Madrigal de las Altas Torres

La localidad se encuentra al norte de la provincia de Ávila en el límite con las provincias de Salamanca y Valladolid, en la llanura castellana de la comarca de Arévalo, más conocida como La Moraña. Entre los ríos Zapardiel y Trabancos. Del municipio también forma parte El Villar de Matacabras, situado a unos tres kilómetros de Madrigal, y que se encuentra en estado de abandono.


Es la villa donde nació Isabel la Católica en 1451, cerraron los ojos a Fray Luis de León en 1593 y fue asiento de las primeras Cortes de Isabel y Fernando en 1476. De las cien torres que tuvo su cerca, solo se conservan 23. Destruida durante la Reconquista contra los árabes, fue posteriormente repoblada y el obispo de Burgos le otorgó fueros, que más tarde confirmó Alfonso VIII en el año 1168. En 1447 se celebró aquí la boda de Juan II de Castilla con Isabel de Portugal. Cuando Isabel I alcanzó el trono, en 1474, reunió las cortes en Madrigal, las primeras de su regencia. En su plaza Mayor, durante el reinado de Felipe II (primera parte) Felipe II (segunda parte), fue ajusticiado el impostor Gabriel de Espinosa, un pícaro español del siglo XVI que se hizo pasar por el rey Sebastián de Portugal.

Las murallas mudéjares de los siglos XII y XIII, abrochan un entramado de casas palaciegas y casonas de labranza con un perímetro similar al de Ávila; el Palacio Real, del siglo XV, donde vino al mundo Isabel la católica; el monumental y arruinado convento de frailes agustinos, extramuros, donde finó el maestro Fray Luis de León, del que apenas quedan escasos restos. Este recinto fue denominado durante años segundo Escorial por sus monumentales dimensiones; y el Real Hospital de la Purísima Concepción del siglo XV, fundado por doña María de Aragón, primera esposa de Juan II, tiene una fachada renacentista y una amplia escalera barroca como elementos ornamentales más destacados. A ellos se unen las iglesias de San Nicolás (s. XIII-XIV) y de Santa María del Castillo (s. XIII), ejemplos del románico pobre o de ladrillo propio de la meseta, en sintonía con la arquitectura mudéjar.


El sobrenombre “de las Altas Torres” lo debe Madrigal a las murallas del siglo XII que la rodean. El cinturón de estos muros, forma un círculo de casi 700 metros de diámetro con cuatro puertas bajas y ojivales que se abren a los cuatro puntos cardinales. Sus torres son cuadradas y muestran una galería de arcos. Merece la pena visitar las calles empedradas, su adusta y bella arquitectura castellana, su conjunto monumental.


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