Calle del Acuerdo en Madrid


Entre las calles de Noviciado y de San Hermenegildo.

Según la tradición, mando el rey Felipe IV que, con la herencia que legaron don Francisco Concretas y su esposa, se comprarán terrenos en las eras de Amantes, para el convento de las monjas de Santiago.


Cuéntaselo que una joven de un pueblo cielo de la provincia de Santander, llevada de su devoción, cogió el niño que tenía en sus brazos una imagen de la Virgen para darle santo culto; pidió la un día limosna un peregrino con objeto de continuar su viaje, y después de socorrerle, ella le manifestó los deseos que tenía de ser monja; contestó le el peregrino que en Madrid se estaba fundando un convento. Vinos en la joven, trayendo al niño Jesús; llegó a Madrid de noche y quedó desorientada, la casualidad la llevó a la puerta de la imprenta de la Quienes, a quién refirió el motivo que la traía a Madrid; está la condujo al convento, en cuya portería vio un retrato de Santiago en traje de peregrino, y al punto exclamó: Éste, y no otro, es el que me ha hablado en mi casa, en las montañas de Santander; si, yo me acuerdo, este es el peregrino que yo he visto”. La joven fue admitida en el convento, donde se venera con mucha devoción y culto el Niño montañés. Por las palabras Si, yo me acuerdo, quedó el nombre de la calle.


Hay otra tradición que dice:


Cuando se fundó el convento de las Comendadoras de Santiago, hubo controversia acerca de traer las primeras religiosas del monasterio de Santa Fe de Toledo, pero los dos presidentes del Consejo de Castilla y Órdenes firmaron el acuerdo en la célebre imprenta de Quienes, con el prior Uclés, determinando traerlas del convento de Santa Cruz de Valladolid.


El lector puede escoger la tradición que más le agradezco, o quedarse sin ninguna.

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