Ruy Gómez de Silva, Príncipe de Éboli


Nacido en Chamusca, Portugal, en 1516 y fallecido en Madrid, el 29 de julio de 1573. Viajó a los Países Bajos y a Inglaterra con Felipe II Primera parte, Felipe II Segunda parte, sobre el que ejerció una gran influencia. Consejero de Estado, intendente de Hacienda, primer mayordomo del príncipe Carlos, duque de Pastrana y grande de España, se opuso a la política represiva del duque de Alba, a la que contraponía una solución basada en la negociación y en una política de corte federalista.

Hijo de Francisco de Silva y de María de Noreña, señores de Ulme y de Chamusca, llegó a España en 1526 con su abuelo materno, Ruy Téllez de Meneses, quien acompañaba como mayordomo mayor a la princesa Isabel de Portugal, futura esposa de Carlos I.

En 1548, poco antes de realizar su primer viaje por Europa, pasó a ser uno de los cinco gentilhombres de su cámara. Ese mismo año formó parte del séquito que llevó a Felipe a Alemania y tres años después, ya en Castilla, Felipe planeó la unión matrimonial de Ruy Gómez de Silva con Teresa de Toledo, hermana de Gómez Dávila, marqués de Velada. Al tomar ésta los hábitos, Felipe pensó en la hija de los condes de Mélito, Ana Mendoza de la Cerda, quien por entonces contaba con doce años de edad. En 1553 se firmaron en Madrid las capitulaciones entre el príncipe de Éboli y los condes de Mélito.

Felipe le requirió para viajar a Inglaterra, donde debía contraer segundas nupcias con María Tudor. El retorno a Castilla no se produjo hasta 1559. Tras la abdicación de Carlos I, el príncipe Felipe inició su reinado y Ruy Gómez mantuvo con el nuevo monarca una estrecha amistad y actuó como fiel y leal confidente en los asuntos de Estado. Así, propuso al rey encomendar al duque de Alba para dirigir la guerra de Italia. Felipe II le nombró sucesivamente sumiller de corps, consejero de Estado y de Guerra y primer mayordomo y contador mayor del príncipe Carlos; en 1559 le concedió el principado de Éboli, en Sicilia y el marquesado de Diano en Nápoles. Ruy Gómez, al igual que Juan de Austria, hermano del rey, sirvió de confidente de Carlos y conocía los planes que éste quería poner en práctica en Flandes; informado Felipe II de la rebeldía de su hijo, se decidió a arrestarlo.


El príncipe de Éboli intervino asimismo en todos los asuntos de política exterior e interior; a él se atribuye, por ejemplo, la designación del duque de Alba para ocupar el puesto de gobernador de los Países Bajos, en 1566. Se desconoce su grado de participación en el fin trágico del príncipe Carlos, así como el grado de afinidad de ideas con el rey; a este respecto cabe señalar que el príncipe de Éboli disentía frecuentemente de las decisiones reales, hecho que quedó en evidencia en la cuestión de los jesuitas: la tirantez entre la Compañía de Jesús y la Corte contrastaba con el apoyo que la Compañía recibió de los ebolistas y con la amistad que Ruy Gómez y Antonio Pérez entablaron con los padres Araoz y Rengifo, respectivamente.


Personaje de gran influencia en la Corte, el príncipe de Éboli encabezó hasta su muerte la facción ebolista, opuesta a la de los albistas, encabezada por el III duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo. Su fallecimiento se produjo en el momento en que, fracasada la política del duque, las ideas por él defendidas tenían más posibilidades de éxito. Además de todas las concesiones y favores ya citados, el monarca le hizo grande de España con la denominación de duque de Estremera, que en 1572 cambió por la de duque de Pastrana, donde fundó su mayorazgo. Éste fue heredado por el primogénito, Rodrigo de Silva.




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