Paseo de Ruzafa o Passeig de Russafa en Valencia


El amplio espacio urbano conocido hoy como Paseo de Russafa, requiere necesariamente dar una mirada retrospectiva para comprender su evolución hasta nuestros días. Fue todo ese antiguo ámbito, rural en un principio y urbano en la actualidad, apetecido por instituciones que aquí fueron afincándose, precisamente por el paraje ameno y tranquilo que en el mismo se disfrutaba.

El recinto amurallado a partir de 1356, tenía salida hacia el antiguo poblado de Ruzafa por el portal calificado como: pequeño de Russafa; aunque era tan grande en orden a atender las necesidades urbanas y agrícolas como, por ejemplo, el de Quart, dividía el viejo Cami de Russafa, convertido luego en calle, en dos tramos, anterior y posterior a dicho Portal. Algo semejante al carrer de Quart, cuya calle es doblemente considerada como Quart intramuros y Quart extramuros.

El portal de Russafa, el cual se abrían en el sector del lienzo de la muralla del siglo XIV comprendido en lo que hoy es la confluencia de las calles de Colón y Xátiva, determinaría la distinción entre lo que vino a denominarse la “Russafa de dins” y la “Russafa de fora”, con un hábitat bastante diferenciado respectivamente si nos referimos, naturalmente, a una época con limite en el primer cuarto de siglo XX.

La Russafa de dins, intramuros, se irá asentando en los espacios urbanos que hoy existen entre la parte meridional de la Plaza del Ayuntamiento, hasta la confluencia de las calles Colón y Xátiva. Con distintas rotulaciones según los aires políticos del momento, era de ambiente tranquilo, burgués, con sus colegios y conventos que sucumbieron, y algunos quedaron convertidos en teatros, cafés, locales de espectáculos y grandes almacenes.

Por la parte correspondiente a la Plaza del Ayuntamiento, entre la parte meridional de ésta y la entrada del actual Paseo de Russafa, existió el puente conocido como el “Pont de les Anades”, del cual nos hablan historiadores como el propio Lop, quién nos dice que “esta acequia es la de Rovella, que saliendo del huerto (del convento de San Francisco) y atravesando la calle que hace como una plazuela, va hacia la de Pescadores y el puente que allí cubre dicha acequia es el conocido por Pont de les Anades”.

Orellana nos dice: “Hasta ahora este puente, que servía y sirve para dar paso y transitar la gente para la calle de Ruzafa, tenía descubierta a los lados la dicha acequia, pero en el mes de febrero del año 1870, no solo se ha tapado y cerrado la calle que existe a mano izquierda inmediatamente que salimos a la calle de Ruzafa, sino que también se ha cubierto de puente, quitándose unos álamos que tenía en sus orillas quedando ahora una suficiente plaza”.


Este hoy Paseo de Russafa fue pues renombrada vía urbana que también recibió rótulos diversos como los de “Hospital de En Bou”, “Camino de Ruzafa”, “Pi y Margall” y “Calvo Sotelo”.

Conviene aquí hacer referencia a la nomenclatura clásica utilizada entonces para designar un determinado trecho con el nombre de “camí” o de “carrer”. Generalmente se definía como “calle o carrer”, el tramo vial intramuros, mientras que “camino o camí”, designaba su prolongación fuera de las murallas.

En el caso del poblado de Ruzafa, como ya existía en época musulmana, cuando el recinto fortificado era mucho más reducido que el de la Valencia cristiana del siglo XIV en el que se abrió el Portal de Ruzafa, el espacio comprendido entre la puerta árabe de la Boatella y la dirección hacia Ruzafa, se denominó “camí”. Pero después, conforma fue ensanchándose la ciudad y cercándola un nuevo muro de defensa, se llamó “carrer de Russafa” al trecho urbano que en la actualidad se rotula Paseo de Ruzafa y que va desde la Plaza del Ayuntamiento en su confluencia con las calles de Lauria y Ribera, hasta la calle de Colón, en el mismo punto en que se hallaba el Portal de Ruzafa de la muralla cristiana del siglo XIV Murallas de Valencia

El Portal de Russafa, la primera vez que aparece citado en fondos de archivo, como son los libros de Sotsobrería de Murs e Valls, data del 22 de octubre del año 1409, con ocasión de referirse a unos pagos que se hicieron en virtud de una serie de reparaciones.

Después de muchas peripecias acontecidas en los portales grandes y pequeños de la muralla del siglo XIV, la Puerta de Ruzafa tiene un momento de su historia francamente beneficioso que imprime un mayor auge a su categoría. Es cuando llegamos al año 1784, en que un prócer valenciano, don Félix Pastor, vecino del carrer de Russafa, está dispuesto a costear una total y espléndida reforma del Portal de Russafa. Ante este hecho el alcalde de aquel municipio y el cura de San Valero, presenta al Cabildo municipal de Valencia, una memoria en las que se recogen tales iniciativas y, en consecuencia, la ciudad, por medio del conde de Gausa, se dirige al rey para que se proceda a la apertura de la Puerta y los proyectos de de reforma sean atendidos. La respuesta no se hizo esperar; y así, por una R.O. de 11 de agosto de 1785, firmada en San Ildefonso, se obtuvo el permiso esperado “…para abrir la Puerta y construir exteriormente un puente para el transito sobre el foso, poner a sus lados barandas de piedra y construir la casa para los dependientes del resguardo, con arreglo al plano presentado por el arrabal, remitido por V.S.”

