Sin embargo, en el transcurso de un año, el cuadro verá modificado su título por el de El Tribunal de las Aguas en Valencia en 1800, con lo que el cuadro, además de costumbrista pasa a ser un cuadro de historia; las razones hay que buscarlas en el deseo del autor de presentar su obra en la Exposición Universal de Bellas Artes de París de 1864, pues, siguiendo los consejos del profesor Duret, consideraba que en este tipo de de exposiciones tenían muchas más posibilidades las obras de temática histórica. No consiguió el autor la medalla que esperaba, sin embargo, en compensación, el director de la Administración de las Bellas Artes francés, se dirigió al autor solicitando la compra del cuadro por el Ministro de la Casa del Emperador y de las Bellas Artes; la primera ocasión en que una obra de un pintor nacido al sur de los Pirineos era adquirida por los franceses para ser expuesta en un museo. Por haber sido adquirida la obra por el gobierno de Napoleón III, como compensación, en 1865, Ferrándiz se sintió en la obligación de realizar una réplica de la misma para entregarla a la Diputación de Valencia que había financiado sus estudios.

    El Tribunal de las Aguas es una obra esencial por su carácter emblemático, porque refleja una realidad presente fuertemente enraizada en la historia valenciana y en la época en que fue pintada venía a ser como un símbolo de las libertades forales perdidas. La meticulosidad de detalles de la obra, la indumentaria, constituyen una riquísima fuente de información sobre la vida de los valencianos del siglo XIX que Ferrándiz conocía bien; incluso entre los personajes, algunos de ellos son cercanos al pintor; su padre encarna al presidente del Tribunal y algunos de sus profesores de la Academia de San Carlos se hallan retratados como síndicos del mismo. Recientemente en el año 2004, la Acequia de Robella ha podido constatar, que el síndico que aparece en el cuadro sentado en tercer lugar (empezando a contar por la izquierda) es don Salvador Aleixandre Tarrasa, que por entonces era el síndico de dicha Acequia.

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