Viejo desnudo al sol de Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo, 76 x 60 cm.
Pintada hacia 1871. La obra es un
ejemplo del modo en que se combinan en la pintura de Fortuny la inspiración en
la pintura del Siglo de Oro con el atento estudio del natural. Pone de
manifiesto el conocimiento de la obra de José de Ribera, cuyo San
Andrés había copiado. Al artista sólo le interesó la parte superior de
la figura, además, algunas partes, de largas pinceladas, se han relacionado con
la pintura del Greco. La pintura es un estudio, y así se tituló en la
Exposición Universal de 1878 de París, donde fue descrito como anatomía
sorprendente.
Como
es frecuente en la pintura de Fortuny, la obra muestra un grado muy diferente
de acabamiento en sus distintas partes. La inferior está tan sólo abocetada con
grandes manchas y pinceladas muy largas y sueltas, que dejan ver la
preparación. El modelo, encontrado por Fortuny en el Albaicín, era Mariano
Fernández, padrastro de Carmen Bastián, modelo del pintor en Granada. El
artista se preocupó de estudiar adecuadamente la luz, que provoca dramáticos
contrastes de claros y sombras en la parte superior del lienzo. En la barba,
los tonos azulados dan idea de la agudeza de su observación y constituyen, como
algunas otras obras realizadas en Granada, el punto de partida para la
verdadera captación del color local que llevaría a cabo el artista al final de
su vida, en Portici. El fondo, resuelto en tonos cálidos de pinceladas entrecruzadas,
permite que la figura destaque poderosamente.
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