Aquel indudablemente importante Portal de Russafa, al igual que los demás practicados en la muralla cristiana de la ciudad de Valencia del año 1356, sucumbió al ser derribada esta a principios de la segunda mitad del siglo XIX, a excepción de las puertas que conocemos como de Quart y de Serranos. Al ser derribada la muralla, pronto, este tramo, recibió el rótulo callejero de Hospital de En Bou. Tal denominación proviene de una de las antiguas familias más adineradas de Valencia, ya que uno de sus miembros, Pere Bou, dispuso la fundación de dicho Hospital en testamento otorgado en 18 de julio de 1399.


El Hospital se encontraba, en la calle de Ruzafa, muy próximo a la calle Colón, junto al que luego fue Teatro de Ruzafa, en la manzana 19, número 15. Posteriormente este Hospital, como otros de fundación particular, fueron integrados en el Hospital General de Valencia. Abandonado su solar, en 1908, se levantó el Teatro Eslava, siendo posteriormente convertido en cine.

En este mismo lado izquierdo del Paseo de Ruzafa, estuvo el que fue Convento de Santa Clara. Aprovechando la donación de tres casas hechas en 1609, al entonces arzobispo de Valencia, el patriarca Juan de Ribera, fundó un Convento de Capuchinas, con la invocación de Santa Clara. Pero dado que el sitio donde estaba, resultaba malsano e inconveniente para las religiosas, se trasladó en 1689 a otro edificio construido frente a este. 

El nuevo Convento e Iglesia de Santa Clara quedó edificado en los solares que hoy asoman al Paseo de Ruzafa y al la calle Convento de Santa Clara. Con motivo de las leyes de desamortización, las monjas tuvieron que abandonarlo en 1835, trasladándose a lo que fue Camino de Tránsitos, y ahora es Avenida de Pérez Galdós, donde siguen en la actualidad. Donde estuvo el convento, se edificó el famoso Teatro Lírico.

También en esta misma calle existió en la manzana 19, número 21, el Convento de Religiosos Agustinos de San Fulgencio. En 1916, ya derribado, sobre sus solares se construyó un gran hotel con una sala de espectáculos (Cine Serrano). Desaparecidas todas estas instituciones, todo este tramo de calle ha sufrido las mas profundas transformaciones.

Aquí podemos encontrar la manifestación más representativa de los distintos estilos arquitectónicos. El clasicismo académico y el casticismo aparecen menos y, sin embargo, surge una arquitectura más experimental y de vanguardia. El racionalismo está presente en gran número de edificios, ya sea de manera ecléctica, sin perder los recursos tradicionales, ya sea unida al Art-Déco. A comienzos de la segunda mitad del siglo XIX surgieron algunas edificaciones de formas exóticas, entre las que figuran las “neoárabes o neomudéjares”, que aunque no alcanzan gran difusión, precisamente en el número 24, el entonces maestro de obras Vicente Alcayne Armengol, en el año 1859 construyó un edificio de este estilo que llega hasta nuestros días. En este edificio estuvo el famoso “Café Colón”, que era una de los más grandes de Europa, hoy en día en los bajos hay un VIP’s, donde estaban los “Billares Colón”.

El 7 de junio de 1868, los hermanos Bernaldos instalaron, en un huerto situado entre las actuales calles de Colón y Paseo de Russafa, chaflán de ambas con la calle Xátiva, un café teatro. Café más un par de obritas de teatro, con música para bailar, todo ello al aire libre, por el módico precio de veinticinco céntimos. Al llegar en invierno, el espacio fue cubierto. Paso por diversas reformas, la de 1880 le imprimió cierta categoría por estar en el escenario el retrato del fundador, a quién el público conocía por “Mos de Burro”. El arquitecto autor del proyecto fue don Luis Ferreres Soler.


Fue la primera sala en Valencia que tuvo iluminación eléctrica, inaugurándose esta el 3 de noviembre de 1888; y en 1896, la segunda sala donde tuvo lugar una proyección cinematográfica, pues la primera se realizó en el Teatro Apolo, también ya desaparecido. Al derribarse el Teatro Ruzafa, se levantó en el mismo solar un edificio para albergar unos grandes almacenes.

En la Nochebuena de 1908, se inauguraba un nuevo salón para comedias conocido como el “Eslava”, célebre por el decorado que supo darle el arquitecto don José Manuel Cortina, con la colaboración del empresario don Vicente Barber. El edificio de este Teatro Eslava se instaló en lo que fue el Hospital de En Bou. En la década de 1950, fue reformado en su aspecto exterior, pero conservando siempre su original estilo en el interior. Se clausuró para siempre aquel bello teatro para construir de nuevo un lujoso salón de cine.

En el año 1914, Javier Goerlich proyecto un amplio local sobre los solares del que fue Convento de Santa Clara, en la calle del mismo nombre esquina a la de Ruzafa, al que se dio el nombre de “Trianón Palace”. Cuando el Maestro Serrano conoció el aforo, se entusiasmó de tal manera que, a iniciativa suya, dos años después de su inauguración sufrió importantes reformas con el fin de ensanchar el escenario, para representaciones de obras de género lírico. Y en la parte exterior se procedió a decorar su fachada principal con relieves de payasos, caballos y perros, que formaban un bello conjunto de figuras circenses. Este teatro resucitó de nuevo la zarzuela. El Paseo de Russafa, que fue siempre centro de atracción de los más populares salones de espectáculos de Valencia, aún mantiene ese ambiente peculiar, pero antes de abandonarle, recordemos que además de los tradicionales rótulos que tuvo de Hospital de En Bou y Camino de Ruzafa y, en ocasiones, de Portal de Ruzafa, en 1905 recibió el rótulo del político y segundo Presidente de la República, Pi y Margall, que perduró hasta 1939, en cuyo año se dedicó a José Calvo Sotelo, que fue gobernador civil de Valencia en 1921; rotulo que se mantuvo hasta 1978, en que por acuerdo municipal pasó a denominarse Paseo de Ruzafa.

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