Malvas reales


Óleo sobre lienzo, 124 X 66 cm.
Pintada entre 1872 y 1873. En diferentes ocasiones Fortuny pintó flores al aire libre con el objeto de captar el rico colorido y los matices e irisaciones que la luz produce en la superficie de los pétalos. Esta obra muestra muy bien el carácter que tenían estos trabajos, realizados por el propio gusto del artista. Sobre un fondo muy abocetado el pintor destaca con gran precisión las malvas reales o alteas, de distintos tonos, entre hojas verdes. Cada uno de los tallos, muy verticales y con varias flores, como es propio de esta especie vegetal, la Althaea rosea, ocupa toda la altura de la composición que aparece, así, repleta, sin referencia que dé idea de la profundidad del espacio en el que se encuentran. Es cierto que se trata de un estudio aunque, no apareció terminado cuando se expuso en 1878. Aun así, lo inmediato del acercamiento y la ausencia de un canon compositivo claro resultan de gran modernidad. El formato vertical, muy utilizado por el pintor, recuerda la influencia que las estampas japonesas ejercieron sobre el artista. Sin embargo, en contra de la concepción plana de aquéllos, la marcada plasticidad no sólo de las corolas sino también de sus agrupamientos, hace resaltar con fuerza su volumen del fondo del cuadro. Por otra parte, el artista consigue sugerir con virtuosismo la suave calidad de las flores y los reflejos azulados que la luz origina en sus pétalos. Es notable el acierto en la captación de las diferencias de tono no sólo de las flores sino de las mismas hojas y tallos, que muestran una gran variedad de verdes e incluyen a la izquierda un tono azul muy bello.

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