Luigi Amato

Luigi Amato nació en Spezzano de Albania, en la provincia de Cosenza, el 1 de enero, 1898 hijo de Francis y Sofía. Perdió a su madre a la edad de cinco años y sólo el profundo amor del padre le ayuda a superar esta tremenda separación. Los Amato son una familia de constructores y Luigi crece junto a su padre en los diversos asuntos de la construcción. Francis es un buen diseñador, y enseguida comprende el talento de su hijo para pintar, a grandes rasgos, las caras de los albañiles y cosas que le rodean. Así comienza la carrera artística de este extraordinario pintor que aprendió de su padre los primeros elementos de diseño y geometría.

Amato sabe captar el momento fugaz, las expresiones faciales, la profundidad de las miradas. A los catorce años ganó una beca para los artistas jóvenes más prometedores de Calabria, con el que se fue a estudiar en Roma en el Instituto Real de Bellas Artes de Via di Ripetta. Con maestros ilustres de la época: Umberto Coronaldi y Duilio Cambellotti.

Al finalizar la Guerra Mundial decidió en 1948 trasladarse a la isla de Capri, donde abrió su propio estudio y donde creó numerosos retratos de personalidades italianas y extranjeras. Ganado el mercado internacional, envía sus cuadros a las galerías que se lo soliciten: Nueva York, Chicago, París, Londres, Lucerna, Viena, Estocolmo, Johannesburgo. Sus pinturas de figuras, constituyen un documento raro hoy en día. En Capri refuerza la vieja amistad que le une a Ezelino Briante, y a los pintores "Capri", como Felice Giordano, Mario Laboccetta, Guido Odierna, Hugh y Tullia Matania, Raffaele Castello, Giancarlo Tagliaferri.


Una enfermedad corta y cruel lo atrapa en el mejor momento de su genio artístico y capacidad de trabajo. Luigi Amato no le gustan las multitudes, pero, irónicamente, murió en Roma el 2 de noviembre de 1961.



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